Capítulo 48
“Ella tiene su hombre”
Al llegar a la mansión, Harry junto con el doctor Sutherland habían puesto al tanto de todo a la abuela Cecil. Ella valientemente asumió que todo eso se lo esperaba porque los conocía muy bien, sin embargo lo de Diana le pareció una locura. Todo fue, además de desconcertante, fue doloroso para ella, pues no se los imaginaba haciendo ese tipo de maldades. Sin embargo les nombró abogados a cada uno para amenguar la pena ante la ley.
Margaret Hopper se incriminó ella misma para que Cam Hopper no fuese juzgado y pudiera mantener sus aspiraciones políticas. El juicio a Diana y Ernest sería en un mes.
Harry se mantuvo cordial y atento conmigo, siempre pendiente de lo que necesitara o en qué me podía ayudar, pero distante. A veces me ignoraba totalmente. Eso me estaba matando de
Capítulo 49“Graduación”Llegamos al amanecer después de que el doctor Sutherland logró arreglar los términos legales. Harry estaba cabizbajo. La prensa lo iba a reseñar y seguramente le aplicarían una sanción en la asociación.Se quedó en su habitación de huésped y solo me dio un inentendible hasta mañana. Desde entonces no lo vi por mi habitación ni por la casa. La prensa reseño “El magnate de los vinos Harry Winter, en un club nocturno mostró anoche sus excelentes dotes de hombre fuerte y defendió a su bella esposa del acoso sexual de un desconocido que la atacó en la entrada a los baños. La también empresaria María Eugenia Winter” –se mostraba la foto de ambos saliendo del club con las fuerzas polici
Capítulo 50“Mi Vendimia”La abuela Cecil, a pesar de la situación, estuvo muy amena toda la noche y compartió con mis padres y los invitados. Fue una velada muy especial. Mis compañeras estaban hipnotizadas con Harry, se explayaron en halagos. En un momento yo conversaba con unos amigos y se acercó para llevarme a la pista a bailar. Me abrazó en la música romántica y al oído me dijo:–Te voy a extrañar mucho, mi brujita. Sobre todo porque has sido la alegría de mis días desde que estamos juntos.–Harry, no me hables de eso que se me encoje el corazón. Me besó fugazmente en los labios, cerrando sus ojos para pegarme a su pecho. Tierno y protector.Al terminar esa melodía me soltó.–Te voy a llevar de nuevo con tus
Capítulo 51“Es pasado”Esa tarde llegamos a Kent y estaba feliz de ver la casa de campo tan hermosa que pertenecía a Etiquetas. Me fascinó desde un principio.Las habitaciones eran espaciosas y llenas de luz y sombras naturales que dan eso toque mágico. Yo estaba como emocionada con todo eso. Salimos a los jardines a tomar la merienda de la tarde y me encantó el chocolate que preparó Aby, mi debilidad. Sentí que necesitaba tanto de eso.El teléfono de la abuela Cecil sonó con insistencia y entonces le señalé, ella estaba tan absorta en lo que nos contaba que me lo pasó para que yo lo contestara, era Harry.–Es María Eugenia –le dije.–¡Ah! ¿Estás ahora mismo con la abuela?–Sí.–No vayan a llegar tarde que ella debe estar
Capítulo 52“Hay que sanar heridas”Aquella tarde hice el chocolate para acompañar los burritos y los tacos que la abuela Cecil quiso comer. Estuvimos charlando y riéndonos de todo. Harry no apartaba sus ojos de mí. Me mantuve distante. Lo de Diana, me tenía intrigada. Las fotos que me mandó Diana eran reales. No eran montajes. Harry estaba allí con ella.–¡Esto esta delicioso! Tienes manos angelicales para la cocina –dijo Herman.–Es cierto María Eugenia esto está demasiado bueno –lo secundó Aby.La abuela Cecil hasta no haber terminado todo no dijo nada.–Chiquilla, perdona que no haya alagado tu cocina antes, es que Harry estaba tan ocupado comiendo de todo que temí no comer yo lo suficiente –rió sonoro–. No quise que me dejara con solo u
Capítulo 53“La vida, a veces, nos da señales”Llegué al majestuoso rascacielos de Oíl Company, muy temprano, como cada mañana desde que llegué a Nueva York. Iba camino a los ascensores cuando mi teléfono sonó. Era un audio de la abuela Cecil.Iba apresurada y fui a poner el audio, pero tropecé con una dura roca, me tambaleé y mi teléfono rodó de las manos yéndose por la rendija de la puerta del ascensor que se abría en ese momento. Unas fuertes y grandes manos me detuvieron en mi caída.Volví mis ojos a la ranura que separaba la puerta del ascensor del piso y vi como el teléfono cayó abajo hecho añicos. Me reincorporé y mis ojos rodaron al rostro del alto y fornido hombre que aún me sostenía.–Disculpe seño
Capítulo 54“El hombre de barbas”Han transcurrido 20 días desde la llamada de la abuela Cecil. La prueba de embarazo que me hice dio, lo que yo misma esperaba que sucediera… Harry y yo estaremos atados para siempre, porque en mi vientre está creciendo un ser que es parte de nosotros. Estoy en estos momentos saliendo del Obstetra. Todo indica que estoy bien. Tengo 8 semanas de embarazo.Hoy, después de oír su corazoncito latir tan aceleradamente y tan fuerte, tengo una necesidad imperativa de llamar a Harry y es lo que haré esta misma noche. No puedo esperar más.Es niña. Estoy tan feliz que no quepo en mí. Aún no puedo decidir sobre Harry y yo, pero si sé que Harry debe saberlo.Al llegar a la oficina, el señor Stanton me llamó, ya el proyecto estaba a terminarse en redes pero faltaba la puesta en marcha y su funcionalidad. –Señorita Smith, su proyecto estará en marcha esta misma semana. Espero que todo siga bien, todas las
Capítulo 55“Dudas”Era Harry aquél hombre de las barbas. Se veía tan diferente, estaba delgado y aunque la barba cerrada le lucía recia y resaltaba más sus hermosos ojos zafiros, sentí ira al verlo así. Corrí a levantarlo, pero él estaba furioso, se levantó por el mismo y tomó a James por el cuello de la camisa pero éste se zafó con rapidez y levantó su mano para volver a golpear, pero Harry le detuvo el puño y le dio otro golpe en la mejilla que sonó seco. Grité:–¡Harry! –él se detuvo y James también. Ambos hombres estaban jadeantes y sus ojos perdidos en la ira, mirándose desafiantes. Harry al verme dejó caer su mano y comenzó a recuperar su respirar acompasado.–Ingeniero James disculpe, él es mi…
Capítulo 56“Chocolate caliente”Ante la pregunta Harry sólo se sonrió y me preguntó:–Si no lo es sólo dímelo, lo sabré entender –se sentó y con su sonrisa socarrona y su cara llena de felicidad se instaló a mirarme.–¡Eres un maldito Inglés engreído! –le dije.–Entonces brujita, dime la respuesta –siguió en su plan irónico.–No hace falta Harry. A veces quisiera ser diferente para quitarte esa sonrisa de los labios, aunque sólo sea por un momento.–¿Me odias tanto? –Su risa era socarrona. Se levantó y llegó hasta mí, y me tomó por la cintura nuevamente.–Me vas a dejar que le dé un beso a tu barriguita.–Es mejor que te vayas. Se está anocheci