Los días pasaban iguales, mis padres no entablan una conversación de más de 20 segundo conmigo porque sabían que comenzaría a preguntar, ya había terminado de leer la biblia de los sacerdotes, sin siquiera procesar bien la enseñanza, y no había prendido mi teléfono. Extrañaba demasiado a Keller, pero estaba prohibido y no quería volver a desobedecer o mejor dicho; recibir el castigo. Mi padre parecía más feliz conmigo, incluso me trajo un chocolate, era realmente extraño que me regalara algo cuando no era mi cumpleaños y no había gente observando, sin embargo, mi mamá no me dejó comer el chocolate porque dijo que tenía muchas calorías y ella se lo comió. Ya me daba igual.
Era Domingo, se suponía que le tocaba cantar Paola (una amiga del templo), sin embargo, me llamaron de último momento que ella se sentía enferma por lo que tendría que reemplazarla y llegar una hora antes para poder ensayar (no pude llegar una hora antes). Al menos mis golpes se estaban aclarando, pero
Solté las flores, y mis piernas flaquearon, tenía tantos sentimientos encontrados que yo no sabía cómo o qué expresar. Keller siguió tocando la guitarra a medida que se acercaba a mí, reconocí esa canción, no sabía como me la sabía, pero mi mente reproducía el coro y hasta los tiempos correctos, pero mi lengua estaba congelada, al igual que el resto de mi cuerpo.-Hola, Catira –dijo deteniéndose frente a mí. ¿Eso era todo lo que diria?, no podía estar molesta, es decir, yo fui quien no le contestó las llamadas y no quería verlo, maldición, ¿Qué esperaba?, ¿que se apareciera en mi habitación y me rogara que no lo dejara?En realidad, sí.-Keller, tu –tartamudee-, ¿qué haces aquí?Su sonrisa ladeada se formó otra vez en su rostro y la intensidad de su mirada me hizo sonrojarme hasta revolver las pirañas en mi estomago.-Necesitaba verte –dijo Keller-, te extrañé demasiado, sabía que tu padre probablemente te castigaría o que te pro
-No, quiero estar parada –refuté cruzándome de brazos, mi padre me miró unos segundos hasta que soltó un suspiro y se sentó en la mesa al lado de mi madre.-Escucha, no sabemos quién te dejó en el templo –dijo-, solo llegaste con esos documentos y ese tatuaje en el pie, pero cuando comenzamos a averiguar, el investigador privado nos dijo que eras la hija de Edward Corleni y Monica Groban ambos eran cientificos que vivian en los suburbios de Santur…Pestañé tantas veces que una lágrima se escapó de mis ojos y me apresuré a limpiarla con el reverso de mi camisa. Los suburbios de Santur era un lugar completamente destruido, de hecho, Keller me había llevado hasta allá diciendome: «este lugar me da tranquilidad», Keller sabía, él siempre lo supo, ¿qué pretendía conmigo?-Murieron e
Corrí, corrí tan fuerte que mis pulmones quemaban y mis piernas comenzaban a adormecerse, mi corazón latía a un ritmo descontrolado, pero no quería detenerme, necesitaba huir de esto, querían secuestrarme para que les dijera donde estaba el Ofur.¿Qué era un Ofur?Se suponía que yo debía saberlo, pero por maldición, no sabía nada, apenas descubrí que nada de lo que vivía era verdad, Keller no podía hacerme esto, Keller no me amaba, quería hacerme daño… siempre estuvo en mis narices, no podía decir que era una sorpresa, sabía que pretendía algo malo desde que nos conocimos, un hombre como él simplemente no podía enamorarse de alguien como yo a menos que tuviera una intención oculta, ¿Cómo fue tan ingenua? era tan obvio y yo tan estúpida.Disminuí la velocidad de mi
Cuando abrí los ojos, recordé que mi vida se había desmoronado por completo frente a mis ojos, habían matado a Jack, el chico que amaba me quería secuestrar o matar no estaba segura, y ni siquiera sabía que la que había sido mi mejor amiga todos estos años, era una mujer con una vida completamente secreta donde tenía un arma y estaba dispuesta a disparar. Visualicé la habitación, todo estaba hecho de madera, aunque algo oscura debido a que la única luz que entraba era la del baño.-Maldición –dije cuando volteé y encontré a Diara observándome en la cama. Ella sonrió y una lagrima se le escapó por su ojo derecho que se apresuró a limpiar rápidamente, tuve una punzada en mi pecho al recordar que su esposo había muerto para darnos tiempo a nosotras de escapar, no podía ni siquiera pensar en cómo se sen
Diara soltó una carcajada y me enseñó su puño para que yo se lo chocara. Seguidamente comenzó a enseñarme los pasos básicos para poder defenderme y maniobras que podía usar, Chris no dijo nada, solo se levantó y cojeando se fue a su habitación. No podía de dejar de pensar en el Ofur, habían pasado 18 años, ¿por qué de repente todo cambió?, me sentía como si me hubieran metido en un retorcida pelicula de miedo.-¿Por qué ahora? –murmuré cuando me agaché evitando una patada de Diara, ella frunció el ceño sin entender, así que agregué:- El Ofur, ¿por qué ahora?, pudieron haberme secuestrado cuando era una bebé.Di unos cuantos puñetazos directo al rostro de Diara, que ella evitó con facilidad.-Cuadra los hombros y empuña las ma
Me estampó contra el piso, mi columna sufrió todos los daños, aruñé sus brazos porque él me agarraba del cabello, halándolo como si intentara arrancarlo, sentí su piel ceder a mis uñas y la sangre comenzó a escurrirse, él se apartó con un gruñido, aproveché para levantar mi pierna, y tomar con mis manos su cabeza como me había enseñado Diara, pero Chris tenía mucha más experiencia en la lucha y me retuvo en un simple movimiento, inmovilizándome por completo, me mostró una enorme sonrisa al tenerme en su dominio.-Te falta mucho para pensar en ser mi rival –dijo, parecía querer decir algo más, pero giré mi rostro y mordí su brazo con la única intención de arrancar un pedazo de su carne, Chris soltó un grito de dolor mientras se levantaba con agilidad para alejarse de mí, e
Sus labios, su toque, su olor, no hacía que mi estomago sintiera las pirañas o los peces en mis estómago, odiaba a Keller, pero había sido la unica persona que podia derretirme con tan solo su mirada. Las manos de Chris fueron a mi cintura, sus labios los sentía muy pegostosos, su respiración me atosigaba, simplemente no era Keller. Me separé sosteniéndole la mirada, estaba segura que en mi rostro se reflejaban miles de sentimientos encontrados porque Chris soltó un pequeño suspiro cuando retrocedí unos pasos y me voltee para ir a mi habitación rapidamente.¿Qué acababa de pasar?, me acosté en la cama y cerré los ojos, no estaba completamente segura de lo que sentía, pero estaba segura de que no quería pensar en nadie, mucho menos en Chris ni en el fantasma de Keller, increíblemente, me quedé dormida.A la mañana
En el momento en el que dejé de forcejear y me rendí a mis deseos, fue cuando me di cuenta que lo odiaba de la misma forma en la que lo seguía amando, las lágrimas se escurrieron por mis mejillas mientras mi lengua acariciaba la suya con desesperación, la rabia me volvió a atacar.Es un mentiroso. Dijo mi subconsciente, me separé y le di una fuerte cachetada que resonó en toda la habitación.-¡Te odio! –expuse con frustración, Keller me miró unos segundos y me volvió a besar, olvidé incluso lo que estaba pensando.Sus manos descendieron hasta mi trasero para alzarme, yo envolví mis piernas alrededor de sus caderas y me estampó contra la pared con su cuerpo, tenerlo nuevamente así fue como cumplir ese sueño que tanto anhelé durante semanas y a la vez solo quería olvidar.Mordió mi labio inferior dejándome completamente desarmada, el calor consumiéndome; convirtiéndose en fuego. Metí mis dedos en su cabello cuando sus labios descendieron po