La sonrisa de Sandy se congeló y desapareció lentamente. "Tan, yo... no quise hacerlo".

Ella ignoró el dolor que se produjo desde la herida de su muñeca y se apoyó en la cama para explicarle a Tanner: "Ayer no pude contactarte, y estaba tan asustada, Tan. El doctor dijo que me volvería irritable y emocionalmente inestable debido a mi embarazo. Yo... yo estaba simplemente asustada”.

Tanner respiró profundamente y le preguntó: "¿Sabes que operaron a mi padre de una hemorragia cerebral?".

El rostro de Sandy se puso pálido.

“Ayer pasé todo el día en el hospital con mi padre. Además, ¿no pasé ya una noche a tu lado antes de ayer? ¿Qué más quieres? ¿Quieres que me quede a tu lado aunque mi padre esté en su lecho de muerte?".

“Lo siento, Tan… Todo es mi culpa”, dijo Sandy nerviosa. “No sabía que...".

Él se cubrió la cara con la mano y dijo con una voz pesada: "Estoy cansado, Sandy".

Cuando un hombre decía que estaba cansado, podía significar dos cosas.

Uno era cansancio físico, mientr