Jack Brooks
Hospital St. Thomas, Londres, Inglaterra
Un par de horas después de la llegada.
Tenía mis manos entrelazadas, mi frente recargada contra ellas, los ojos cerrados, pensando que ya quería salir de esta pesadilla, recordé todo el momento que había pasado con Evelyn, desde su golpe que remodeló mi nariz, hasta esa mirada hace horas atrás cuando bajó del auto frente a aquel hotel antes de verse con Chase en el restaurante.
—Familiares de la señorita Peterson. —anunciaron, retiré mis manos para buscar quien era, mi madre, mi padre, Logan, Michael, mi hermana y su marido, se alertaron, todos nos levantamos de la sala de espera en busca de respuestas.
—Es mi pareja. —dije inmediatamente, la mujer vestida de ropa azul, se retiró el gorro, luego soltó un largo suspiro.
—Pudimos estabilizarla, perdió bastante sangre…pero lo logramos. —me miró detenidamente. —Lamento informarle que debi
Un año después… New York, Estados Unidos. La oficina siguió luciendo la misma que hace un año atrás, solo que en aquel mueble de cristal a espaldas de la silla de Evelyn, estaba adornado un par de fotos más, una de ellas, con un marco negro, con destellos plateados, la foto de Orson, era él y Evelyn, ambos reían abrazados, una rosa blanca la acompañaba en aquel pequeño florero de cristal. El segundo portarretrato, era de Logan y su ahora esposa, Maya Brooks, aquella mujer de cabello rizado, piel chocolate y ojos grises, tenían ambos la mano en el cuchillo sobre aquel pastel de boda, reían felices. La tercera foto, era de William, Ellie, Jack, Logan e Idaly Brooks en la tercer sucursal de Editorial Brooks, en Madrid, España, Idaly se había unido al negocio de las editoriales después de su divorcio exprés, así que ella estaba al mando de e
Evelyn Brooks Un año después del matrimonio. Orfanato Hermanas de la caridad, en New York. — ¿Por qué tardan tanto? —pregunté a Jack, él puso su mano en mi rodilla para que dejara de moverla repetidamente, me mordí la uña. —Apenas lleva unos minutos que salieron, tranquila. —Jack pasó un brazo por encima de mis hombros y me acercó a él, dejando un beso en mi coronilla. —Tranquila… —Estoy nerviosa, ¿No estás nervioso? —él sonrió. —Claro que lo estoy, pero debo de mantener a raya esos nervios, amor. —Yo no puedo, lo juro. Es una emoción combinada con esperanza, miedo, felicidad… —Te entiendo, yo también estoy emocionado de que nos hayan hablado para la adopción, —apretó con fuerza mi mano. —Ou, eso duele. —él me soltó preocupado.
Años después Casa en los suburbios de los Brooks-Peterson El agua caía sobre sus dos cuerpos desnudos, las manos de Jack tenían sujetas en lo alto las muñecas de Evelyn, quien se encontraba recargada contra la pared, él rozó los labios de ella, provocando ansiedad. —Bésame…—suplicó Evelyn, levantó su pelvis en busca de contacto, ese movimiento hizo que él sonriera de manera provocativa. —Bésame…—dijo de nuevo, Jack atrapó su labio y lo succionó, provocando un gemido de ella, luego soltó el labio. —No me gusta que me hagan esperar... —Jack soltó las muñecas de ella, se inclinó para levantarla del trasero, rodeó con sus piernas la cintura de él, Jack llevó una mano a su miembro para ponerlo en la entrada de ella. —Vente conmigo…—susurró contra sus labios, luego entró de una estocada en su interior, Evelyn gimió, per
Años después...Boda de JackEvelyn contempló su imagen en aquel espejo de cuerpo completo, se puso el segundo arete y luego se alisó el largo vestido de noche, los nervios estaban a flor de piel, su hijo mayor, ya se había graduado y durante el camino, había conocido a la mujer que caminaría a su lado por el resto de sus vidas.Jack la contempló desde la entrada de la habitación. Su dulce y amorosa Evelyn, había sido hasta la fecha la única mujer que le robaba suspiros, aquellas canas discretas las intentó ocultar al acercarse al espejo mientras las ubicaba.―Te ves hermosa con o sin ellas. ―Evelyn se sintió pillada, miró hacia Jack que sonreía divertido.―No me avergüenzan para nada, solo que...―dejó de evadirse a sí misma, Jack caminó hacia a ella y al
Valentina Brooks PetersonCepillé una y otra vez mi cabello negro, distraída repasando una y otra vez la imagen de mi novio Jasper, con aquella mujer riendo en una terraza de un café en Toronto. Había cambiado su forma de ser hace semanas, y esa imagen, había alertado mi corazón. ¿Acaso se había enamorado de alguien más? ¿Había dejado de amarme? ¿En qué había fallado en nuestra relación? Dejé el cepillo de nuevo en el tocador y miré mi reflejo, presioné mis labios intentando controlar mis emociones, las dudas me inquietaron y esas preguntas sin respuestas solo Jasper puede darme.― ¿En qué tanto piensas? ―escuché decir a mi madre, me volví de medio perfil y vi que ella asomaba su cabeza por la puerta.―En nada. ―sonreí para poder tranquilizarla, pero por su gesto, hab&iacut
Valentina― ¿Terminar? ―el tono de sorpresa de Jasper, me confundió.― ¿Es lo que querías no? Terminar nuestra relación, ―hice una pausa al ver el gesto en su cara. ― ¿No?― ¿Por qué querría terminar nuestra relación?― ¿Tu comportamiento de semanas atrás? ¿La mujer de la terraza en aquel café? Te veías muy divertido, ―presioné mis labios y luego suspiré. ―Lo acepto, me sentí celosa al verte reír de esa manera, hace poco noté que lo habías dejado de hacer a mi lado, entonces…―me interrumpió, sonrió pero no mostró su dentadura. ―Espera, si no quieres terminar, ¿De qué quieres…?―Jasper se inclinó hacia a mí, dejó un beso tierno en mis labios, luego retrocedió para ponerse en una rodilla contra e
En aquella sala de la mansión de los Brooks-Peterson se celebraba la llegada de las gemelas y sus parejas.— ¿Y no se pueden quedar aquí en lo que terminan las remodelaciones de la nueva casa?—preguntó Evelyn a Valentina, ella no supo que contestar de inmediato. —La casa es demasiado grande para tu padre, para mi y tu hermana, además, nos encantaría tenerlos en casa.—A mí también me gustaría, podría hablarlo con Jasper.—Así también veríamos lo de los arreglos de la boda, —Miranda se uni&o
Los dedos de Valentina acariciaron la orilla del velo que tenía caída desde su moño bajo, el maquillaje era perfecto, el vestido era de corte de sirena, en encaje color perlado, dejaba al descubierto sus hombros, las mangas eran 3/4, la tela caía como una cascada hasta la duela oscura de su habitación. "¿Acaso se podría ser más feliz?" se preguntó a si misma al mirarse en el reflejo del espejo.―Esto es prestado...―Miranda la sacó de sus pensamientos al ponerse a su lado y le extendió un collar con un diamante azul cielo. Valentina se sorprendió a tal belleza, levantó su mirada del collar a su hermana.―Pero...―...es azul, y ahora es un regalo. Tienes las tres, prestado, azul y regalado. ―Miranda sonrió emocionada al verla espectacular.―Gracias, hermana. ―iba a abrazarla pero Miranda negó.―No quiero estropear t