Tanner se rio y su expresión facial se volvió ligeramente rígida. Sin embargo, no dijo nada a cambio.

Helios miró al jinete en la pista y dijo: “Nos conocemos desde hace mucho tiempo, y sé que eres alguien que no renunciaría a una relación tan fácilmente. Aunque no sé qué está pasando entre ustedes, el Señor Santiago parece estar muy preocupado por su hija”.

"Helios", Tanner sonrió. "Es mejor que no te metas en mis asuntos con Pearl".

"No pienso interferir", respondió Helios mientras tomaba un sorbo de su café. “Pero te daré un consejo. Detente antes de que sea demasiado tarde".

Tanner no dijo nada.

Después de un rato, Tanner se fue. Helios lo observó y se quedó pensativo.

Mientras tanto, en Alma...

"¿El Señor Santiago le pidió a Helios que tratara de persuadir a Tanner?". Maisie miró a Barbara.

Sentada en el sofá, Barbara tomó un sorbo de su té y sonrió. "Sí. Vino a la mansión el otro día y le pidió a mi esposo que persuadiera a Tanner para que dejara en paz a su hija".

Cuand