Sophia y su esposo Vincent Taylor llegaron de noche a la mansión. — Le dije a Archer que no se preocupara por hacer los arreglos de la cena, así que si tienes apetito puedes pedirle que prepare algo liviano para ti. — Dijo Vincent ingresando al baño de la habitación matrimonial. Sophia se llegó a tumbar sobre la enorme cama sintiéndose realmente exhausta. — Está bien… — Comentó con un suave tono de voz. Una vez la puerta del baño fue cerrada, ella se relajó en la comodidad de esa cama a la que ahora estaba muy acostumbrada y cerró sus ojos sintiéndose en paz. "Es increíble como puede una persona acostumbrarse a lo extraño y en poco tiempo sentirlo suyo" Pensó ella sobre su nueva vida en la mansión de ese hombre de grandes riquezas. Fue entonces que comenzó a escuchar un celular sonar, Sophia reconoció que era el mismo sonido predeterminado de llamadas que tenía su antiguo ce
Vincent se sorprendió al escuchar de ese álbum. Pocas veces había visto fotografías de Vívian, debido a la relación oculta que mantenían el nunca pudo ir a casa de la familia de su amada del pasado y no conservó recuerdos de ellos en su relación, ya que todos los que hicieron fueron decomisados por su familia cuando el cayó en depresión tras la brutal muerte de la joven. …..En ese momento Sophia salió al balcón en el que Vincent hablaba por teléfono, ella se acercó lentamente a él y aunque él se percató no hizo gesto alguno de rechazo. No necesariamente por qué quisiera que Sophia estuviera ahí, si no por lo concentrado que estaba en la plática con Enma. "No puedo perder ante esa mujer, aún si ella lo ve mañana, aún si él está por caer, debo hacer todo lo posible para que sea yo la única en su mente" Tras ese pensar, Sophia apoyo sus manos sobre la bata de baño de su marido, justo en el se
"¿Quiero más atención de Vincent?"Pensó Sophia viendo fijamente a ese señor mayor. "¡Por supuesto que quiero más atención! Más de su tiempo haría que se vuelva beneficioso para mí, a como están las cosa sigo cayendo en su juego siendo su muñeca de entretenimiento nocturno y yo no quiero eso…" — Olvídalo Archer, tengo que salir temprano e ir donde mi familia, pasaré el día en casa de mis padres, Vincent irá a cenar allá así que llegaremos juntos y probablemente un poco tarde, te avisaremos cualquier cambio posible. — Si señora. — Dijo el mayordomo aún preocupado por lo decaída que se veía Sophia. ••••••••••— ¡Has llegado! — Exclamó Enma con gran alegría abriendo la puerta de su apartamento en la ciudad. Vincent la vió fijamente a esos grandes ojos azules. — Si, pero no pienso quedarme mucho tiempo, tengo un compromiso con alguien más. — ¿Que? ¡NO
— ¡INACEPTABLE! — Exclamó Margaret quedando a solas con su esposo Harold y su primogénita, Sophia. — Mi vida, entiende que todo esto se escapó de nuestro control. — ¡No papá! No te culpes. — Comentó Sophia. — Después de que nos casamos ellos me ofrecieron esa opción para poder tener mi libertad si lo deseo, por supuesto no es obligado, pero no hacerlo significa pasar el resto de mi vida en un matrimonio indeseado. — ¿Estás escuchando lo que dices? — Preguntó la madre de Sophia posando su mano en su frente y recostándose al espaldar del sofá individual en el que estaba sentada. — ¡María! ¡Oh María ve y tráeme un café! Siento que mi cabeza va a explotar por culpa de este par. — Pidió a la sirvienta que se encontraba cerca, quien se fue de inmediato por lo solicitado. — Mi vida, no exageres… — Dijo Harold William nervioso a su esposa. — Mamá, papá no tuvo la culpa, él se negó y se enojo cuando se enteró de
Media hora después, en la mansión de los Williams. "Veamos… ¿Que puedo comer? Oh, ¡Que buenas se ven estás fresas!" Pensó Sophia tomando la pequeña cesta de fruta y sentandose en una silla dentro de la cocina. — ¡Que dulces! ¡No están nada mal! — Exclamó ella comiendo una seguida de otra más. En ese momento la puerta de la cocina se abrió y una sirvienta ingresó. — Señorita. — Oh, ¡Hola María! ¿Sucedió algo? — Señorita, su esposo está aquí, él… Esta esperando por usted. Sophia abrió sus ojos de par en par. — ¡¿Vincent está aquí?! — Preguntó exaltada. — ¡No puede ser posible! Digo, ¿Con quién está? ¿Mamá o papá le recibieron? — No señorita, en realidad él acaba de llegar y ha pedido que no mencionemos nada a nadie y la llámenos a usted. "Que raro, pensé que vendría antes de la cena a eso de las seis de la tarde, per
Cuando la madre de Sophia ingresó, se encontró únicamente con su hija luciendo algo desaliñada. — ¿Para que me estabas buscando mamá? — Preguntó Sophia. — Quería hablar contigo a solas. — Comentó Margaret yendo a sentarse a uno de los sofas individuales. — ¡Mamá espera! — Exclamó Sophia deteniendo a su madre del brazo. — ¿Que ocurre? — ¿Por qué mejor no vamos al jardín? Es un día precioso, deberíamos aprovechar la tarde. Margaret notó a su hija al nerviosa y se acercó a ella viéndo unas marcas que no había notado antes en el cuello de Sophia. — ¡Oh por Dios Sophia! ¡¿Traías esas marcas en tu cuello esta mañana?! Sophia se sonrojo avergonzada. "¡No puede ser! ¡Olvidé que Vincent estuvo jugando conmigo!" Pensó ella nerviosa. — Esto… Bueno… Si, ya las traía ¿No te diste cuenta? Debe ser por qué ate un poco mi cabello
Sophia ingresó junto a su esposo de regreso a la mansión.— Me alegra que hayan llegado con bien, señor y señora Taylor, ¿Hay algo que pueda hacer por ustedes? — Decía Archer dándoles la bienvenida. Sin embargo Sophia no dijo absolutamente nada y con una seria expresión le ignoró subiendo rápidamente las escaleras rumbo a su habitación. — ¿Ocurrió algo? — Preguntó Archer a Vincent. — Nada en particular. — Comentó él joven CEO yendo hacia las escaleras. "Que extraño, parece que algo malo sucedido en la casa de los padres de la señora" Pensó el mayordomo preocupado. ••••••••••Cuando Sophia ingresó a la habitación matrimonial se dirigió rápidamente al baño comenzando a desvestirse y justo cuando estaba por comenzar a quitarse su ropa interior, Vincent ingresó también. — ¡¿Que haces aquí?! ¡Sal! — Exclamó ella enojada. — No lo haré, ¿Q
Ese intenso cosquilleo en su interior y la electrizante sensación que la hacía perder la cordura. Esos labios finos de su esposo que se paseaban entre sus pechos y esas manos grandes bajo el agua que tomaban su trasero con firmeza. ¡La volvían loca de placer! Sophia Williams estaba muy segura en ese momento que lo que tenía con Vincent era una compatibilidad inigualable en la intimidad. No creía que fuera amor, pero al menos sentía que la química con ese hombre era mejor que con cualquiera con el que haya estado anteriormente. Ella movía de arriba abajo sus caderas, deleitándose en las maravillosas sensación mientras sus manos se aferraban con fuerza a los brazos de su marido. Su corazón acelerado y su mente que ahora se se sentía en paz tras las aclaraciones entre ambos le permitieron disfrutar hasta el final dejando escapar sus gemidos hasta que el los ahogaba de ves en cuando en besos