Jack Brooks
Me he delatado. «Doble mierda»
Me aclaré mi garganta, no pude evitar sentirme incómodo, creo que había preguntado de más.
—El desayuno ha sido…exquisito. Muchas gracias por la invitación—miré la hora, en dos horas exactas, se anunciaría por todos los medios mi rompimiento con la hija de uno de los magnates más poderosos del país y amigo de la familia. Estaba por un lado tranquilo, ya que el padre de Allison compartía conmigo el concepto de la palabra fidelidad y entendería mi posición. Miré a Evelyn quién pareció divertirle mi situación—Y disc…—me interrumpí a mí mismo, pasé saliva, nunca me había disculpado en mi puta vida, «Vamos, Jack, tú puedes»—Disculpa, no fue mi intención sonar…—detuve mis palabras buscando rápido esa palabra que no suelo usar, pero Evelyn se adelanta.
— ¿Chismoso? —escuché el jadeo de su esposo. Evelyn sonrió. Tomé aire y lo solté lentamente. No me iba a
Evelyn Peterson—Ya terminé de lavar todo—dije saliendo de la cocina, me puse crema en mis manos, entonces me encontré con Orson y Chase en la sala, platicaban de algo entre ellos. Chase me miró.—He visto la mirada que le dabas a Jack. —sonrió de forma pícara, negué intentando no arrugar mi ceño, pero fallé.— ¿De qué hablas? Es el último hombre en esta tierra y galaxia al que le lanzaría una mirada de las que dices—me senté en el brazo del sillón a lado de ellos, luego lentamente me deslicé hasta colgar en el mismo brazo mis piernas. —Es un hombre arrogante, estúpido, cree que porqué he sido nombrada directora de Editorial Brooks, William y yo nos acostamos…es demasiado fácil de manipular, eso, no aplica en mis gustos en los hombres.
Allison Colleman “—No te atrevas a llorar.” Fueron las palabras de mi madre el día de ayer en la mansión de los Brooks. Los noticieros de espectáculos del todo el mundo, anunciaron un compromiso cancelado, no bajé la mirada de aquel televisor, miré hacia a Jack quien pareció estar tranquilo, la ira corrió por mis venas. Quería estrangularlo ahí mismo. Gritarle que esto no se iba a quedar así, que este matrimonio tenía que hacerse. La imagen de mi padre con su mandíbula tensa, mi madre con sus ojos azules bien abiertos, William y Ellie se miraron entre ellos. “¿Qué es esto?” Ellie fue la primera en hablar en ese momento, su vena resaltó en su cuello, me miró y luego a su hijo en espera de una respuesta. “¡Exijo una respuesta a esta noticia! Si fuese un noticiero, lo dejaría por amarillista, pero ¡Ocupa todos los malditos canales!” gritó furiosa, Jack se levantó y se acercó a la ventana, se quedó dándonos la espalda. Y ent
Evelyn PetersonCuando Jack escuchó mis palabras de que pidiera agenda para a hablar conmigo –regresando lo de hace rato sus mismas palabras-, soltó un golpe contra la superficie de mi escritorio de cristal, hizo que me encogiera de hombros por un breve momento, pero no soy de las que se callan y muestran sumisión, “no, no, Brooks, conmigo te estrellas” y es como si hubiera prendido la mecha de dinamita que hay en mí, me levanté de un movimiento y lo enfrenté con una sonrisa de oreja a oreja, él mostró más molestia.—Primera y última vez que entras sin tocar, sin anunciarte, primera y última vez que usas este comportamiento conmigo, estarás a acostumbrado a hacer y deshacer, pero por más hijo que seas de William Brooks, respetas mi lugar de trabajo. —Jack pareciera salir de su trance de “la
Jack Brooks Después de ver a Evelyn irse en el elevador, regresé a mi oficina, me molestó que dijera que no pasó nada, cuando si pasó, ¿Qué las mujeres no tienen tampoco memoria? Ja. Claro que tienen memoria, no les conviene olvidar. Me dejé caer en el sillón de la sala que estaba en el interior de la oficina de mi padre, reinó el silencio por un buen rato, Logan me había dicho que, aunque le hubiera mentado hasta de lo que se iba a morir, ya estaba en el avión para marcharse a Londres, solo le deseé buen viaje, estaba demasiado cabreado por lo que hizo. ¿Qué favores le tiene que hacer a Evelyn? Los Brooks no hacemos favores. Mi celular vibró, sacándome de mis pensamientos irritables. —Jack Brooks. —contesté sin mirar la pantalla. —Soy tu madre—cerré mis ojos y acaricié el puente de mi nariz con delicadeza, aún tenía un poco de dolor si me tocaba bruscamente, los retiré segundos después. —Dime, ma
Evelyn Peterson Días atrás. Caminé por el nuevo ático, los suelos eran de un mármol hermoso, las ventanas eran gigantes, de techo a suelo, todo un lado era puro cristal, la luz por la mañana debe ser impresionante. Pasé a la cocina, estaba completa, granito oscuro, los accesorios de un acero inoxidable, una isla en medio del lugar. — ¿Qué opina? —me preguntó el agente inmobiliario, me volví a él. —Me encanta. —hice una pausa dando un último vistazo al lugar, luego miré al agente— ¿Y en cuánto tiempo venderá mi ático? —el hombre sonrió triunfante. —Tengo dos ofertas, ninguno ha bajado el precio, así qué, son buenas noticias—sonó emocionado. —Perfecto. Entre más rápido, mejor. —Al salir del edificio, estaba completamente emocionada por lo que estaba haciendo, estaba empezando a independizarme totalmente, no
Evelyn PetersonMe miré en el retrovisor para repasar el lápiz labial, había decidido dejar mi cabello suelto, me había estrenado los pantalones negros de cuero, me puse una blusa gris con pequeños destellos de figuras, se veía acorde al resto, me ajusté mi gabardina al bajar, estaba fría la noche, solo cumpliría un rato con los empleados y luego me retiraría a mi ático a terminar de desempacar lo pendiente. Abrí la puerta y entré, miré alrededor y me encontré con Gary, se acercó a mí y cruzó la línea de la distancia, apenas puse la sonrisa.—Que bien que ha venido—dijo emocionado, entonces apareció Jack a nuestro lado, vestía elegante, parecía que solo se quitó su corbata y solo retiró los botones de su cuello y listo.—Buen
Evelyn Peterson El frío me hizo despertar poco a poco, tenía mi cabeza recargada en el vidrio del auto, empecé a moverme lentamente, no tenía la fuerza suficiente, me sentía adormilada. Me di cuenta que estaba sola en el interior, recordé mi celular que se me había caído de la mano, temblorosa, deslicé mi mano hasta que lo encontré a un lado de mi pie, mientras lo llevé hacia a arriba, me di cuenta que estaba a un lado de una carretera, mi corazón comenzó a latir a toda prisa, en cualquier momento podría aparecer Gary, mi pantalla se iluminó, tenía más de treinta llamadas de William, de un número que no conocía, de Orson, de Chase… Un sollozo salió de mi boca, mis dedos adormilados comenzaron a teclear para llamar, la puerta de mi lado se abrió y vi a Gary, me arrebató el celular, con su mano libre tomó mi cabello y de un tirón, me bajó, caí a la tierra, intenté soltarme de su agarre, pero fue imposible, quería g
Jack Brooks Momentos después que Evelyn se marchó. Vi como Evelyn salía con Gary del local, terminé de dar el último trago a mi bebida, los seguí con la mirada, ¿Qué le habrá pasado a la directora de EB? Esa pregunta sonó sarcástica dentro de mi cabeza. —Señor Brooks, ¿Quiere otra bebida? —preguntó uno de los empleados de la fiesta, distrayéndome, luego, miré mi vaso vacío. —Yo mismo iré a la barra por uno. —Puedo ir yo…—dijo con una gran sonrisa, “La lambisconería en persona” intenté ocultar mi irritación. —Iré yo, gracias. —caminé a la barra y me senté en el banquillo vacío, le pedí al bartender lo mismo y me lo sirvió, di un sorbo, luego miré hacia la salida del local, no creo que hayan ido a fumar, o, ¿a platicar? Torcí mi boca. — ¿Era tu chica? —escuché la pregunta, regresé la mirada a