-¡Huele delicioso aquí!-.Inhaló el aroma proveniente de la cocina.

Esa mañana le había costado mucho decidirse a ir al departamento de Caroline.Era obvio que el hombre necesitaba un cambio en su vida.

-Sí,jefe.Es una receta de mi madre,pero dígame usted a qué debo su visita-.Se mostró fría ante Augusto.

-¿Por qué tanta formalidad?,ya nos tuteamos desde hace rato-.Achicó los ojos mientras examinaba la reacción en el rostro de Caroline.

-Mire,Augusto entre nosotros dos lo que hay es un contrato que yo he cumplido,ser su novia de alquiler ante la sociedad, a solas no tengo la obligación de hacer de amiga o psicóloga.

-¿Estás enojada conmigo?

-No,solo que estoy sintiendo cosas que no debería sentir por tí así que yo pinto mi raya.

Augusto observaba a Caroline fijamente, sus ojos reflejaban una mezcla de tristeza y soledad . Habían pasado varios momentos de silencio tenso desde que ella le había confrontado.

-¿Qué estás pensando, Augusto?-preguntó Caroline con voz suave, rompiendo el si