Cuando Christopher abrió la puerta de su apartamento, todo era perfectamente visible, porque los grandes ventanales que lo rodeaban, permitían una completa entrada de luz solar. La forma circular de la construcción era espectacular, ya que dejaba ver la gran terraza que rodeaba el apartamento. La terraza tenía una bellísima vista al mar, un pequeño bar para las reuniones, una parrilla, muchas plantas y algunos sillones para sentarse a observar el mar con paz y tranquilidad. Aquél lugar parecía un santuario de paz. A pesar de la energía de calma que vibraba en ese sitio, Christopher me confesó que a menudo él pasaba sus noches de soledad admirando el mar; que ni siquiera le daba tiempo de leer o ver televisión. Su escape era la vista al mar. Cruzando el salón, estaba la cocina y el comedor. Sus padres compraron un enorme comedor de cristal para doce personas, pero era absurdo que un joven de su edad, viviendo solo, tuviera semejante comedor. Apenas un jarrón con ramas secas habit
De repente hacía más calor que nunca. Era sofocante pero traté de tranquilizarme. Cuando fui a mi cuarto, Christopher salió de la bañera y buscó en la percha su bata de baño, pero no estaba. Había olvidado qué me la había prestado y en ese momento yo la traía puesta.—Y ¿ahora qué me pongo? —pensó.Tomó un par de toallas y las amarró a su cintura, dejando todo su torso fortificado y húmedo al descubierto, y se dirigió a la habitación contigua. Abrió la puerta y entró hasta el cuarto de baño. Ahí estaba yo sentada en la orilla de la bañera, esperándolo, con su enorme bata de baño que me llegaba hasta el piso. Él entró con el cabello mojado y con gotas de agua aún escurriendo sobre su piel. Yo me limité a tragar saliva y observarlo de reojo. Entonces me mostró cómo ajustar las llaves de agua… Levantó las famosas llaves y me explicó que para regular el flujo del agua había que girarlas un poco a la derecha. —Ahora sólo a esperar que se llene la bañera —dijo, volteando a mirarme para com
Jamás había visto un cuerpo desnudo que no hubiera sido el mío propio, mucho menos el cuerpo de un hombre tan angelical y divino como éste. Con la mente fija en aquella figura celestial, me alejé lentamente hacía el pasillo. Ni siquiera la majestuosidad del paisaje que se vislumbraba desde aquellos ventanales, podía hacer que se desviara mi atención de aquél monumental impacto. Todo mi ser, mi alma, mi cuerpo, mi corazón y mi deseo se habían volcado hacia la más bella creación de Dios. Una energía poderosa recorría todo mi cuerpo por aquél deleite visual y espiritual. Simplemente por mirarlo, sentí que había estado en el paraíso.—Nunca había visto el cuerpo de un hombre… No, no puede ser… ¡Esto está mal!... ¿O no?... Quizás para la gente rica es completamente natural dormir sin ropa… Pero yo… No sé porqué me siento tan avergonzada… No sé exactamente qué siento… Es como si el estómago me diera vueltas… ¿Qué debo hacer?... No despertó ni porque llamé a su puerta… Debe en realidad e
(Ding, dong… Ding, dong) —¿Ese timbre será en este apartamento? Veré si Christopher ya se ha despertado…—pensé, ya que creí que él también pudo haber escuchado el timbre sonando.Fui a tocar la puerta de Christopher , me asomé y me di cuenta de que aún seguía dormido indefensamente. Sin embargo, la persona en la puerta era muy insistente y tocaba una y otra vez.(Ding, dong, ding, dong, toc, toc, toc, ¡Toc, toc, toc!)—¡Vaya! Espero que no sea urgente… Iré a preguntar quién es y decirle que Christopher no está disponible.Llevé mi taza de café vacía en mis manos, y me acerqué a la puerta principal para preguntar: —¿Quién es? —grité detrás de la puerta.—¿Chica? ¿Eres tú? Abre, soy Ricardo… El amigo de Christopher … ¿Me recuerdas no…? O ¿ya se te olvidó? —bromeó Ricardo.Recordé que Ricardo me había dicho que no quería que le causará problemas a Christopher . Pero ya había un grave problema… Con Christopher desnudo en su cama y yo sin ropa interior debajo, seguramente Ricardo lo
—¿Uh? Parece que me quedé dormido… ¿Qué hora es?... ¿Ahmm? ¿Qué es esto? ¿Mi bata? ¿Qué hace aquí? Aún está húmeda… ¿Qué no se la presté a…? ¡No puede ser! ¡Dios mío! ¡Estoy desnudo! ¡Qué vergüenza! ¿Significa que ella se dio cuenta y me tapó con mi propia bata? ¡No puede ser! ¡No puede ser! ¡Ha de creer que soy un pervertido y solo quiero abusar de ella! ¡Demonios! ¿Cómo pude quedarme dormido sin ropa? ¡Oh, no! ¡Seguramente huyó! ¡Tengo que apresurarme y salir a buscarla! —se angustió Christopher en su habitación.Con la velocidad de la luz, Christopher se vistió, y mientras cepillaba sus dientes, salió para tocar mi puerta y gritarme. Escuchamos la puerta y rápidamente, Ricardo y yo nos separamos como si nos hubieran lanzado un balde de agua fría. —¡Rachel! ¡Rachel! ¿Estás en tu cuarto?—gritaba Christopher desesperado. Me levanté de un brinco con el corazón a toda máquina y caminé hacia Christopher .—¡Aquí estoy!... Aquí… Estamos…¡Hip! —dije nerviosa y ebria.Christopher volt
—Hello? ¡No sé qué tanto hacen ahí! Pero la comida china ya se está enfriando… Van a comer solo cebo…—bromeó Ricardo, para disimular que estaba celoso.Para que Ricardo no pensara que estábamos haciendo algo indebido, Christopher abrió rápidamente la puerta.—¡Ricardo! ¿Trajiste comida china? ¡Qué buen amigo eres! ¿Cómo sabías que moría de hambre? —exclamó Christopher .—Sí, bueno… ¡Hip! Pensé que estarías cansado como para cocinar, y por eso quise traerte comida y unas cervezas, pero aún no despertabas y ya casi se acaban… —admitió Ricardo. —¡Oh! ¡Lo siento! No escuché el timbre, estaba perdido completamente… Pero, ¿por qué le diste de beber a ella? Eso no es apropiado… ¡Lo sabes! —advirtió Christopher .—¿Qué podíamos hacer mientras despertabas? ¿Picarnos los ojos? Si empezábamos a comer, no alcanzarías de tus favoritos… ¡Rollos primavera! Solo estábamos charlando y conviviendo, esperando que te nos unieras pronto… —fingió demencia e inocencia.A pesar de que Ricardo estaba evide
Finalmente llegamos al centro comercial central. Estábamos muy felices porque al fin me abría a conocer al mundo y, como una niña en una juguetería, me paseaba por el centro con los ojos muy abiertos, prestando atención a todo, disfrutando cada rincón, señalando, habiéndome asombrado por cada cosa bella que descubría. Siempre lo he dicho, ¡si no disfrutas de todas esas cosas bellas, entonces ya has dejado de vivir!El salón de Vanya, la amiga de la infancia de Christopher , aún estaba abierto. Nos llevamos muy bien con ella, ya que era una chica genial y muy amable. Ella terminó con Ricardo porque él estaba ligando con Jazmin y muchas otras mujeres frente a ella. Vanya se dio cuenta de todo porque ella es muy audaz. Además, seguramente Vanya lo dejó porque todos sabemos que entre Ricardo y Bella aún hay algo evidente. Cuando Vanya nos vio llegar, fue corriendo a abrazar a Christopher , e ignorando al egocéntrico de Ricardo, se dirigió directamente conmigo. Christopher ya había habla
—¡Oye! Es de mi novia de quién estás hablando, ¿Ok? —protestó Ricardo.—¡Uy! ¡Perdón! No me digas que ésta sí es la buena… ¡Qué rápido reemplazaste a la anterior! ¿No Vanya? ¿Cómo se llamaba? ¿Jazmin? —intrigó Rosa, alzando la voz para que Vanya escuchara. Vanya cayó en la trampa de Rosa, y cuando me regresó al asiento, comenzó a discutir con Ricardo.—¡Pero qué rayos es esto Ricardo! ¿A qué estás jugando? ¡O sea! ¿En verdad quieres que yo ponga bella a una mujer para ti? ¡Y me la vienes a restregar en la cara! ¿Qué te sucede? —le gritó Vanya a Ricardo.—¿Estás celosa? ¡Ahora sí me diriges la palabra! ¿No? ¿Puedes bajar la voz? No quiero que mi novia escuche que mi “ex” es una loca desquiciada… —advirtió Ricardo.—¿Qué? “Jajaja, ¡Cómo me haces reír!” —respondió Vanya con sarcasmo. —Tú puedes hacer lo que te venga en gana con tu vida. Además soy una profesional, ¡la mejor! Y puedo hacer mi trabajo sin importar de quién se trate. Además la chica parece muy inocente… ¡Se nota que tod