Catalina Abrego -Señorita Abrego, pronto será recibida por el doctor Anderson, solo unos minutos de espera por favor él está de camino –Comenta la chica en recepción. Asiento como respuesta permaneciendo en mi sitio esperando con paciencia. Decidí venir por mi cuenta a pesar de la insistencia de mi adorable tormento. ¡Que se negaba a dejarme venir sola! Luego de una pequeña discusión telefónica, finalmente cedió un poco… a reunirse conmigo hasta que saliera de mi consulta. No, tenía ánimos que Demian estuviera presente en especial por su actitud anterior con el médico. ¡Como veo las cosas con mi chico dominante!, esta relación es un poco complicada, si consideramos que además es un poquito celoso para mi gusto. A diferencia de Cristian mi actual esposo tenía muchas facetas que me causarían dolores de cabeza. ¡Bendita suerte la mía! Reviso mi teléfono por octava vez, ahí aparece la notificación de un mensaje de texto entrante…no tengo que adivinar de quien es para saber que Demia
Demian Stuart -¿Quién es este sujeto Catalina?, ¿por qué se mete en nuestros asuntos? –Ladra él muy imbécil, sosteniendo con fuerza a mi mujer por su muñeca. Veo malestar en el rostro de mi esposa, por la violencia que está infringiendo en ella para conseguir retenerla. ¡Este imbécil busca que le parta su cara! ¡Nuestros asuntos! Quien es este tipo, para hablarle de esa forma a mi mujer en mi presencia. -Te sugiero, por tu propio bien que sueltes a Catalina, sino quieres que cumpla con mi amenaza ¡me estas escuchando cretino! Pero claro no me obedece ignorando mi aviso, se está ganando a pulso una paliza. ¡Y no seré nada considerado! -Suéltame Cristian… por favor evita problemas –Pide mi pequeña, pero el tipo ni siquiera le presta atencion. Sigue retándome con su mirada… ¡NO!, me conoces idiota, ni sabes lo que soy capaz de hacer por defender mi propiedad. -Dime Caty ¿conoces a este hombre?, ¿Por qué tanta familiaridad contigo?... habla quiero una explicación. Esas últimas pa
Demian Stuart Mi pequeña niña, permanece sobre mi regazo… respira despacio y su rostro se mantiene pensativo. Todo el tiempo que hicimos desde que salimos del hospital a su casa. Dentro de su habitación nada cambio se mantuvo en silencio. ¡Comenzaba a preocuparme su estado! Recostándome sobre su cama atraje su pequeño cuerpo sobre el mío quiero sentirla. Al principio quiso resistirse un poco, pero después de mi insistencia no le quedo más alternativa que aceptarlo. Con mis dedos acaricio distraídamente su piel que quedaba expuesta en su cintura. ¡Quería que ella iniciara una conversación que me aclarara lo ocurrido hoy! Además hasta en este momento no tenía ninguna idea que dijo su médico. ¡Todo gracias a ese idiota!, ¿Quién era ese tipo y que significaba para mi esposa? Sabía que había algo más en esta situación. El hombre se dirigía con mucha familiaridad a mi mujer…no paraba de reclamar por mi intervención. Debía investigar quien era ese tipo que tanto perturbo a Catalina.
Demian Stuart -Estas seguro que quieres hacer esto… ¡No!, te parece demasiado extremo amigo –Jonathan trata de hacerme entrar en razón según él por mi propio bien. ¡Quien más sabe que es mejor para mí! -Sí, estoy muy seguro ¡Quiero que vigilen cada uno de los pasos que mi de esposa! Así como movimiento que haga. Incluso quiero saber que come en sus meriendas entiendes. ¿Quién conversa con ella fuera de sus amigos comunes?, si pudiera incluso investigaría que sueña mientras duerme… ¡Me explico lo suficiente claro! -Hermano esto me parece bastante enfermo –Pero para mí esta decisión me parece completamente normal es una forma de cuidar a mi mujer, ¡ahora que conozco la existencia de otro gallo en el corral! , no pienso arriesgarme. -No, puede ser Demian… esta chica te está enloqueciendo. Si continuas así pronto incluso vas a querer encerrarla bajo llave. ¡Si, fuera necesario! -Harás que tu gente cumpla con mi solicitud ¡Oh!, busco otra agencia especializada en lo que quiero –Mi a
Demian Stuart-¡Demian hijo pero que haces tú aquí!, no me mal interpretes cariño, pero es de mala suerte que el novio vea el vestido antes de la boda –Comenta horrorizada la madre de Catalina.Me parece divertido, sin menospreciar sus tradiciones para nada, solo me hace gracia su rostro complicado con pensamientos.Aunque somos diferentes en tradiciones, no somos muy como diría extraños a este tipo de supersticiones, que existen más entre su gente latina. Que entre ellos parece que esto es mucho más fuerte.-Despreocúpese Camila, no pretendo ver el vestido que llevara Catalina el día de nuestra boda. Pero de ser así igual puede elegir otro no está de acuerdo conmigo.Mi suegrita abre enormes sus ojos rechazando mi sugerencia.-Niña Camila tranquila Demian solo está bromeando –Argumenta a mi favor su amiga.-Pero… si, ese vestido. ¡Que se está probando en este momento es el elegido!, ¡Ay no!, definitivamente no debes verla… ¡Vamos muchachito debes irte! ¡Eso ni soñando!-No, haré nad
Catalina Abrego -Estas bien, no te lastime –Me pregunta con preocupación, mientras ambos termínanos de vestirnos. Me siento tan tímida que no soy capaz de darle la cara. -Sí, estoy bien…solo que yo me… siento un poco avergonzada por… -Demian entiende de inmediato a que se debe mi malestar. Acercándose a mí por la espalda me abraza rodeando mi cintura con sus fuertes brazos. Inclinando para que su cabeza coincida sobre mi hombro. ¡Me siento tan pequeñita!, a su lado. Ya que apenas mido un metro setenta de estatura, comparado con Demian que me supera por mucho con sus casi dos metros. -Mi pequeña Catalina si te preocupa que nos escucharan te aseguro que no fue así. Mi gente se encargó de resolverlo todo. En cuanto a tú madre y tú amiga mi asistente, Alejandro se encargaría de mantenerlas entretenidas. Besa mi mejilla dulcemente todo lo contrario de hace un momento. Con su mención sobre lo ocurrido a nada que unos minutos atrás siento mucho calor por toda mi cara. -Demian eres
Demian Stuart -¡Demian!, finalmente llegas a casa. Parece que últimamente, no pasas mucho tiempo con nosotros. Estas descuidando mucho a Denn estos días. Y ahí vamos con una nueva reprimenda de doña Marta Stuart. ¿Qué acaso tengo doce años de nuevo?, para que me trate como maldito niño. Hasta cuando mi madre entenderá que ya soy un adulto. No tengo un recuerdo en mi memoria… que alguna vez no me tratara de esa forma. Como un niño sin importar cual fuera mi edad, siempre era lo mismo. ¡Esto se estaba volviendo cansado! -Madre sabes que tengo muchas cosas que hacer durante mis días. Mi hijo entiende que estaré con el siempre que pueda. -¡Tú hijo entiende!, por Dios si tan solo… es un niño de cinco años –Pone su cara de cuando vas a ser un adulto responsable. ¡Esto debe terminar! -¿Dónde está mi hijo madre? –Ella solo me frunce el ceño por unos minutos –Madre ¿Dónde se encuentra Denn? -Pues a donde más en el invernadero. Esperando por ti como siempre mi pobre niño –Sigo mi camin
Catalina Abrego Temprano ya me encontraba dentro del colegio. Esperando por la llegada del padre e hijo. Cuando llegue me identifique como una amiga de la familia Stuart que a solicitud de su padre debía acompañarlos. ¡Me sentía fatal por mi mentira! Pero qué otra cosa iba a decirles ¡Oh!, por cierto soy la nueva esposa del padre de su alumno. ¡Ni pensarlo! Así que me encontraba en la oficina del principal en espera del arribo de ambos. Mis nervios estaban a flor de piel en su máxima expresión. Pero también había otro sentimiento que se estaba abriendo paso desde lo más profundo de mi interior. Reviso mi reloj para comprobar la hora solo faltaban quince minutos. -Mamá estas aquí sabía que no me fallarías –Mi pequeño niño corre en mi dirección para luego aferrarse con fuerza a mi cuello. -Hola, cariño dije que vendría no es así –Murmuro sobre su hombro sosteniéndolo entre mis brazos. Demian nos observa con su intensa mirada sin perderse ningún detalle de nuestro encuentro. La