Madison
―Gracias―respondo con una sonrisa normal, las puertas de elevador se abren y me dispongo a entrar, cuándo me giro para cerrar, me detengo al ver al señor Burj terminando de ponerse la americana y se dirige a mí, la señora Anderson dice algo pero el señor Burj la ignora, entra, me hago a un lado luego hacia atrás cuándo se acerca al tablero, presiona el botón del lobby y se cierran las puertas.
El aroma de él se mete a mis fosas nasales, hasta puedo escuchar su respiración inestable. Bajo la mirada a mis zapatillas e intento pensar en otra cosa que no sea qué mi jefe está en el mismo espacio reducido que yo.
Maldice en silencio, presiona otro botón, el 30.
―Es la cafetería ―no digo nada, creo que no es necesario, llegamos al lobby, se abren las puertas, sale y antes de que las puertas vuelvan a cerrarse para llevarme al piso de la cafetería, el señor Burj me mira y luego arruga su entrecejo, sigue su camino y yo ya lo pierdo de vista.
― ¿Qué fue eso? ―miro los números del elevador privado, llego a la cafetería y ya el lugar está lleno, busco un lugar dónde sentarme, pero primero pienso en que desayunar, no quiero tener que sentirme llena y que mi energía baje. Visualizo el mueble de las frutas, agarro un plato y luego me sirvo un poco de fruta, el barullo de los empleados es lo que se escucha de fondo. Encuentro una mesa sola, entonces me siento y comienzo a desayunar fruta y un poco de yogurt con granola.
Los quince minutos terminan y yo ya estoy en mi escritorio, comienzo a llamar a cada jefe de departamento para informarles de la junta de las tres de la tarde, descubro que es la junta de cada primero del mes, -Mi hermana tiene la delicadeza de informarme- después de terminar, sigo revisando los pendientes, noto que algo me falta en el escritorio, ¿Qué es? Había algo en este lado, pero no recuerdo…entonces doy con eso: La carpeta con las reglas.
Sin esa carpeta estoy jodida.
Miro hacia el escritorio de la señora Anderson pero no está, me levanto y comienzo a revisar en mi área, puede que lo haya cambiado de lugar, pero no encuentro la carpeta.
― ¿Buscas algo? ―pregunta la señora Anderson al verme moviendo carpetas de mi escritorio, levanto la mirada y entrecierro mis ojos.
― ¿Usted ha tomado la carpeta qué me ha entregado ayer? ―ella niega fingiendo un puchero.
―No, deberías de cuidar lo que dejas en el escritorio, las cosas se pierden, aparte, tiene cosas confidenciales del señor Burj, eso no le va a gustar para nada cuando se entere ―rodeo mi escritorio para quedar frente a ella, siento que la ira corre por mis venas, no soy de problemas, pero si me buscan…me encuentran.
―Es raro, ya que los únicos que pueden subir por el elevador privado, es usted, el señor Burj y yo, lo dice en el reglamento. Nadie más está en el piso más que nosotros, ¿El señor Burj se ha llevado la carpeta? ―digo este último cruzándome de brazos, ella arquea una ceja desafiante a mi pregunta.
― ¿Estás diciendo que yo fui? ―dice copiando mi postura.
―Solo le diré que quiero este puesto, quiero hacer las cosas bien, pero si está poniendo trabas en mi camino para evitar que haga mi trabajo, créame, tendremos problemas usted y yo…
Ella palidece cuando mira detrás de mí, me tenso cuando el aroma del señor Burj llega hasta mí.
― ¿Qué está pasando aquí? ―me giro y lo enfrento.
―Ahora entiendo por qué sus asistentes personales anteriores no le duran, si le ponen trabas para que hagan bien su trabajo, nunca podrá tener una. Ha desaparecido mi carpeta que se me fue entregada el día de ayer, solo he estado ausente quince minutos…
Entonces, dejo de hablar. El señor Burj me mira con el cejo arrugado y una línea recta en sus labios, sé que he roto la mayoría de las reglas, pero esta mujer…
―La señorita Green ha extraviado su carpeta personal, estoy preocupada que se divulgue información privada, señor Burj.
―Esa carpeta la he dejado en su lugar. ―digo en dirección a la señora Anderson, luego enfrento al señor Burj―Si va a despedirme que sea por qué no he hecho mi trabajo.
El señor Burj me mira con frialdad, se acerca a mí, alcanzo a ver que la señora Anderson baja la mirada y retrocede. Cuando regreso la mirada al hombre que está frente a mí, puedo notar algo extraño en su mirada.
―Pase a recursos humanos a firmar el fin de su mes de prueba ―dice en un tono intimidante, no bajo la mirada, el nudo en mi estómago crece por la decepción, ¿Así nada más? Bueno, creo que romperé el record, la asistente personal que solo duró dos horas y veinte minutos en su mes de prueba. Asiento sin dejar de mirarlo, sé cuál es el piso de recursos humanos, él camina en dirección a su oficina sin decir nada más. Rodeo el escritorio y agarro mi bolsa, levanto la mirada y puedo ver triunfo en el rostro de la señora Anderson, si qué es una…
No termino mi pensamiento, llego al elevador y escucho que la señora Anderson dice algo acerca de que nadie se mete con ella, estoy a punto de regresarme y decirle unas cuantas cosas pero por su edad y por la educación que se me ha dado, no pienso rebajarme a su nivel, con la mirada en alto, me marcho del piso de presidencia. Estoy a punto de llorar del coraje, no puedo creerlo, dos horas y tantos minutos en el puesto, ya ni la quemada de pestañas y el desvelo aprendiendo cada regla e indicaciones, la agenda de la semana y el resto de las exigencias.
Llego a recursos humanos, abre la puerta una mujer alta, de cabello negro y maquillaje discreto.
―Hola, debes de ser Madison Green ―asiento en silencio, ella tiene una sonrisa de oreja a oreja, al ver que estoy en ese pose, su sonrisa se desvanece cuando cierra la puerta de su oficina. Me hace señas de que tome asiento, lo hago y espero a que me dé la documentación para firmar mí tiempo de prueba. ¿Y si regreso y le digo sus cosas a la señora Anderson antes de irme? No, sería mostrar mala educación y lo peor…mi hermana se entera y me cuelga del poste más alto que hay en la ciudad. ― ¿Estás bien? ―levanto la mirada a la mujer.
―Sí, solo dígame donde firmar para irme, por favor―el nudo crece en el centro de mi estómago. No decaigas, Green.
―Sí, está bien, aquí tienes el contrato…―me señala dónde debo de firmar―y luego pones aquí tus dos huellas del dedo índice, al terminar, tienes que subir a presidencia para qué el señor Burj te dé las siguientes indicaciones, aquí está escrito el nuevo sueldo que ofrece en el puesto…
Levanto la mirada hacia la mujer. Ella ve mi cara de confusión.
―No entiendo, el señor Burj me ha mandado para que firme mi fin de mes de prueba como su asistente personal. ―ella sonríe.
―Es eso, el señor Burj ha finalizado el mes de prueba, lo que tienes aquí…―señala las hojas que me ha entregado―…es el contrato oficial para ser la asistente del señor Burj. Felicidades, señorita Green.
¿Qué?
MadisonEstoy sin habla, la mujer que está frente a mí me ofrece una pluma para poder firmar el contrato para ser la asistente oficial del señor Burj. ¿Es una broma? Miro de reojo en las esquinas por si hay una cámara grabando.― ¿Está hablando en serio? ―la mujer me sonríe ampliamente, se recarga en el respaldo de su silla y me mira detenidamente.―Es una sorpresa para ti, así como para mí. Karim ha llevado mucho tiempo buscando una asistente personal, creo que lleva más de tres meses, han desfilado no te imaginas cuantas, creo que algo debió de ver en ti como para terminar el mes de prueba el primer día y darte el contrato definitivo.― ¿Ha dicho...Karim? ―ella abre sus ojos de forma que muestra que ha sido pillada.―Bueno, es su primer nombre, Karim…―ahora lo entiendo, ese aire de hombre de occidente.― &
MadisonMe mira detenidamente y luego entrecierra sus ojos, es como si buscara algo para decir que no soy apta para el trabajo o yo diré: “Ay, no, señor Burj, renuncio” Pero para mí esto es un desafío, la paga no está nada mal, incluso si ahorro un mes, podría encontrar mi propio espacio, en unos seis meses podría comprar un auto…―Estoy en esto, señor Burj.― ¿Segura? ―retira su pierna encima de la otra, se retira del respaldo del sillón, luego se inclina en mi dirección. Trago saliva, no suena tan mal, es como…no, olvídalo Green. Levanto la barbilla y asiento.―Sí, señor Burj.Sonríe débilmente, se vuelve a recargar en el respaldo y sigue mirándome detenidamente.―Otra regla importante: “No divulgar información privilegiada” Es importante señ
MadisonEstoy sentada en la sala de juntas, he puesto los reportes de cada departamento como me ha ordenado el señor Burj, no Karim, solo señor Burj. Comienzo a darle vuelta a eso de comer con él, creo que no es apropiado, ¿Realmente tengo que hacerlo? Tendré que fingir que he comido y así declinar si vuelve a decirme que coma con él. Dios, solo recordar la comida, me da un escalofrío.―Empieza―ordena el señor Burj al primero que está a su derecha, yo estoy sentada a un lado y a cierta distancia de él, más específico, fuera de la gran mesa de cristal. La pantalla comienza a mostrar las gráficas de exportaciones del último mes, anoto cada dato que me señala discretamente el señor Burj.Antes de terminar la junta, me presenta ante todos, mi hermana sonríe discretamente –Sé con seguridad que se est
MadisonLa alarma suena, me levanto como un resorte en medio de mi cama y con los ojos cerrados, no recuerdo en qué momento me he quedado dormida. Me paso ambas manos para masajear mi rostro, tallar mis ojos y despertar. Abro un ojo y lanzo una mirada adormilada a mi reloj de la mesa de noche: 3:45 am.―Vamos, sal de la cama, Madison. Tienes una hora y quince minutos para alistarte.Tiro de las cobijas para ir directo a la ducha, al terminar entro a mi armario ya ordenado, tomo el gancho del conjunto del día de hoy, todo en azul marino y blusa blanca. Busco las zapatillas y las medias, lo lanzo sobre la cama, me siento en el sillón que hace juego con mi tocador, comienzo a maquillarme, puedo notar un poco más mis ojeras, lanzo una plasta delgada para cubrirlas. Al terminar me alisto, pero lo extraño es que la falda no es la talla que usé el día de ayer. ―Mierda. Es mi talla…―c
MadisonNo digo nada, supongo que ha notado mi falda. Estoy a punto de azotar la puerta al cerrar, pero recuerdo: “Profesionalismo, Green” luego miro a la cámara y entrecierro mis ojos furiosa.Llego a mi escritorio y me dejo caer en mi silla, me cruzo de brazos y comienzo a gruñir entre dientes.― “Le llamaré Lily, no es personal” ―sigo gruñendo. ―Mi nombre es Madison, él mismo lo ha pronunciado ayer. ¿Ahora por qué “Lily”? ¿Acaso extraña alguna asistente personal? ―reviso correos, redacto dos cartas. Anuncia mi reloj que son las siete de la mañana, entonces las puertas del elevador se abren. Alzo la vista y veo a la señora Anderson.―Buenos días, señorita Green―dice en un tono frío.―Buenos días, señora Anderson―pero en lugar de decirle de la misma forma, le regalo mi me
MadisonEl silencio reina en la oficina por un momento, -un momento que se me hizo eterno- el señor Burj me mira y luego a su madre.―Sophie Clark, ella es Madison Green, mi asistente personal, Madison Green, ella es mi madre.Le extiendo mi mano por educación, ella hace lo mismo con media sonrisa, a simple vista no le ha gustado el tono sarcástico que ha usado su hijo.―Mucho gusto, señorita Green.―Es un honor, señora Clark―el señor Burj me hace una seña con su barbilla para que sirva la mesa, asiento en silencio. Me disculpo con la señora.― ¿Asistente personal? ―escucho a mi espalda en un tono irónico.―Madre no empieces, por favor―advierte el señor Burj.―Solo estoy preguntado, Karim. Me sorprende qué ya tengas una asistente después de tres meses y no me hayas contado…―Ya tengo una, lo ac
Madison―Son precios muy accesibles, señor Burj, me complace informarle qué lo he elegido. ―el señor Burj asiente satisfecho, la mesa está completa con las personas de confianza del señor Wong, él señor Burj preside la mesa y yo estoy sentada contra la pared con mi tableta en mi regazo terminando de apuntar lo qué ha pedido el señor Burj.―Perfecto. La señorita Green, les pasará la documentación para firmar con empresas Burj. ―me hace señas de que lo haga ahora. Me levanto con dos carpetas y rodeando la mesa hasta llegar al señor Wong que preside del otro extremo de la mesa, le entrego las dos carpetas y él amablemente con una sonrisa las acepta.―Déjeme comentar qué tiene una hermosa asistente, señor Burj…muy hermosa―me tenso al escuchar al señor Wong cuando me mira con una sonrisa, intento so
MadisonAlcanzo al señor Burj cuando a cruzado hacia otra habitación, cuando llego, me agarro de mi bolsa al ver tanto lujo. Es la sala, pero es una sala para veinte personas o más, al fondo está una cantinera grande y con estantes de botellas. Ventanales de piso a techo abarcan toda el área. Bajo el pequeño escalón y me quedo de pie a un lado de uno de los grandes sillones. Dios mío, nunca en mi vida había visto tanto lujo junto. El señor Burj se acerca a la cantinera de lujo y sirve dos vasos, se gira y me ofrece uno.―Gracias―aunque dudo por un momento dar un sorbo.―Tome asiento―lo hago, él se sienta en el sillón contrario para estar frente a frente.―Ya tiene el acceso a mi casa, solo podrá entrar con su clave de nacimiento y mostrando su rostro.―Sí, señor.―Te daré la lista de mis empleados dom