Chiara:La parte más amarga de esta venganza, ya pasó…y sin embargo, no me siento feliz.Es cierto que logré hundir a mi tío, y es cierto que me adueñé efectivamente de la compañía que tanto enorgullecía al hombre que me destruyó.Pero me siento sola.Dominic ya no está.El hijo de perra de Oscar se lo llevó.bLo echo tanto de menos que creo que mi corazón arde.Por otro lado estoy desesperada.Yo ya lo había considerado y al final tuve la razón. Mis otros tres bebés sobrevivieron. Mis hijas…¡Maldito Enrique! Ninguna cantidad de años en la cárcel podrá pagarme todo el daño que ha hecho.Oscar:El resultado de ADN llegó esta mañana.Esto solo ha confirmado lo que yo ya sabía.Chiara es Cinthia Montero.Y es la madre de mi hijo.Tomé mi coche y me fui a la Ikarus, aunque ahora le han cambiado el nombre Fierro Consortium, quería confrontar a la italiana para saber que planeaba hacer a continuación, sin embargo, en el momento justo en que yo llegaba a su oficina, ella le estampaba un beso
—Seguramente sabrás por qué estoy aquí.- comenzó ella. – yo también he recibido una copia del resultado del ADN de Dominic y por supuesto no me asombra que sea mi hijo. Eso ya lo sabía con certeza.Oscar guardó silencio.—He venido para que arreglemos está situación entre nosotros por el bien del pequeño. He decidido que lo mejor sería que firmarlos un acuerdo y mantengamos la custodia compartida del pequeño.—Estoy de acuerdo.- intervino Oswaldo. – esto es eficiencia de además de bella y lista, eres también sensata.Chiara sonrió ante el cumplido.—Propongo , que Dominic viva conmigo, y vaya contigo los fines de semana.- comunicó Oscar.Ella frunció el entrecejo.—Yo propongo que te cases conmigo inmediatamente, preciosura. – intervino Oswaldo, guiñándole un ojo.Esto causó que Chiara liberarse una carcajada.—Gracias Señor Sanpier, pero por el momento, estoy disfrutando mi soltería.- comunicó ella. – además, Oscar…creo que tengo una solución mejor y más cómoda para todos.Chiara sac
Cuando él desayuno estuvo listo, se sentaron a comer.El abuelo no paraba de hablar de su juventud. De cuando había viajado a África y visto leones, elegantes y jirafas.Dominic escuchaba sus historias con los ojos abiertos a más no poder, mientras chata miraba sus huevos revueltos con desagradado.—¿Que sucede, querida?- increpó el abuelo.- ¿no te apetece lo que preparó mi nieto?—La verdad es que no.- protestó ella.- Oscar le puso perejil. Y yo adiós el perejilOscar sonrió.Y su hijo comenzó a saltar emocionado sobre su silla.—Lo ha hecho a posta.- chilló Dominic.- mira madrina, papá se ha reído, eso significa que lo ha hecho a Posta.Chiara miró a Oscar a través de sus pestañas.—Recordé lo mucho que lo detestas, y decidí incluirlo en el menú.- declaró él, descaradamente.—Ya veo.- masculló ella con seriedad.El abuelo los contempló, pasando su mirada de uno al otro.Oh, pues si.Él también veía mucho.***Adrián Abernathy, escuchó acerca de la trifulca entre Monique y Chiara, y
Ella se despertó a medio día.Sobresaltada, por haber dormido tanto.Descubrió que el niño estaba dibujando en la sala tranquilamente, y quiso ponerse a llorar de nuevo.Había sido demasiado tonta cinco años antes.Había sido demasiado ingenua.Si no se hubiera marchado, si tan solo se hubiera quedado e ido a la policía en aquel entonces…sus hijas no estarían perdidas ahoraSe sentía terriblemente culpable.De pasar tiempo con Dominic y sonreír, y ser feliz mientras sus hijas no aparecían.Notó que Oscar había regresado al apartamento, porque le habían dejado el desayuno y el almuerzo, y hacía días que Carmen no venía a trabajar. Se preguntó que le sucedería a su empleada.Ambas se llevaban bien, por lo que no comprendía la desaparición injustificada de la otra mujer.Justo después de almorzar, recibió una llamada de Adrián.—Te llamé en la mañana, pero tú guardaespaldas me informó que estabas durmiendo.- masculló secamente. – créeme que no insistiría pero esto es importante.—¿Qué su
Por suerte, el viejo había sido tan tonto como para atar sus manos de frente y aunque ella no contaba con un arma y sólo podía utilizar su cuerpo para agredir al sujeto ,la furia la acompañó, logrando golpearlo fuertemente.Pero desgracia, se había dislocado el hombro por el terrible impacto, pero soportó el dolor, zafando las cuerdas que ataban sus pies y lanzándolas lejos. Entonces corrió, buscando donde el loco tenía escondido a Dominic.Lo encontró, y como estaban en un almacén abandonado, encontró también unos trozos de espejo rotos, con los cuales liberó sus manos.Chiara acababa de cortar la cuerda que ataban las manos del niño, cuando fueron sorprendidos nuevamente. Esta vez, sin embargo, el médico corrupto no estaba solo.Con él estaba otra persona, una mujer.Quien sostenía un revolver apuntándoles.—Monique, ¿qué haces tú aquí?—Oh, he venido a presenciar tu muerte.- declaró ella.—¿Por qué haces esto?- inquirió Chiara.—¡Pues porque amo a Oscar, tonta! Y sé que si tú y es
—¿Por qué me odias tanto?- Susurró Chiara, pálida, y jadeante.—No te odio. Es solo que tú interfieres con mi felicidad.- escupió.—¿ Dónde están mis hijas?- interrogó ella.—Muertas.- masculló Monique.—No te creo.- lloró ella.—No me importa.—¿Como es que conoces al médico que falsificó mi muerte?- insistió Chiara.—Gerardo me contactó después que tú me agredieras el otro día.—¡Tu me golpeaste primero!- protestó.—Y tú me robaste a Oscar.- siseó Monique.—Esta bueno ya.- intervino Gerardo. – su vas a matarla, hazlo de una vez. El niño se nos escapa.Monique levanto el revolver el dirección al rostro de Chiara.—No sabes el gusto que va darme, volarte esa cara de puta.En este momento, un helicóptero apareció.El equipo tacto comenzó a descender por las cuerdas, y volaban los disparos en todas las direcciones.Chiara se lanzó al suelo, ocultándose, mientras los balazos caían cada más y más cerca de ella.En un momento, uno de los hombres del equipo de rescate la tomó en brazos, y a
A la mañana siguiente, Chiara elevó las cejas inquisitivamente, al encontrarse a Oscar pavoneándose en bóxer y una bata por toda su cocina.—¿Oscar, qué haces?- interrogó.—Te preparo el desayuno.- respondió él.Ella rodó los ojos. Al parecer, continuarían con el jueguito de el haciéndose el amo de casa.—Con esto no lograrás nada. Estoy decidida. No quiero nada contigo, pero no estoy dispuesta a renunciar a mi hijo. Oscar estaba de espaldas a ella, pero la tensión en su cuerpo era evidente. Él estaba enojado.—Intentemos llevar esta fiesta en paz, vale. Tú por tu lado y yo por el mío. Dime tú precio.—¡¿Como?!—Dime cuánto tengo que pagar para que me dejes en paz.Oscar la contempló con odio.—¿Qué tal diez millones?- masculló él cínicamente, yéndose a la habitación a despertar a su hijo, pero Chiara creyó que él lo había dicho en serio.Luego de eso el semblante de Oscar se mantuvo serio toda la mañana.Luego de que desayunaron, él se llevó a Dominic ya que el Nino comenzaba con su
Chiara intentaba concentrarse en el trabajo, pero le resultaba difícil.Adrián entraba y salía constantemente de su oficina, molestándola en vez de ayudarla.Habían pasado semanas y aún no había noticias.El cabrón de Gerardo se negaba a hablar y a Monique la habían encerrado en un manicomio.Dominic no dormía bien por las noches últimamente, se retorcía en sueños o lloraba.Y ella lo tomaba en brazos, intentando consolarlo.El niño estaba asustado.Y ella también.No tanto por todo lo que le había tocado vivir, sino porque no había noticias de las niñas.Y ella cada vez más creía que podían estar muertas.—Haré unas averiguaciones y luego te haré saber.- le prometió Augusto a Oscar.- ahora que tú…ah…ex, te ha comprado una compañía propia, imagino que nos dejarás.—Sí.- dijo Oscar secándose las lágrimas.—Bueno…no habrá problemas entonces. No me veré en la penosa necesidad de despedirte.Oscar asintió.—Arriba ese ánimo, Sanpier. Tengo contactos influyentes y estoy convencido, de que me