Maisie frunció el ceño. “¡Estoy hablando de esas mujeres!”.

Nolan se rio entre dientes. “Entonces, ¿estás diciendo que no te sientes así?”.

Maisie estaba estupefacta y extremadamente molesta. Le apartó el mechón de cabello que tenía en la mano. “Estoy empezando a cansarme de abalanzarme sobre ti y me gustaría cambiar de hombre”.

La expresión de Nolan se volvió fría en un instante. “Entonces, ¿sobre quién quieres abalanzarte?”.

Maisie miró intencionalmente a Quincy.

Quincy notó algo en el espejo retrovisor y se quedó atónito. “Se… Señorita Vanderbilt, yo, yo, ¡yo soy gay!”.

Quincy casi quiso morderse la lengua después de decir eso.

Maisie no pudo evitar estallar en carcajadas.

Nolan levantó las cejas mientras la miraba con impotencia. “Traviesa”.

Esa noche, Maisie volvió a dar vueltas en la cama.

Al ver que estaba tan cansada que se había quedado dormida, Nolan se sintió un poco enojado e impotente. Se inclinó y besó sus labios, nariz y frente.

'Ella es mi preciosa esposa, y