Nunca en toda mi vida me había sentido tan feliz como ahora ,el aire picaba sobre mi piel a medida que aumentaba la velocidad ,los brazos de Max sobre mi cintura enviaban corrientes eléctricas por todo mi cuerpo y ya tenía en mente donde quería ir .... ese lugar que había descubierto con él y que ahora sería más nuestro Unos segundos después me detuve en una gasolinera al lado de la carretera donde compramos comida ,agua ,algunas golosinas y Max se aseguró de comprar condones ,cosa que me enrojeció al instante haciéndolo sonreír maliciosamente—ya sabes a dónde vamos pervertida — pregunto mientras terminaba de pagar en la caja — al lago — me encogí de hombros colocando las cosas dentro de unas bolsitas de nailon— Interesante elección , déjame conducir a mi — me miró por con el rabillo del ojo — es que a tu paso no llegaremos nunca — sonrío haciéndome poner los ojos en blanco — creí escucharte rogar que bajara la velocidad — me encojo de hombros mientras sonrío pícaramente — de hab
¿Tú crees en los monstruos?...buena pregunta esa...Debo confesar que cuando era niña les temía, me aterraba la idea de que un ser con tres cabezas, muchos ojos o cubiertos totalmente de pelo saliera debajo de mi cama solo por la satisfacción de asustarme; o que por el contrario, una mano sin cuerpo tocara mis pies y que pudiera sentir sobre la piel de estos unas largas y sucias uñas ; lo sé ,es algo ilógico ,pero no me juzguen en ese entonces sólo tenía 5 años. Creía en la tonta leyenda de esconderme bajo la manta ,como si está fuera un escudo invencible o la mejor de las armas contra ellos y funcionaba jodidamente bien Ni siquiera puedo explicar cuándo o cómo llegué a mi habitación pero me encontraba arrodillada frente al clóset abrazando fuertemente una vieja sábana de color rosa que acababa de sacar de una de las tantas cajas que habitualmente pasaban desapercibidas por mí en un rincón olvidado del mismo. Me aferraba a ella esperando que hiciera el mismo efecto que cuando era ni
— ¿podemos hablar un momento ?— la voz de mi padre desde el umbral de la puerta me saco de mis pensamientos haciéndome caminar desde la ventana hasta la cama cabizbaja mientras asentía con pesadezEl camino hacia mí y se sentó a mi lado quedando ligeramente ladeado hacia mí y dejando la ventana a sus espaldas —creo... Yo creo— tartamudea tragando en seco — me pase un poco con lo que te dije en la cocina — intento sonreír ladeando la cabeza — no puedo meterme en tus decisio...Deje de escuchar las palabras de mi padre cuando mis ojos se encontraron con aquellos oscuros junto a la ventana ,el cual me sonreír notando que había llegado en un mal momento ....mi padre viene a disculparse no puede ver a Max aquí .... asentí a mi conciencia intentando que mi padre no notará lo nerviosa que me estaba poniendo tener los ojos de Max sobre mi No sé que dijo pero bajo la cabeza avergonzado cosa que aproveche para hacerle una sutil gesto a Max para que se fuera el cual con una sonrisa divertida s
— me das de tu cigarrillo — rompí el descomunal silencio que había entre nostros ganándole una mirada de Max cargada entre confusión y diversión — No tenía idea que ahora fumabas — dijo esbozando una sonrisa de lado mientras me lo pasaba y perdía su vista en el horizonte ...después de todo esto es lo de menos...Pensé mientras le daba una calada al cigarrillo y luego otra para terminar devolviéndoseloEstábamos sentados en la baranda de la ventana ,yo en ropa interior mientras que sólo llevaba sus pantalones sin abrochar a la vez que pequeños rayos del sol comenzaban a salir detrás de los altos pinos La noche había pasado en un abrir y cerrar de ojos y aún no tenía idea de que hacer después de todo lo que había pasado — escapemos — fue todo lo que dijo sin apartar su vista de enfrente — nadie nunca lo ha intentado —le dije planteándome la idea — pues seremos los primeros — se apresuró a decir mientras sus oscuros ojos hacían contacto directo con los míos — tu cumpleaños es
El gran día se hizo presente lo había pasado de un lado a otro entre maquillaje peinados vestidos prueba de catering, etcétera ,etcétera .Más que mi décimoctavo cumpleaños parecía que papá preparaba mi boda, como si algo dentro de él le avisar a que no volvería a verme así que me acompañó a todos lados pero parecía al distante o más bien perdido tras la pantalla de su móvil intenté varias veces preguntarle que hacía pero ni siquiera tenías chance a esoPero lo peor fue cuando las horas pasaron dando inicio a la noche y la dichosa celebración —por así decirlo— comenzóAhí estaba ;observándome en el espejo de una de las habitaciones por última vez, luciendo un carísimo vestido rojo ceñido al cuerpo, con un muy atrevido escote además de una abertura en mi pierna derecha mostrando más allá de las mismas y me complazan medir que me lucía magníficamente sexy.Unos minutos después luego soltar un suspiro orgulloso me dispuso a bajar las escaleras de la enorme y maravillosa mansión RumbaunSí
Éramos solo las dos aunque por unos segundos ella pareció desaparecer dejándome perdida en mi transe. La nota me revolucionó a tal punto que las palabras se repetían una y otra vez en mi mente ,una chispa comenzó a florecer dentro de mí sin saber exactamente qué pensar o que decirle Logré desbloquear con dificultad mi móvil debido a la sudoración y los pequeños temblores que no parecían querer abandonar mis manos Un tono ,dos tonos — vamos Max contesta— tres ton... —¿donde estás ? Te estoy esperando donde acordamos — la voz de Max se escuchaba agitada —esto...estoy —dije entretamudeos garraspeando mi garganta estamos en las escaleras que van a la cochera —pronuncié finalmente—estamos , ¿Ann quién está contigo? ¿estás bien?— Natalia —mi voz salió en apenas un susurro casi imperceptible pero eso no fue impedimento para que un Max preocupado al otro lado de la línea lo entendiera—¿qué haces con ella a...—espéranos ahí lo interrumpí antes de que pudiera seguir preguntando algo más
Desperté y estaba encerrado nuevamente, atada de pies y manos a una vieja silla negra gastada ,con ligeras y casi imperceptibles manchas de sangre por todas partes y un trozo de cinta cubriendo mi boca impidiéndome expresar palabra alguna.La habitación estaba escasamente iluminada por un bombillo que colgaba desde el techo en el centro de la misma, llena de telas de araña y escremento de moscas.No había ventanas ,ni siquiera un pequeño agujero en la pared que nos pudiera decir si era de día o continuaba siendo de noche, solo se podría divisar una puerta que dejaba la vista más de cinco cerraduras.Mis ojos siguieron viajando por el lugar no dando unas paredes que parecían haber sido blancas en algún momento pero hace mucho mucho tiempo atrás habían manchas de sangre y humedad de días o quizás meses de diferencia el olor a podrido me invadía desde el primer segundo o quizás desde que nos trajeron aquíNos ,sí ,porque a escasos metros de mí se encontraba Natalia en las mismas circunsta
La masacre, esa violenta manera de acabar con la existencia de otros, la adrenalina de cazarlos sin que nos noten, el terror dibujado interminablemente en su rostro unido al sin fin de dolor que provocan nuestras sádicas torturas, pero nada iguala a la corriente de excitación que invade cada pequeño rincón de nuestro cuerpo cuando entrelazados de manos arrancamos el aun latente corazón de cada una de las victimas regalándonos muy a su pesar —o quizás lo desean tanto o más que nosotros —su último aliento de vida. Y es en ese precioso instante es cuando todo cobra sentido, la sangre pareciera fluir más de prisa por mis venas, cada vello existente en mí se pone de punta, los besos cobran un sabor más exquisito y el sexo solo llega a su máximo punto de placer justo después de observar esa mirada vacía totalmente cristalizada que se le queda a cada presa cuando muere. Ahora el verdadero martirio es colgar nuestra obra de arte para que todos los habitantes de este miserable y moribundo pue