Demian Stuart -¡Demian!, finalmente llegas a casa. Parece que últimamente, no pasas mucho tiempo con nosotros. Estas descuidando mucho a Denn estos días. Y ahí vamos con una nueva reprimenda de doña Marta Stuart. ¿Qué acaso tengo doce años de nuevo?, para que me trate como maldito niño. Hasta cuando mi madre entenderá que ya soy un adulto. No tengo un recuerdo en mi memoria… que alguna vez no me tratara de esa forma. Como un niño sin importar cual fuera mi edad, siempre era lo mismo. ¡Esto se estaba volviendo cansado! -Madre sabes que tengo muchas cosas que hacer durante mis días. Mi hijo entiende que estaré con el siempre que pueda. -¡Tú hijo entiende!, por Dios si tan solo… es un niño de cinco años –Pone su cara de cuando vas a ser un adulto responsable. ¡Esto debe terminar! -¿Dónde está mi hijo madre? –Ella solo me frunce el ceño por unos minutos –Madre ¿Dónde se encuentra Denn? -Pues a donde más en el invernadero. Esperando por ti como siempre mi pobre niño –Sigo mi camin
Catalina Abrego Temprano ya me encontraba dentro del colegio. Esperando por la llegada del padre e hijo. Cuando llegue me identifique como una amiga de la familia Stuart que a solicitud de su padre debía acompañarlos. ¡Me sentía fatal por mi mentira! Pero qué otra cosa iba a decirles ¡Oh!, por cierto soy la nueva esposa del padre de su alumno. ¡Ni pensarlo! Así que me encontraba en la oficina del principal en espera del arribo de ambos. Mis nervios estaban a flor de piel en su máxima expresión. Pero también había otro sentimiento que se estaba abriendo paso desde lo más profundo de mi interior. Reviso mi reloj para comprobar la hora solo faltaban quince minutos. -Mamá estas aquí sabía que no me fallarías –Mi pequeño niño corre en mi dirección para luego aferrarse con fuerza a mi cuello. -Hola, cariño dije que vendría no es así –Murmuro sobre su hombro sosteniéndolo entre mis brazos. Demian nos observa con su intensa mirada sin perderse ningún detalle de nuestro encuentro. La
Catalina Abrego Ya pasaron dos semanas después mi última interacción con Demian. Quien me dejo en aquella oficina ignorada. No he recibido de su parte ninguna llamada o mensaje en todo este tiempo. ¡Quizás me volví loca, pero esto me está afectando!, mi adorado tormento me había acostumbrado tanto a su insistente presencia que ahora su total ausencia me estaba provocando emociones que no esperaba. Muchas veces tomaba mi teléfono con la intención de marcar su número pero luego me contenía por el miedo que se negara a responderme. Cuando recuerdo su fría mirada ese día un escalofrió recorre mis terminaciones nerviosas. ¡Qué hago ahora! -Catalina no puedes continuar de esta forma. Solo llámalo sé que esto te está afectando amiga. Más con esa tendencia tuya a remediar todo. Aunque Geo está en lo cierto. No tengo la menor idea como remediar las cosas en esta ocasión con Demian. En su mirada vi decepción con una mezcla de resentimiento en mi contra por tratar de abogar a favor de e
Catalina Abrego -Dime cómo te sientes en este momento –Pregunto a mi pequeña paciente de ocho años que se encuentra en terapia conmigo desde hace unos meses. -Mejor ya no me siento triste –Asiento feliz por ella que en el pasado sufría de depresión después de la pérdida de su abuela. -En ese caso Carina te felicito has cumplido con todas mis indicaciones poco a poco iras mejorando mucho más confía en mi –Mi pequeña paciente menea su cabecita sonriendo, mientras que su madre me agradece con una mirada silenciosa. -De acuerdo, ¡Quiero verte dentro de dos semanas!, continúa con tus ejercicios de respiración y concéntrate en cosas positivas en tu vida. -Eso haremos doctora muchas gracias por toda su ayuda. Cuando finalmente me despido de mi paciente y su madre me quedo todavía en mi consultorio por un momento antes de alistar mis cosas para marcharme a casa. Por hoy Carina era mi último paciente. Durante todos estos días me había pasado completamente concentrada en mis deberes como
Catalina Abrego -¿Cómo está mi esposa doctor?, ella estará bien…dígame ¡sí!, ese tipo consiguió lo que pretendía –Escucho la voz de Demian entre un ruido molesto que nos rodea. En donde sea que nos encontremos en este momento. -Señor Stuart, guarde la calma por suerte. Usted llego a tiempo con su esposa, antes que ese hombre consiguiera ultrajarla. Ahora mismo se encuentran aquí los médicos forenses y la policía. Para que usted de su declaración. ¡Demian mi esposo nuevamente me salvo!, parecía como si estuviera destinado a intervenir cada vez que estaba en problemas. Ahora sé que estoy a salvo puedo descansar un poco porque me siento muy agotada. Mi cuerpo entra en un estado de somnolencia entro y salgo de un pesado sueño, mientras todo a mi alrededor va cambiando poco a poco. En mi estado debilitado solo consigo escuchar voces de algunos conocidos así como de extraños. Durante mi permanencia en el hospital recibo visitas de mis padres, hermano, Nana Estelita me parece que tamb
Catalina Abrego Mi salida del hospital fue un poco como lo diría claramente accidentada. Demian insistía en llevarme con él a su casa pero mis padres y Mauricio se negaban a permitirlo. Alegando que aún no teníamos la bendición de la iglesia para vivir juntos. ¡Y como llevarle la contraria a los señores Abrego! Eso sería imposible por lo que al final mi pobre adorado tormento, fue quien termino cediendo. Con la condición de que se le permitiera verme cuantas veces el quisiera. ¡Cosa que no pudieron negárselo mis padres ni siquiera Mauricio! Después de lo ocurrido con ese hombre tanto mis padres como Demian nuevamente decidieron sin consultarme que debía tener personal de seguridad. Trate de negarme rotundamente pero fue imposible luchar contra ese trio. Juntos eran una fortalece difícil de vencer para mi mala suerte pero por el bien de mi paz mental ya no continúe discutiendo con ellos. Después de unos días me sentía con mucho mas fuerzas para enfrentarme a mi trauma. Ya que
Catalina Abrego -Demian no era necesario que vinieras por mí a recogerme, entonces qué sentido tiene que me contrataran escoltas - Mi esposito pone mala cara ante mis palabras ya me lo esperaba es tan difícil estar en armonía. -Catalina, hasta cuando dejaras de ser necia si yo quiero pasar por ti no puedes evitarlo eres mi esposa. ¡Cómo no recordarlo si me lo recuerda cada vez que tiene oportunidad! -Lo se siempre me recuerdas que soy tu esposa a la menor provocación –Digo con molestia clara en mi voz. -Entonces si ya sabes que lo eres porque me haces repetirlo para recordártelo. ¡Este hombre es insufrible en serio! Menudo problema me metí cuando me case y ahora pretendo hacerlo nuevamente. ¡Pero bajo protesta desde luego! -Ya amor dejemos de discutir por tonterías solo permíteme cuidar de ti por favor –Me atrae a sus brazos para besar mis labios –No, tienes una idea cuanto te deseo. Continua besándome por un tiempo hasta que comenzamos a jadear por falta de aire en nuestros
Catalina Abrego Espero fuera de la biblioteca un poco confundida con la actitud de sus padres. Parecían sorprendidos con mi presencia eso es completamente natural pero su manara de reaccionar se pasaba a otro nivel. ¡En sus miradas había algo más que una simple sorpresa con mi presencia! Más bien actuaban como si me conocieran de algún lugar. Trate de hacer memoria si por casualidad me había topado con ellos en algún lugar pero nada venía a mi cabeza. ¡Quizás estaba pensando de más!, consecuencia de tanto estrés que me sometí estos días. ¡Porque estaba segura que no conocía a los padres de Demian! Mis nervios estaban de punta eso no ayudaba en este momento… ¡Ah porque tarda tanto!, ¿Qué tanto debe hablar con sus padres?, mi estómago comenzaba a estrujarse como resultado de mi malestar. -Catalina, ven conmigo mis padres quieren conversar contigo –Me aborda finalmente mi esposito después de un largo tiempo. -¿Qué sucede con tus padres Demian?, ¿Por qué están actuando tan raro co