Al darse la vuelta la madre de Alex descubrió que quién estaba atrás no era nada más y nada menos que su hijo

– A qué hora llegaste– pregunto ella

— Esta es mi casa, por si no sabes, recuerdo que te dije que si venías en son de paz para darle la bienvenida a Katherine puedes venir y si no será mejor que te vayas por qué simplemente no serás bienvenida madre –fue lo único que pronunciaron sus labios tan fríos como el hielo.

Katherine se sorprendió mucho, no podía creer que la persona que se había ido hace apenas unos días volviera de la nada y eso que le habían dicho que el solía irse por tanto tiempo, que estaba pasando acaso alguien le habían mentido, pero aún así ella no pudo evitar sentir como la felicidad brotaba de su corazón, ella estaba esperando este momento, también algo le decía que él sólo lo hacía para que no le dañaron la cara

Ella no recordaba nada de aquel día en él salvo la vida a Alex . Sólo recuerda que al despertarse ese día sus padres simplemente le dijeron que había caído a el mar y meses después conoció a Kevin, el simplemente le dijo qué el, la conocía desde antes y por eso ella creyó que el hombre que veía en sus sueños era él.

—Eres mi hijo sin embargo prefieres más a esta mujer, yo fui quién te dio a luz. Pero quieres y amas más a esta mujer que sólo te ha estado utilizando. Alejandro no dijo nada sólo se quedó callado y después de un largo silencio simplemente dijo Mirando a katerine

—Sube a la habitación –su tono era suave Katherine sólo escuchó he hizo lo que le ordenó Alex y se fue inmediatamente a la habitación, el la miró subiendo las escaleras y vio como su espalda iba desapareciendo en su mente no pudo el evitar decir" todo lo que hago es por ti y tú seguridad","Sólo espero que un día después de mucho tiempo puedas entenderlo".

— Paulina siempre te a amado y si no fuera por ella hace años tú hubieras muerto– estas palabras hicieron que Alejandro volviera a sus sentidos.

—Madre, estás tan segura de que ella fue la mujer qué riesgo su vida por mí, en ningún momento ha pasado por tu mente que ella no es más que una simple farsante, aquella mujer que me salvo es la misma qué te ayudó a escapar ese día y no solo le debo la vida yo.