POV. EvelineNunca había subido a un avión, y aunque la experiencia no fue tan mala sin duda alguna deseaba llegar a tierra rápido. Cada minuto se volvió eterno, si no hubiera sido por Aidan que sostuvo mi mano durante el despegue y luego el aterrizaje, estaría llorando de miedo. Al llegar a la ciudad de Roma, nos recogió el chófer del la familia Lombardi, un hombre joven de muy poco hablar. No sé en qué momento me quedé dormida sobre el hombro de Aidan, pero lo que sí sé es que al despertar me sorprendió ver la enorme mansión con un jardín de ensueño.—Wow, es... —doy una vuelta mirando todo alrededor—. Hermoso.—Lo es. Venía aquí con el abuelo, siempre me pareció una casa hermosa y espera ver el interior —agarra mi mano entre la suya arrastrándome dentro de la mansión.—Bienvenidos, el señor Patrick los espera en el living —informa un señor mayor que al parecer es el mayordomo.¿Todavía los hay? Pensé que solo se veía en películas antiguas.—Gracias —dice Aidan encaminándose a una d
Ha sido algo bueno venir a Italia, no solo porque es mi primera vez en el país, así que es un poco especial poder encontrarme aquí, sin embargo hay varios sentimientos encontrados porque me siento incómoda, intento una y otra vez poder estar tranquila, pero es imposible cuando mis ojos están sobre ese hombre, que hace latir mi corazón de forma diferente, y me siento celosa al verlo interactuar con otras mujeres, tal vez estoy siendo demasiada exagerada al sentirme de esta manera.Lo único que ahora me debería de importar, es disfrutar de este tiempo aquí en Italia, un país tan hermoso, pero no... los estúpidos celos que están creciendo sin parar dentro de mi sistema, me envuelven y hacen que arda de enojo cada vez que miro a mi jefe con aquellas mujeres su alrededor, como si fueran buitres.Es que es lo que detesto.Lo estoy viendo conversar con una chica que al parecer más allá de solo dejar la bebida sobre la mesa, pretende actuar coquetamente, y yo desde mi lugar observo como una es
POV. AidanEl paisaje es hermoso, los colores del cielo se han tornando de un rocicler que va desde el naranja hasta confundirse con tonos más claros. En cuanto al sol, ya ha comenzado a asomarse por el horizonte, y apenas se logra ver a través de las nubes que lucen en forma de hoja onduladas y esconden al astro, dándole unos últimos minutos más de oscuridad a la ciudad de Roma. El amanecer está a la vuelta de la esquina, por lo que capturo el panorama antes que amanezca pronto. Parece sacado de una película, el ocaso es espectacular. Aunque sea mediados de otoño, aún se puede apreciar algunos árboles frondosos cuyas hojas vuelan con el viento que hace a las cinco de la mañana.No hay duda de ha sido una excelente idea haber elegido este lugar como nuestro destino, estoy tan alegre de pasar este tiempo aquí, es tan reconfortante, la verdad me deja muy tranquilo, se consigue una tranquilidad diferente que en ningún otro lado sentiría. Todo es tan increíble. Debí venir antes, pero ahora
POV. EvelineDecidí salir a dar un paseo sola por el enorme jardín de la residencia, mientras Aidan conversaba un asunto con el señor Patrick. Por la seriedad de su rostro se trata de algo importante, pero preferí no preguntar porque intuyo que algo personal. El sitio estaba lleno de flores de todo tipo, a dónde quiera que veía había tulipanes rosados, rosas blancas, rojas y blancas. Parecía un lugar salido de un cuento de hadas.Nunca había estado en un sitio así, por lo que no pudo faltar las fotografías para enviársela a Nora, ella amaba las flores. Siempre que pasábamos cerca de una floristería, terminaba comprando ramos de girasoles y cualquier otra que sirviera de centro de mesa.—Son hermosas, ¿no? —escucho una voz tras mi espalda.Me giro viendo al mayordomo que se encuentra a unos metros sosteniendo una maceta. Asiento con la cabeza dándole una mirada a las flores.—¿Usted las cultivó? —pregunto.—No, fue el señor Patrick. Desde que le diagnosticaron Alzhéimer intenta ocupar s
POV. EvelineEscucho atentamente cada palabra que dice Aidan, de todo nunca me imaginé que la situación fuera tan complicada. Parecía sacado de una película, no podía creer que estuviera sucediendo esto justo cuando pensé que las cosas iban bien. Pienso que en cualquier momento podría quedarme en el suelo desmayada debido a la perplejidad a porque nunca antes he vivido una cosa así, ni siquiera he imaginado algo como esto, así bien lindo de su parte y por lo tanto me quedo sin palabras para expresar. No sé exactamente lo que tengo que decir ante una situación como esta, todo me parece demasiado raro y mi corazón ya late muy rápido, al punto de parecer que en cualquier momento se va a escapar de mi pecho.Todavía no encuentro las palabras para expresar antes de esto. Creo que no saldré de la sorpresa por un rato, incluso mis ojos se han abierto de par en par sin dar crédito a su perdición.Por un lado me parece demasiado pronto, sí, creo que todo esto resulta demasiado apresurado para a
Piensa Eveline, piensa en algo que te sirva para no demostrar que te ha afectado tenerlo así de cerca. Es decir, hemos cruzado el límite que sin darnos cuenta formamos sin ninguna razón aparente. Pero últimamente habíamos estado más cercanos, incluso me he desenvuelto con él a pesar de no saber cómo actuar cuando se trata de algún hombre. Es como si me bloqueara por completo. Sin embargo, con Aidan es diferente, me siento cómoda de mostrarme tal como soy, sin apariencias que no me hacen la verdadera Eveline.Me he mostrado sin transparencia alguna, y eso me ha hecho sentir bien, segura de si misma aunque estén las dudas allí en mi interior. Es inevitable no tener pensamientos referente a si soy suficiente para alguien cómo Aidan, que bien podría aburrirse de mi y encontrar a otra persona mejor que yo. Sin embargo, me ha demostrado que me quiere de diversas maneras y apacigua las inseguridades que muchas veces se apoderan de mi cabeza. Quizá este sea otro obstáculo que pongan a prueba n
Abro los ojos lentamente acostumbrándome a la iluminada habitación, miro el reloj que está sobre la mesita de noche comprobando si ya amaneció. Cuando me percato de la hora me levanto de un salto de la cama mientras golpeo el brazo de Aidan que duerme plácidamente.¡Rayos y centellas! Es tardísimo.—Aidan —le llamo.—Umm —balbucea manteniendo los ojos cerrados.—Es tarde, despierta —le apresuro puesto que de lo contrario perderemos el vuelo.Se remueve aún adormilado haciendo que las sabanas dejen al descubierto su pecho desnudo, provocando que los recuerdos de anoche vengan a mi cabeza cayéndome como una balde de agua fría. Instintivamente mis mejillas se colorean de rojo carmesí, es inevitable no sentirme cohibida en este instante después de lo que sucedió ayer.—¿Qué hora es? —pregunta con voz ronca.—Nueve en punto, si nos damos prisa podremos llegar a tiempo —apremio colocándome la ropa.Entro al baño a cepillar mis dientes mientras Aidan ingresa a la ducha, espero que sea un baño
Tres años despuésPOV. AidanNo soy el tipo de persona que suele salir a caminar demasiado rato al exterior, la verdad es que nunca me ha atraído la idea de transcurrir entre la gente pero ahora más que nunca la necesidad por hacer eso se incrementa en mi sistema y finalmente ya me estoy dirigiendo hacia fuera para caminar un rato por la ciudad y poner en orden mi cabeza, incluso cuando ya han pasado varios años, no he logrado sacarla de mi cabeza y me siento culpable por algo en lo que no tuve nada que ver, antes pensaba que tenía el poder de poder cambiarlo y buscar una solución pero la alternativa nunca apareció, y me vi en un cerrar y abrir de ojos casado con una mujer a la que ni siquiera amaba, a la par de una persona que durante todo ese tiempo, no llegué a querer de verdad.De pronto me sentía el protagonista de una historia en la que tristemente no me sentía feliz, no, pero yo había hecho la elección. Todavía me duele demasiado ese día cuando hayas decidido irse y lo entiendo