La vida cambia y solo queda aceptarla para continuar.
Capítulo LXII.Diego escribió una carta para Laura Marina luego de firmar todo lo necesario para el divorcio se sentó frente a su vivienda y comenzó una larga y apasionada carta de despedida con ella. Se la haría llegar al Párroco para que él a su vez se la enviara a Laura Marina. Comenzó con una gran disculpa por haber dilatado sin ninguna mala intención la firma, aceptando su culpa por el episodio que tuvo que presenciar, al descubrir la vida actual de su esposo y el padre de su hijo.Comenzó así:“-Te pido disculpas por haberte ocasionado un mal momento. Nunca quise desilusionarte o hacerte sufrir, supe que pasaste muy malos días después que me visitaste. Lo Lamento de corazón, te ame y a mi manera lo seguiré haciendo.Excúsame por la situación vergonzosa que imagino te cause, para mi es Mi vida y el amor, mi nueva vida cargada de amor, sentimientos y felicidad.Te escribo para finalizar amablemente la vida unida que tuvimos y por causa del destino cambiaron en cada uno para bien.
Capítulo LXIII. Los encuentros con Raúl se hicieron y perduraron por el tiempo que los disfrutaron. Se citaban en restaurantes de forma muy íntima y en la casa de la playa de él. Para ello Raúl le enviaba una nota con su mayordomo y luego la pasaba buscando en un taxi otro de sus empleados. Las relaciones que Laura Marina tenía con sus amigos cada mes se hicieron menos frecuentes, por ello aceptaba con gusto y placer a Raúl. Eran totalmente diferentes a las antiguas. No prevalecía el sexo, conversaban y disfrutaban de una buena comida o algunas veces de ver y comentar una película o serie. Raúl le hablo muy en serio de su virilidad, podía lograr una erección siempre y cuando estuviese satisfecho con la pareja y se daría en cualquier momento, con ella fue enseguida, el primer encuentros sexual fue lento, apasionado y conmovedor, Raúl la acaricia con sus manos y boca, cuando la penetro lo hizo rápidamente, inexplicablemente Laura Marina logro terminar su coito exitosamente con un plac
Capítulo LXIV.La relación de Diego José y Carolina se hizo profunda, cuando ambos estuvieron satisfechos y complementados decidieron presentarle a Laura Marina a la familia de ella.Diego José ya conocía a sus suegros y hermanos, a sus abuelos maternos los había visitados varias veces, eran una pareja perfecta así decían en la familia, pero el notaba la diferencia en el amor, no se tomaban las manos, ni se acercaban demasiado, Carolina le conto que en su juventud tuvieron muchas discusiones por mujeres en la vida de su abuelo.Ya de edad avanzada se les veía cordialmente unidos. Carolina le indico que sus padres visitarían a sus abuelos y los invitaron a ellos, sería buena ocasión para que el resto de la familia conociera a su madre. Diego José acepto e inmediatamente le notifico a su madre, ya estaba jubilada y viajaba constantemente.Carolina y Laura Marina se trataban bien, se aceptaban y respetaban cada una en su espacio y amor por Diego José. En la relación de Diego José y ella
Capítulo LXV.Laura Marina se despertó mucho antes de la hora indicada, procedió a bañarse y se vistió, salió de su habitación media hora antes de las hora señalada, daría vueltas por el pasillo, al llegar noto una gran terraza y quería ver el jardín, así fuera de noche igual se vería hermoso.Estaba segura que quién hubiese diseñado el jardín tendría muy buen gusto, desde arriba en la terraza se apreciaba la forma ordenada del mismo.Faltando 15 minutos decidió bajar y espera en el recibidor, allí se encontró con la sorpresa de su vida.El señor de la casa había estado investigando sobre la familia del novio de su nieta preferida, no quería que fuesen vividores y aprovechadores del dinero que su nieta heredaría. Ya en sus años de mozo conoció muchísima gente que solo se interesaba en el dinero fácil.Decidió investigar y la conclusión le agrado, el novio de su nieta era un chico bien educado y con buen futuro en su profesión, su madre estaba jubilada, era viajera y disfrutaba de su vi
Capítulo LXVI.Laura Marina siguió con sus conjeturas mientras esperaba la hora para subir para que Esteban la llevara donde Raúl. Sabia por los comentarios de su nuera que su madre Susana aseguraba que la relación entre sus padres era apariencia, muchos años atrás se separaron de cuerpo y decidieron hacer sus vidas intimas con respeto sin dañar al otro.Supo que la señora Rebeca tuvo otros pretendientes y Raúl también, sin embargo con los años la señora dejo de buscar amor concentrándose en su familia, ya a su edad no le apetecía tener amores ni sexo en su vida, sabía que Raúl continuaba buscando placeres sexuales en la medida de sus posibilidades con ciertas dificultades, aún así buscaba complacerse a él mismo y a su pareja de mil manera.Raúl cuando lograba una erección así fuese corta lo hacía placenteramente y no era solo sexo lo que obtenía, también disfrutaba de conversaciones muy agradables o simplemente dormir abrazado con una mujer de su entera confianza. Esta satisfacción la
Capítulo LXVIII.Laura Marina tenía remordimientos de conciencia por estar en la casa familiar, a pocos metros de distancia estaba la esposa de Raúl, si bien era cierto que sabía que él estaba casado como sus otros dos amantes, nunca conoció ni tuvo información acerca de sus esposas o familiares, ellos la buscaban y ella accedía sin remordimientos, pero ahora era diferente, le causaba malestar saber que tendría relaciones sexuales con Raúl en la misma casa donde estaba su esposa.Esto la lleno de angustia y no durmió bien, cuando pudo hacerlo y despertó se levanto pesadamente, salió al jardín y al regresar sintió su nariz inflamada, inmediatamente comenzó a estornudar, acudió al baño y al mirarse en el espejo nota que su alegría había hecho acto de presencia.Lavándose varias veces la cara al salir nuevamente al cuarto supo que el olor a madera y el frio que hacia le había causado la reacción alérgica, Laura Marina estaba acostumbrada desde su nacimiento a climas muy cálidos, cuando
Capítulo LXVIII.Carolina tuvo precaución en llevarse comida y bebida para el camino, a la hora del almuerzo se sentaron en unas sillas muy bien talladas baja la sombra de un frondoso árbol. Raúl le comentaba como había fundado la casona he imaginado que fuesen sus jardines.Comieron bebieron y disfrutaron todo la tarde. Decidieron regresar para que les diese tiempo y estuvieran a punto en la cena, ningún quería hacer enojar a la abuela Rebeca. En algunas oportunidades Raúl y Laura Marina se abrazaron y se besaron de allí no paso nada. Siempre bajo la vigilancia de Esteban.-Algún día les contare como será la ceremonia después de mi partida.–Abuelo, por favor no digas nada de eso, faltan muchos años para ese evento. Le dijo Carolina.-Espero que estén presentes todos ustedes y otras personas más, ya he dispuesto todo lo relacionado con el árbol. Comento Raúl. -Estaremos todos los que debemos estar. Pero por favor no sigas con eso. Aseguro su nieta.Raúl se detuvo miro a Laura Marina
Capítulo LXIX. Con el pasar de la vida los encuentro de amor solo fueron con Raúl, no que existiera sexo porque con la edad de esté era imposible, solo se abrazaban y conversaban por horas, sus encuentros eran en la casa de la playa y en las oportunidades que tendía de visitar al casona.Esto continuo realizándose cada vez que Laura Marina, su hijo, nuera y nietos podían tomarse unos días de vacaciones y visitarlos, ya los abuelos estaban bien avanzados en edad y se les dificultaba viajar, Raúl lo realizaba en pocas ocasiones motivado a encontrase con Laura Marina.En una de tantas visitas el abuelo Raúl reunido con toda la familia procedió a contar sobre el árbol de su partida, sus hijos todos presentes y nietos se oponían, él insistió debido ya que presentía que llegaría próximamente y quería dejar claro quienes estarían presentes.Conto cuál era su deseo y quienes estarían presentes, todos más los que con el tiempo y matrimonios se habían agregado a la familia. Haciendo hincapié