Capítulo 34

Era como si de pronto Thiago me demostrara que me estaba ocultando algo, y la felicidad entonces se me convertía en amargura, en dudas, en culpas.

— Quédate aquí, si no regreso a la media noche, por favor no me esperes, mañana vendrá el mismo conductor para llevarte a la universidad, comida hay en suficiente en la cocina, he dejado todo preparado para ti, no te hará falta nada, no te preocupes, no me llames, no podré atenderte — Orientó con su voz cansada por la agitación que había provocado vestirse así de rápido, sin siquiera darme un beso o un abrazo de despedida

— Pero Thiago... — Logré decir mientras lo miré atravesar la puerta de la habitación, no tuve fuerzas para perseguirlo y caminar tras él, sentí un dolor en el pecho, como si las cosas con él fueran demasiado efímeras para comprenderlas.

— Solo por favor no abras la puerta a nadie que no sea mi chofer, observa a través de las ventanas antes de abrir — Advirtió sin voltear a mirarme como si lo que pasaba era demasiado urge
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