El cabello largo y ondulado de un hermoso castaño de la joven se balanceaba con el viento, la refrescante sensación del agua salada tocando sus pies descalzos, el resplandor del sol veraniego bañando su piel, sus hermosos ojos de un tono gris bastante claro se posaron ansiosos en la mano masculina que sostenía. Él no había dicho nada desde hace un buen rato, ambos caminaban alrededor de la larga playa, Sophia Williams usaba un vestido playero de tono blanco bajo el cual usaba un pequeño bikini de dos piezas del mismo color, por otro lado Vincent llevaba su shorts playero blanco y su camisa ligera de botones la cual llevaba desabrochada.— No me has preguntado nada, ya sabes… Sobre lo que te dije quería contarte. La bella mirada de un tono verdoso profundo se dirigió a la mujer que estaba a su lado. — Esperaré a qué quieras hablar. — Comentó él pacíficamente. …..Para cualquier persona sería
"¿Ella quiere algo de mí?" Pensó Vincent un poco curioso. — ¿De que se trata? — Preguntó finalmente dejándose llevar. La mano derecha de Sophia se movió hasta el pecho de su esposo, justo en el sector izquierdo de su corazón, los hermosos ojos grises claros de la joven lo veían con intensidad. — Quiero que te enamores de mi. Vincent levantó una ceja en un gesto de incredulidad. Sentía que ella nuevamente se estaba burlando de él y seguidamente apartó la mano de Sophia de su cuerpo. — Es absurdo. — Dijo él en tono pacífico. — Hablas del amor como si fuera un pedido, como si fuese algo sencillo, me parece bastante ingenuo de tu parte. — ¿Que es el amor para ti? — Pregunto Sophia curiosa. — Quiero saber más de ti. — Continúo hablando mientras ahora llevaba sus manos a las de Vicent sosteniendo las mismas suavemente. — ¿Por qué debería responder a t
El timbre de la puerta del apartamento comenzó a sonar, el hombre alto, rubio y de bellos ojos celestes se dirigió a la entrada abriendo. Un joven de correos había llegado y tenía un paquete para él."Que extraño, no he pedido nada y tampoco recuerdo hablar con nadie que quedara en enviarme algo" Pensó el hombre veterinario.— ¿Es usted el señor Charlie Jones? Él asintió sacando su billetera y mostrándole una identificación. — Para recibir el paquete firme aquí por favor. — ¿De casualidad sabe quién lo envío? El joven de correos reviso un momento. — Dice, la señora Sophia Williams. "¿Mi Sophia?" Pensó Charlie emocionado sosteniendo la caja cuadrada de un tamaño mediano, la cual sintió de inmediato que era bastante liviana. Una vez el joven de correos se fue; él cerro la puerta y se dirigió a la sala de
"Un horario" "Algo absurdo cómo eso, para tener ese tipo de encuentros" "¡Debe ser una estúpida broma!" Pensabas Vincent sin ánimos de seguir probando la comida, mientras veía como su esposa por contrato no dejaba de teclear en el celular con una gran sonrisa traviesa. — Sophia, no quiero tener más citas contigo, sabes que yo tengo a… — Vincent paseo su mirada en los alrededores notando que habían varias personas en el restaurante con perfecta vista al mar y algunas fuera de él. "Tengo que tener cuidado de que digo en público" Pensó él, suspirando. — Entiendo a qué te refieres, se que aún quieres continuar con tu mascota "terapéutica" al lado. — ¿Una mascota terapéutica? — Preguntó Vincent levantando una ceja. "¿Ahora así le dice a Enma? Ella… Es muy rara" Pensó Vincent tomando un poco de agua de su copa, con su mirada puesta en s
Sophia y su esposo Vincent Taylor llegaron de noche a la mansión. — Le dije a Archer que no se preocupara por hacer los arreglos de la cena, así que si tienes apetito puedes pedirle que prepare algo liviano para ti. — Dijo Vincent ingresando al baño de la habitación matrimonial. Sophia se llegó a tumbar sobre la enorme cama sintiéndose realmente exhausta. — Está bien… — Comentó con un suave tono de voz. Una vez la puerta del baño fue cerrada, ella se relajó en la comodidad de esa cama a la que ahora estaba muy acostumbrada y cerró sus ojos sintiéndose en paz. "Es increíble como puede una persona acostumbrarse a lo extraño y en poco tiempo sentirlo suyo" Pensó ella sobre su nueva vida en la mansión de ese hombre de grandes riquezas. Fue entonces que comenzó a escuchar un celular sonar, Sophia reconoció que era el mismo sonido predeterminado de llamadas que tenía su antiguo ce
Vincent se sorprendió al escuchar de ese álbum. Pocas veces había visto fotografías de Vívian, debido a la relación oculta que mantenían el nunca pudo ir a casa de la familia de su amada del pasado y no conservó recuerdos de ellos en su relación, ya que todos los que hicieron fueron decomisados por su familia cuando el cayó en depresión tras la brutal muerte de la joven. …..En ese momento Sophia salió al balcón en el que Vincent hablaba por teléfono, ella se acercó lentamente a él y aunque él se percató no hizo gesto alguno de rechazo. No necesariamente por qué quisiera que Sophia estuviera ahí, si no por lo concentrado que estaba en la plática con Enma. "No puedo perder ante esa mujer, aún si ella lo ve mañana, aún si él está por caer, debo hacer todo lo posible para que sea yo la única en su mente" Tras ese pensar, Sophia apoyo sus manos sobre la bata de baño de su marido, justo en el se
"¿Quiero más atención de Vincent?"Pensó Sophia viendo fijamente a ese señor mayor. "¡Por supuesto que quiero más atención! Más de su tiempo haría que se vuelva beneficioso para mí, a como están las cosa sigo cayendo en su juego siendo su muñeca de entretenimiento nocturno y yo no quiero eso…" — Olvídalo Archer, tengo que salir temprano e ir donde mi familia, pasaré el día en casa de mis padres, Vincent irá a cenar allá así que llegaremos juntos y probablemente un poco tarde, te avisaremos cualquier cambio posible. — Si señora. — Dijo el mayordomo aún preocupado por lo decaída que se veía Sophia. ••••••••••— ¡Has llegado! — Exclamó Enma con gran alegría abriendo la puerta de su apartamento en la ciudad. Vincent la vió fijamente a esos grandes ojos azules. — Si, pero no pienso quedarme mucho tiempo, tengo un compromiso con alguien más. — ¿Que? ¡NO
— ¡INACEPTABLE! — Exclamó Margaret quedando a solas con su esposo Harold y su primogénita, Sophia. — Mi vida, entiende que todo esto se escapó de nuestro control. — ¡No papá! No te culpes. — Comentó Sophia. — Después de que nos casamos ellos me ofrecieron esa opción para poder tener mi libertad si lo deseo, por supuesto no es obligado, pero no hacerlo significa pasar el resto de mi vida en un matrimonio indeseado. — ¿Estás escuchando lo que dices? — Preguntó la madre de Sophia posando su mano en su frente y recostándose al espaldar del sofá individual en el que estaba sentada. — ¡María! ¡Oh María ve y tráeme un café! Siento que mi cabeza va a explotar por culpa de este par. — Pidió a la sirvienta que se encontraba cerca, quien se fue de inmediato por lo solicitado. — Mi vida, no exageres… — Dijo Harold William nervioso a su esposa. — Mamá, papá no tuvo la culpa, él se negó y se enojo cuando se enteró de