MauricioNunca pensé que la vida me cambiaría tan drásticamente, ni mucho menos que me diera un giro de 180 grados. Esta noche tendré que contarle a Gabriela todo lo que me está ocurriendo y tiemblo en mi interior de solo pensar que me pueda colocar el anillo en la mesa, para recoger sus cosas he irse de mi vida para siempre.No entiendo porque me está ocurriendo esto, o porque los senderos se han vuelto tan culebreros para mí. Sé que ese bebé, que viene en camino no tiene la culpa de nada, pero como desearía que no existiera y suena egoísta lo que estoy diciendo, pero tal vez es necesario vivir las experiencias, para ponerse en el lugar de las muchas mujeres que han estado en ese sofá, contándome que quisieran acabar con la criatura que llevan en su vientre. Sin embargo las he motivado para que desistan de esos malos pensamientos y le brinden una oportunidad de vida a esa criaturita que es tan inocente, y no es responsable de nuestras malas decisiones.Camino de un lado para otro lue
Gabriela¿Dónde estoy? ¿Por qué me están haciendo esto? Es lo único que se me ocurre preguntar mientras me encuentro sentada en lo que parece ser una silla. Mis manos están completamente atadas al igual que mis tobillos y por si fuera poco tengo una venda en los ojos, que no me permite ver el lugar donde me encuentro, intento moverme de un lado para otro con el fin de llegar al borde de la silla, pero me detiene una especie de cabuya que rodea mi cintura —¡Auxilio! ¡Auxilio! —Grito con desesperación y lo único que logro escuchar es el eco de mi propia voz, en medio de lo que parece ser un cuarto oscuro.Estoy desesperada lo admito todavía no logro comprender, porque me tienen amarrada como si yo fuera una criminal metida en negocios turbulentos. Si lo único que he tenido en esta vida, es una pequeña finca, que ya no existe porque la destruyeron hace 5 años, tampoco tengo vienes, ni mucho menos dinero que ameriten un secuestro. La única que tiene todo eso es Carla «Dios mío que no le h
MauricioHaberle contado la verdad a mi padre me quita un peso de encima, es como si me hubiera despojado de esas energías negativas, que me tenían en un sinfín de problemas al tiempo, y no me dejaban pensar las cosas con mayor fluidez. Sé que al entrar a este apartamento me voy a encontrar con ella, la mujer de mi vida y a la que tengo miedo de perder por culpa de los errores del pasado. Pero soy consciente de que un embarazo no se puede ocultar y menos en el 8 trimestre cuando esta ha solo 30 días de venir al mundo.Salgo del elevador con dirección a mi apartamento sacando las llaves he inmediatamente abrir la puerta —Gaby… mi amor —Hablo en vos alta colocando las llaves en el portallaves.—Gaby no está. Pensé que había salido contigo —Responde la tía Rosiris saliendo del pasillo y niego.Coloco el maletín en la silla y de inmediato meto mi mano, al bolsillo para sacar el celular, solo tardo unos cuantos segundos con él en mi oído — ¡No contesta! —expreso al notar que todas las llam
GabrielaDios quien será la persona que querrá hacerme daño, porque de la noche a la mañana mi vida se ha convertido en un verdadero martirio. Ahora no solo tengo un enemigo asechas, sino a otro que es un maniático pervertido y solo busca hacerme suya a como dé lugar, tengo miedo de que detrás de esa puerta, este el hombre que quiera asesinarme, por el simple hecho de estar obsesionado conmigo.—Patrón aquí se la tengo —Escucho decir Alonso y de una doy por entendido, que estoy a punto de conocer a la persona, que mando a secuestrarme.Tengo un miedo horrible, lo admito las piernas me tiemblan, las respiración se me aumenta, y trato de tranquilizarme cerrando mis ojos, para darle rienda suelta a mis pensamientos, recordando que anoche, a esta misma hora, estaba con Mauricio en el baño haciendo el amor, proyectándonos a futuro para tener un hijo.Unos pasos se vienen acercando a mí y por más que quiera abrir los ojos, no me atrevo estoy llena de nervios — ¡Porque esta golpeada! te adve
MauricioImaginar los momentos angustiosos que debe estar viviendo Gabriela, se me hace un nudo en la garganta, debe sentirse desprotegida como una niña indefensa que necesita de los adultos para seguir viviendo. El reloj marca las 10 de la noche y todavía no hay noticias sobre el paradero de mi linda ¿Dónde estará? ¿Qué le estarán haciendo? Son preguntas que rondan en mi cabeza mientras el desespero quiere apoderarse de mi ser.Afortunadamente mi familia se ha trasladado hasta el apartamento de Carla para estar al pendiente de cualquiera llamada que hagan los secuestradores —Mauricio toma —Me ofrece Camila una taza de té para que calme los nervios que traigo, ya que por mucho que quiera disimularlo, todos se han dado cuenta que estoy fuera de control.Agarro el pocillo con la servilleta —Gracias —Digo para luego dirigirme al balcón con el fin de tomar un poco de aire, porque siento que estando adentro la respiración se me corta, sintiendo los pasos de mi hermana tras de mí.—Todo es
GabrielaCada segundo que paso en este lugar, es más espantoso para mí, todavía no logro asimilar que el tío del amor se mi vida, sea la misma persona que asesino a mis padres, he intento abusar de mí, cuando tenía 17 años, es como si nuestras vidas se hubieran confabulado desde un principio para que estuviéramos juntos hoy en día. Y no sé si estaré alucinado o será el cansancio de estar sentada por más de 10 horas en esta silla.Pero mi mente me trasporta hasta el día en que nos conocimos, cuando me hablo por primera vez, cuando me llamo linda lanzándome ese beso al aire, que desarmo mi alma entera. En un principio no entendía, porque no lo podía sacar de mis pensamientos, pero con el pasar de los días empecé a comprender, que ese sentimiento se llama amor, después me pidió que fuera su novia y a partir de allí empezamos a vivir este amor mágico que nos une a él y a mí. Pero como en todos los cuentos siempre tiene que existir un hombre malo. Llego su tío Demetrio, el causante de mi
MauricioLa policía continua con sus investigaciones, para tratar de esclarecer como secuestraron a Gabriela atreves de las cámaras de seguridad. Solo que las cosas han cambiado, ya no nos encontramos en el apartamento de Carla, sino que desde anoche decidimos venirnos para la casa de mis padres, esto con el fin de estar un poco más protegidos de los medios de comunicación, que nos pareció verlos rondando por allí.Salgo del baño con dirección al closet, afortunadamente siempre tengo ropa aquí ya que mi madre no pierde las esperanzas de que yo, vuelva a vivir en esta casa. Abro las puertas y de inmediato saco un suéter de color negro, seguido de un Jean color azul, para luego. Quitarme la toalla y sin perder tanto tiempo empezar a vestirme.Termino de colocarme los zapatos, para salir del cuarto con dirección a la sala encontrándome con el comandante Raúl Orozco —Comandante buenos días —Lo saludo esperando alguna información de su parte.—Buenos días Mauricio —Responde a mi saludo he
GabrielaLas advertencias que Alberto le hizo Alonso parecieron funcionarle, porque hasta el momento no ha venido a molestarme, ni siquiera ha intentado asomarse por la pequeña ventana que esta en este cuarto. Es como si la tierra se lo hubiera tragado y mejor que sea así, prefiero estar mil veces sola que en su compañía. He intentado soltarme pero me es imposible, el nudo que me hicieron con esta cuerda, está demasiado apretado y ni que decir de los tobillos porque están en las mismas que las muñecas.Miro para todos lados para verificar si hay una cámara o si alguno de los maleantes se le olvido un teléfono, pero nada. Aquí lo único que existe son las telarañas y un pequeño foco en medio de este cuarto, que alumbra todo el espacio reducido donde me encuentro, «levántate Gabriela» me habla mi subconsciente y sin pensarlo dos veces decido levantarme de esta silla sin hacer mucho ruido, para luego ir saltando muy despacio, hasta llegar a la ventana que esta en este cuarto. Con mis dien