Sophia se acercó hasta su marido quien recién se había levantado de la cama dirigiéndose al baño. Sin embargo, ella tenía curiosidad y no pensaba dejar pasar una información tan importante, como una pelea entre ese esposo que debía cautivar y la amante con la que él estaba bastante unido. — ¿Así que han discutido? ¿Que fue lo que sucedió? — ¡Métete en tus propios asuntos! — Exclamó Vincent abriendo la puerta del baño. Sophia se acercó rápidamente deteniendo a ese atractivo hombre de cabello rizado del brazo derecho, impidiendo así que él abriera por completo la puerta. Los hermosos ojos verdes de Vincent se posaron en esa mujer atrevida, esa a la cual veía como un estorbo en su vida. A pesar de la amenazante expresión que él le hacía, ella no vaciló ni un instante y una sonrisa curvó las comisuras de sus labios. — Ahora eres mi esposo, por supuesto que tú eres un asunto
¡CLAK! Sonó el celular de Vincent al caer contra el piso del balcón, esto al sorprenderse por qué Sophia salió de pronto gritándole. — ¡Estás loca! ¡Me has sorprendido! Mira lo que has hecho. — Decía Vincent agachándose y recogiendo su móvil. Fue en ese instante que se dio cuenta que la pantalla se había roto y la tinta regado. Sophia se quedó sorprendida y en silencio sintiéndose un poco culpable. — Bueno… Mañana podrás comprarte otro… Normalmente alguien de tu clase debería tener unos tres o cinco teléfonos ¿No? Sophia notó que Vincent no le dijo nada al respecto, simplemente la veía con una seria expresión e ingreso a la habitación en total silencio. — Oh, vamos, ¿Estás enojado por algo tan tonto como eso? No será que… ¿Estás molesto por qué gracias a qué tú móvil se arruinó no puedes llamar a tu novia? Deberías estar agradecido, esa mujer me da una mala sensación.
— Oh vamos Sophia, no digas cosas como esas, puedes hacerlo, eres una mujer culta, digna y grandiosa, eres la esposa ideal para Vincent. — Comentaba alegre la señora Johanna. — No lo creo, siento que él me odia sin siquiera conocerme realmente y no entiendo por qué es tan evasivo, a veces siento que con solo mirarme ya le pone de mal humor… Quizá me odie al punto de que sería inútil intentarlo. — No digas eso querida Sophia. — Decía la señora Johanna poniendo su mano sobre la de Sophia encima de la mesa. — Lo lamento mucho, se que debimos decírtelo antes. La joven primogénita de los Williams hizo una expresión de duda. — ¿Decirme que cosa? — Preguntó curiosa. — Decirte que te elegí por qué eres la candidata que más se parecía a Vivían Brown, amor de Vincent. — Dijo el abuelo de la familia metiéndose en la conversación. — ¿Yo me parezco a Vivían? Puedo… ¿Puedo ver alguna fotografía de ella?
El Inglés de ojos azules veía con atención a su amigo, que no parecía encontrarse bien, entendió entonces que se estaba desahogando con él y no quiso ser una mala amistad como para no darle la atención requerida. — ¿Por qué aceptaste ese matrimonio en primer lugar? Pudiste decir que no, ellos no tenían derecho de obligarte. — Preguntó Alphonse curioso. — Fui amenazado.— ¿Amenazado? ¿A ti? ¿Tu familia te amenazó? — Preguntaba Alphonse dudando de las palabras que le decía Vincent y le parecían absurdas. — Sí, ellos me dijeron que si no aceptaba perdería mi herencia y mi puesto en la empresa, no solo eso, también… — ¿También que? — Preguntó el amigo de Vincent Taylor. Él posó sus ojos verdes en el cristal del rascacielos observando la ciudad. Comenzó a recordar el suceso que ocurrió una semana antes de la boda. •••••••••• Hace casi dos semanas atrás. •
"No creo que esto vaya a funcionar, no creo que Vincent superé a Vivían con esa mujer idéntica cerca, pero no sé… Parece que algo no encaja en todo esto, hay algo raro en la actitud de esa mujer buscando acercarse a Vincent aunque sabe que no es necesario, su familia tiene lo que que querían, no necesita esforzarse más… ¿Por qué sigue haciéndolo?" Pensaba el hombre Inglés con una seria expresión en su rostro y pasando su mano por su barbilla. — Amigo, ¿Podría ver una copia de tu contrato matrimonial? Tengo algunas dudas. — Preguntó Alphonse.Vincent quien terminaba de almorzar se le quedó viendo confundido y negó con su cabeza rápidamente, para después tomar un poco de agua. — No puedo. — ¿Por qué no? — No lo tengo en mi poder. — ¿Ah? ¿Hablas en serio? Te casaste, firmaste un contrato matrimonial y… ¿No tienes el documento? ¡Vincent eres un descuidado! — Fui a-
"¿Por qué?""¿Por qué tenía que ser tan difícil?"Pensaba Sophia mientras encendía su vehículo. "Lo que tenía con Charlie no era una relación seria, lo que tenía con él era algo más simple, algo sin compromisos profundos, todo se dio tan casual como dos compañeros de trabajo que se veían con frecuencia, tenían cosas en común y se ayudaban mutuamente" "Él dió el primer paso esa tarde ventosa y fría de otoño cuando salía de la veterinaria al estacionamiento, hace poco más de año y medio… Recuerdo el lento beso que me dio y lo cálido que se sintió" "En mis veinticuatro años de vida, nunca he experimentado el amor cegador, ese que te hace ver el mundo con más brillo y sientes que te elevas en el cielo en los brazos de tu amado" "Mi mejor amiga Caroline me hablaba de sus sentimientos por los chicos con los que alguna vez salió y como se enamoró de ellos, una parte de mi la envidiaba por ello"
Los ojos grises claros de Sophia veían de pies a cabeza su reflejo en el largo espejo de la habitación matrimonial. Un vestido largo oscuro con un escote reservado y una abertura hasta la rodilla en ambos de sus costados fue el elegido, después de todo ella no quería nada glamuroso, nada que llamara demasiado la atención de ese hombre. Tock, tock… Ella escuchó que alguien llamaba a la puerta, al principio pensando que era su esposo por obligación, pero al escuchar la voz mayor masculina supo que se trataban del mayordomo a cargó de Vincent, el señor Archer. Una vez Sophia abrió, él ingresó entregando una caja rectangular. — Señora, un paquete ha llegado esta tarde proveniente del señor Frederick Taylor. "El padre de Vincent… ¿Podría ser eso…?" Pensó fugazmente la joven. Ella lo sostuvo en sus manos de inmediato, pero antes de abrirlo, el mayordomo fue informa
— No hay muchas parejas bailando y parece que las personas invitadas no son tan conocidas. — Decía Vincent en el salón interior donde se había ambientado para la fiesta. — Eres muy observador Vinci, son millonarios en su mayoría, pero tienes razón, las amistades cercanas de Rouse no están al nivel de las de la familia Taylor que acostumbras a ver frecuentemente. Él hizo un gesto de aburrimiento mientras Sophia se dirigió al centro guiando al atractivo hombre para que bailará con ella. — ¿Te gusta bailar? — No, pero sé hacerlo bien. — Oh, entonces ¿Por qué no me sostienes correctamente? Pensarán que te doy asco. — ¿Por qué quieres que te toque tanto? No eres de mi agrado. — Pienso que el baile es una manera de comunicación entre los cuerpos, es una cita para conocernos mejor ¿No? — Decía Sophia acariciando suavemente la parte trasera del cabello rizado de su esposo.