Piensa Eveline, piensa en algo que te sirva para no demostrar que te ha afectado tenerlo así de cerca. Es decir, hemos cruzado el límite que sin darnos cuenta formamos sin ninguna razón aparente. Pero últimamente habíamos estado más cercanos, incluso me he desenvuelto con él a pesar de no saber cómo actuar cuando se trata de algún hombre. Es como si me bloqueara por completo. Sin embargo, con Aidan es diferente, me siento cómoda de mostrarme tal como soy, sin apariencias que no me hacen la verdadera Eveline.Me he mostrado sin transparencia alguna, y eso me ha hecho sentir bien, segura de si misma aunque estén las dudas allí en mi interior. Es inevitable no tener pensamientos referente a si soy suficiente para alguien cómo Aidan, que bien podría aburrirse de mi y encontrar a otra persona mejor que yo. Sin embargo, me ha demostrado que me quiere de diversas maneras y apacigua las inseguridades que muchas veces se apoderan de mi cabeza. Quizá este sea otro obstáculo que pongan a prueba n
Abro los ojos lentamente acostumbrándome a la iluminada habitación, miro el reloj que está sobre la mesita de noche comprobando si ya amaneció. Cuando me percato de la hora me levanto de un salto de la cama mientras golpeo el brazo de Aidan que duerme plácidamente.¡Rayos y centellas! Es tardísimo.—Aidan —le llamo.—Umm —balbucea manteniendo los ojos cerrados.—Es tarde, despierta —le apresuro puesto que de lo contrario perderemos el vuelo.Se remueve aún adormilado haciendo que las sabanas dejen al descubierto su pecho desnudo, provocando que los recuerdos de anoche vengan a mi cabeza cayéndome como una balde de agua fría. Instintivamente mis mejillas se colorean de rojo carmesí, es inevitable no sentirme cohibida en este instante después de lo que sucedió ayer.—¿Qué hora es? —pregunta con voz ronca.—Nueve en punto, si nos damos prisa podremos llegar a tiempo —apremio colocándome la ropa.Entro al baño a cepillar mis dientes mientras Aidan ingresa a la ducha, espero que sea un baño
Tres años despuésPOV. AidanNo soy el tipo de persona que suele salir a caminar demasiado rato al exterior, la verdad es que nunca me ha atraído la idea de transcurrir entre la gente pero ahora más que nunca la necesidad por hacer eso se incrementa en mi sistema y finalmente ya me estoy dirigiendo hacia fuera para caminar un rato por la ciudad y poner en orden mi cabeza, incluso cuando ya han pasado varios años, no he logrado sacarla de mi cabeza y me siento culpable por algo en lo que no tuve nada que ver, antes pensaba que tenía el poder de poder cambiarlo y buscar una solución pero la alternativa nunca apareció, y me vi en un cerrar y abrir de ojos casado con una mujer a la que ni siquiera amaba, a la par de una persona que durante todo ese tiempo, no llegué a querer de verdad.De pronto me sentía el protagonista de una historia en la que tristemente no me sentía feliz, no, pero yo había hecho la elección. Todavía me duele demasiado ese día cuando hayas decidido irse y lo entiendo
—Me temo en ese caso lo mejor sería dejarla a un lado, al final sería una muestra de amor poder dejarla con su pareja. ¿No lo crees? También podríamos llamarle a un sacrificio, al final estarías sufriendo por ello, pero... ¿Solo porque quieres estar con ella vas a separarla de la persona con la que ha logrado avanzar después de ti?Niego. No, yo no sería capaz de hacer algo así. No creo hacerlo.Aunque por segundos lo dudo...—No, sería ser egoísta y yo no quiero convertirme en una persona que solo piensa en sus propios intereses. Amor sería dejarla ser feliz, es eso lo que haré...—Exactamente, es eso lo que un hombre haría por la mujer a la que ama.De pronto surge un corto silencio. No quiero seguir esta conversación. Ya ha sido mucho. De hecho, ya es un poco extraño que haya hablado de mi vida privada con una persona a la que apenas conozco. Pero es alguien amable, y solo me ha dado consejos, justo los que necesito.—Gracias por la charla, quizás nos veamos en otra oportunidad pero
Le doy otro sorbo a mi vaso de agua y me la termino por completo, ya se acabó el vaso de líquido cristalino, pero por alguna razón sigo un poco sediento. Me sirvo otro vaso, y me quedo ahí, en medio del silencio.De pronto dejo de pensar en Sandra, para ocupar mi cabeza en Eveline, es de esa manera como empiezo a llorar, tampoco sueño ser así de sentimental, pero lloro a sabiendas de que las cosas pudieron ser diferentes, en cambio, no estamos juntos. Odio que todo se diera así, siento que pudimos estar juntos, si no fuera por decisiones de terceros, involucrando nuestro presente.Ya no quiero agua, no necesito seguir tomando ese líquido vital, cuando mis labios ansían solo una cosa, y es alcohol. Nunca antes con todas mis fuerzas había querido tanto consumir alcohol, me dirijo a ese sitio para conseguir algo de tomar. Al siguiente día, de seguro voy a despertar con una terrible resaca, pero no me importa, porque ahora lo que más necesito es poder olvidarme de lo que siento y que el do
POV. EvelineEscucho un golpe en la puerta, llevo la vista hacia la entrada de mi apartamento y me acerco a abrir. No espero a nadie, el chófer quedó en venir a las ocho y media, pero aún no es la hora acordada. Camino con cuidado de no resbalarme con el líquido pegajoso que he esparcido sin querer el en suelo, eso me pasa por estar apresurada cocinando panqueques. Lo peor de todo es que al final tenía un sabor para nada comestible, así que no me quedó de otra que tirar toda la comida y servirme un tazón de cereal con leche, al menos no me iría con el estómago vacío. No quiero volver a sufrir de nuevo de gastritis solo por saltarme las comidas.Abro la puerta y me sorprendo de ver a Nora con el pequeño Dylan, un niño precioso que me llama tía. Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo, aún recuerdo cuando era un bebé, y de un momento a otro ya han pasado tres años. Sí, tres años desde que tomé la decisión de volver a Nueva después de haber ido a Londres dónde conseguí trabajar en la
POV. EvelineMe quedo mirando el borde de la taza de café, compruebo que todavía el líquido humeante sigue caliente, solo me detengo cuando escucho su voz.—¿Cómo has estado? —pregunta mirándome con recelo.Me parece un chiste que pregunte eso cuando claramente no he estado bien. Y sí, admito que tomé la decisión de terminar con lo nuestro, y también el prohibirle a Nora y Álex que le dieran Aidan información sobre mi. Sabía que si volvía a Nueva York, quizá me cruzaría con él, y me daba igual si eso pasaba. Pero jamás creí que mi corazón reaccionará así de rápido ante su presencia, encontrarme a Aidan ha despertado aquellos sentimientos que creí haber enterrado en el fondo de mi ser. Pensé que no me sentiría afectada.Levanto la vista de mi taza de café y le sostengo la mirada. Sus ojos azules son penetrantes, hacen que cualquiera se sienta sometida ante ella. Sin embargo, no aparto mi mirada de la suya, ocasionando que esta vez sea él quién la desvíe.—Bien, ¿y qué hay de tu vida? —m
POV. AidanA veces las personas se distancian, suelen transitar por diferentes rumbos pero si están destinadas a estar juntas la dirección de sus pasos siempre termina llevándolos al mismo lugar. Nunca me imaginé una vida tan plena cómo la que tengo ahora, no cambiaría nada de lo que he conseguido y me siento el hombre más afortunado del planeta por tener una familia que es el motor de mi vida.Cuatro años han pasado desde que decidí proponerle matrimonio a mi amada esposa. Parece que fue ayer cuando la vi caminar hacia mi luciendo preciosa con su vestido blanco, es imposible olvidar aquel día tan especial para nosotros. Luego al año nos enteramos que seríamos padres de un pequeño niño a quien llamamos Ashton. Sin duda fue la alegría de nuestra vida, el fruto de nuestro amor que ablandó mi corazón apenas lo vi por primera vez. Y cuando creía que mi vida no podía ser más feliz, dos años más tardes nació mi pequeña princesa Alison, una niña idéntica a Eveline en todo los aspectos. Eran t