Capítulo 87
“Dos zafiros”
Llegó Evelyn y me limpié rápidamente la cara, ella no debía verme así. Evelyn comenzó a moverse saltando en la cuna. Me recosté y una de las señoras me llevó una merienda de bollos con miel y queso azul. Y a Evelyn galletas con mermelada. Agradecí. La niñera cargó a la niña y la bajó consigo, yo me quedé lagrimeando de nuevo en la cama.
Me sentía extraña en aquella casa tan grande donde yo era la señora y estaba tan sola. Llamé a Guillermo y me dijo que todo estaba listo en la iglesia, que ya estaba abarrotada de periodistas. Por supuesto los padres de la novia hicieron todo para que la prensa estuviera ahí.
Colgué y apagué mi teléfono. Me quedé dormida con los ojos hinchados de ll
Capítulo 88“De nuevo sola”Sirvieron la cena y mandé a buscar a la niña. El teléfono de Harry sonó y era Harley, Harry le dijo donde estábamos y nos felicitó. A Harry se le entrecortó la voz al oír de su hermano que lo amaba. Él no está acostumbrado a esos tratos entre ellos, pero se conmovió y le dijo lo mismo.–Espero que nos visites pronto.–Sabes María Eugenia, es la primera vez que mi hermano me dice que me ama. Me siento emocionado por ello.–Es algo normal Harry, lo que pasa es que tú eres muy encerrado.–Hoy quiero perdonar hasta a Diana y a Ernest. No les puedo guardar rencor ellos son mi familia. Y ahora mismo me siento tan feliz. Creo que soy un hombre nuevo. Sin pasado, sólo con un presente que me motiva a un futur
Capítulo 89“Ojos de fuego”Harry se fue a Londres, supuestamente regresaba en la tarde y no fue así. Me quedé sola con mi hija en la casa de Cardiff en Gales. Estaba molesta, pero sobre todo me sentía muy sola.A la mañana siguiente saqué mis cosas que traje y puse el viajero de mano sobre la cama. Me vestí con traje de oficina y fui a la sucursal de Oíl Company. Me gustaron mucho las oficinas y sobre todo la receptividad de la gente de allí. El ingeniero Stephen Stanton me recibió emocionado y me brindó todo el apoyo. Me instalé como la nueva administradora y adjunta financiera. Regrese a la casa tarde. La niñera me esperaba para darme unas cosas que estaban en el viajero de mano porque Evelyn lo agarró para jugar y le daño el cierre. Ella sacó las revistas donde estamos Ha
Capítulo 90 “Hasta que…” Al llegar a la iglesia central de la catedral de Westminster, vi a mi inglés, estaba tan seductor como siempre, su frac negro con chaleco y pajarita en blanco impecable, su barba recién cortada y su dorado cabello peinado impecable. Lo miré desde el auto antes de bajar y sus ojos estaban tan azules como el día que me hizo suya por primera vez. Mis ojos casi dejaron escapar una lágrima. ¡Maldito inglés! Como se coló dentro de mí en menos de una semana. Es tan atractivo, tan sensual y es mío, únicamente mío. Mi padre bajó del auto y Harry entró a la iglesia. Antes de hacerlo trató de verme, pero me agaché. Vi su mirada pícara y seductora. Al entrar en la iglesia, todo fue tan maravilloso. Mi hija esta hermosísima con su traje rosado de princesa y un tocado de encajes en blanco, sobre sus bucles dorados, se ve tan hermosa. La madrina, mi Aiora de siempre. Laura alzó su puño e
Capítulo 1 Harry Winter y su Negocio de engaño.–¡Mariu, Mariú, ven un momento por favor! –gritaba mi madre desde el salón.Asomé mis ojos tras la alta cortina antes de salir y desde allí observé a mi madre, quien conversaba con un hombre que se encontraba de espalda a mí. Solté la cortina y medí con mis manos su ancha espalda, era un hombre alto. Seguí el recorrido y alcé mi cabeza para ver sus dorados cabellos en un corte bastante formal. Deduje que sería un hombre mayor. Tenía las piernas abiertas y sus brazos parecían estar cruzados.Solté bruscamente la cortina, se volvió al instante y sus ojos se clavaron en los míos.Como de costumbre, reaccioné al instante, molesta, furiosa y salí a dejar en
Capítulo 2 ¡Mi decisión ya está tomada!Me senté en una mesa apartada en el restaurant donde me citó. Era lujoso y muy bien ambientado.Un mesero se me acercó y pedí un jugo de naranja natural.Estaba llevando mi jugo a la boca cuando sentí una presencia que se detenía en la puerta. No quise levantar mis ojos, supe de inmediato que era Harry Winter. Oí su voz ronca, varonil, imponente cuando se dirigió al mesero y le pidió un café negro sin azúcar. “Llévelo a la mesa al fondo, por favor. Donde está la señorita de suéter azul”. Le Oí decir. A medida que la sombra de su persona se acercaba, mi corazón latía más y más fuerte.–Buenos días, señorita Smith –dijo con voz segura
Capítulo 3¡Primera Cláusula!A la mañana siguiente, como ya lo había decidido, ni siquiera le hice mención a mi madre de lo que estaba pasando entre el señor Winter y yo.Le pedí a mi amiga Aiora que me acompañara a visitar al abogado que me había designado el señor Winter.–¡Buenos días, señoritas! –Saludó el licenciado Sutherland, el abogado del señor Winter–. Tan pronto llegué a España, me puse a revisar los términos legales y aligeré todos los trámites necesarios. Ahora mismo podrá disponer del dinero que el señor Winter hizo llegar a esta cuenta en dinero de curso legal aquí en España –estiró su brazo para entregarme un comprobante bancario, casi caigo al piso cuando vi el estado financiero.
Capítulo 4¡Sombrero chismoso!Después de otra noche sin dormir, salí temprano para encontrarme con mi amiga Aiora. Caminaba despacio hacia la estación más cercana. Me coloqué el sombrero que llevaba en la mano. Hacía un día cálido y soleado. De repente sentí que un auto se acercaba a la acera y seguía despacio detrás de mí, de reojo vi que alguien asomó su cabeza ladeada por la ventanilla para llamarme.–¡Señorita Smith! –aquella voz paralizó mi corazón al instante. Esa era la señal de quien era, no tuve necesidad de verle el rostro, sabía perfectamente que Harry Winter estaba justo ahí, en el carro que se detuvo a mi lado.Me volví a él y levantando mi mentón retador le saludé sin
Capítulo 5 “Un hombre diferente a todos” –¿Casarnos tan pronto? –sus ojos bailaban de un lado a otro de mi cara, buscando leer, en mis ojos, lo que escondía con esa decisión. –No tiene caso esperar más –le respondí levantando mi mentón. –Yo no tengo ningún problema. Pero recuerde que mi abuela condicionó eso en el testamento, así que ella debe estar presente en el matrimonio, y su firma debe aparecer en el libro de registro –argumentó el señor Winter. –Puede llegar mañana mismo aquí a España –le dije de inmediato. –Voy a ordenar los preparativos, pero es complicado–dijo con verdadera preocupación. Primera vez que lo veía un poco nervioso e inseguro de algo. Hasta sentí pena por ponerlo en esas. Pero en realidad quería que ya empezaran a correr los seis meses del contrato. –Bueno –dijo dirigiéndose a mis padres–, Señ