Demian Stuart Residencia Stuart -¡Quiero a mi mamá!, abuela… abuela trae a mi mami, ¿Por qué ella no está aquí? ¿Por qué se fue?, prometió no dejarme solito –dice, entre lágrimas mi pequeño hijo gritando a todo pulmón. Su rostro muestra un infinito dolor porque se siente abandonado por su madre. ¡Oh más bien por quien piensa que es su madre! -Denn, cielo por favor contrólate tu mamita no puede venir porque está muy lejos…Ya te hable sobre que es un angelito… -Pero mi hijo no la deja terminar comienza a mecerse de un lado para otro, mientras agarra con sus manitas su cabeza repitiendo una y otra vez “quiero a mi mamá”, “quiero a mi mamá” ¡Esto no puede continuar así mi hijo necesita a Catalina! Me siento impotente cuando Denn sufre sus crisis. Sin embargo desde su reciente incidente de salud que sufrió mi Catalina, he tenido que permitirle un poco de tiempo a solas. Aunque deseo estar con ella cada día ¿Quiero que tome la iniciativa?, por si misma. -Hijo ven por favor quiero ha
Catalina Abrego -¡Hay mi querida Caty!, ni me creo que va a pasar… contigo. En serio tus padres se quedaron en la antigüedad. -Pues menos yo… Después de su pequeña reunión, me quedo claro que si pretendía continuar con mi divorcio no resultaría ya fuera porque Demian se opusiera o mis amados padres intervinieran con sus ideas antiguas moralistas. ¡Simplemente no pasaría!, como se vea la cosa estoy atrapada. Aunque la verdad eso era propio de nuestra identidad. Lo que nos hacia las personas que éramos, si me decidía llevarles solo en esta ocasión la contraria a mis padres dejaría de ser una buena hija. En especial ahora que mi adorable tormento prácticamente tiene la bendición de mi madre. Y como mi padre al final termina complaciendo a su amada esposa, nada bueno pinta para mí en esta situación. ¡Más que dejarme llevar! -No, me lo creo en serio por segunda ocasión tendremos que buscar un vestido de novia, ¿Con cuánto tiempo contamos? –Es toda sonrisita mi amiga realmente está
Demian Stuart Horas después residencia Abrego. Mi llegada a su casa fue diferente de lo esperado. ¿Quién deseaba ver al solo llegar no estaba por ningún lado?, mi mirada se dirigió en todas direcciones buscándola pero ni rastro de ella, todo mi recibimiento estuvo a cargo de la señora Abrego acompañada por unas mucamas. ¡Una punzada de decepción se alojó en mi estómago!, esto tendría consecuencias Catalina. ¡No tenía derecho ignorarme de esta manera! ¡Soy su marido! Me debe como mínimo el saludo. ¡Esto se lo haría pagar! Con mis puños cerrados con fuerza solo trato de mantener controlado mi genio. -Demian, ¡Qué bueno llegas temprano! -¿Cómo si notara mi mal humor -¡Oh!..., mi hija todavía debe estar arreglándose. Debes disculparla. -No, se preocupe señora Abrego entiendo –Pero la verdad estoy más allá de mi temperamento que me está empujando subir por ella. Y arrastrarla junto a mí. -Por favor hijo dime Camila… pronto seremos familia, no puedes seguir tratándome tan formal –Su
Catalina Abrego -Solo reacciono a tu intensidad Demian, es normal estar un poco incomoda… cuando mis padres están a unos pasos –Con la punta de su nariz roza mi mejilla, sin importarle lo más mínimo que llamemos la atencion de los demás por entretenernos –Por favor, necesito que seas un poco controlado con tus impulsos. -Catalina, no te pongas difícil conmigo – susurro muy cerca de mi oído, provocándome un escalofrió que ascendió por toda mi columna vertebral –Eres mi esposa puedo hacer contigo lo que quiera pequeña. ¡Dice con un tono posesivo en su voz! Trago saliva este hombre realmente es algo…. Ni siquiera le importa dónde estamos en este momento, en medio del recibidor a la vista de cualquiera. ¡Sus descaradas muestras de afecto me ponen nerviosa! Sus brazos me tienen prisionera manteniéndome tan cerca de su tonificado cuerpo. Puedo sentir su alimento mentolado sobre mi piel. ¿Me pregunto cuanto se ejercita para estar en tan buena forma?, ¡Por Dios Catalina que estás pe
Catalina Abrego ¡No creo en el divorcio! Sus últimas palabras antes de marcharse quedaron grabadas en mi cabeza. -Demian yo… -Mejor no sigas Catalina, eres mi esposa eso no cambiara. Por más que te niegues a aceptarlo. Dentro de tres meses se celebrara nuestra boda religiosa, a petición de tu padre con lo que estoy de acuerdo. ¡Yo, no tenía voz ni voto aquí! Mi padre junto con mi pequeño tormento; alias “maridito” se fue después de la cena con mi progenitor para hablar en su despacho a puertas cerradas para acordaron todo sobre nuestro matrimonio sin mi consentimiento, ni siguiera fui invitada en su reunión para decidir sobre mi porvenir ¿Cuándo es de mi vida que tomaron decisiones?, solo ellos dos. -De acuerdo ¡Qué más puedo decir cuando ustedes ya decidieron por mí! –Digo, con un toque de amargura en mi voz que no paso desapercibida. -Estas molesta con eso Catalina –toma mi cintura con su gran mano, para de un solo jalón arrastrarme contra su cuerpo firme –Mi pequeña niña ta
Catalina Abrego Unos pequeños golpes en mi puerta atraen mi atencion del expediente que estoy revisando. -Doctora Abrego, disculpe que interrumpa pero su esposo está aquí –Noto que Maricela tiene serios problemas para terminar –Llego con su hijo. ¡Como!, trajo a Denn… -Está bien, Maricela deja que pasen por favor –Esbozo una tensa sonrisa en mis labios –Gracias. ¿Qué nueva artimaña está planeando este hombre? ¡Con mis padres consiguió todo en sus planes! Ahora que más quería, a que viene todo esto. Y para empeora las cosas trae al niño. …¡Voy a ponerlo en su lugar! Pero mi determinación solo quedo en eso. Cuando veo aparecer a mí adorado tormento, como Geo se refiere a él, cada vez que tiene oportunidad así provocarme con sus burlas. Entra con prisa llevando entre sus brazos a mi pequeño niño mientras espero en mi consultorio por una explicación. Pero de inmediato me pongo de pie alerta. -Demian ¿Qué sucede porque el niño esta así? –Ni, soy conciente que mis pasos me llevan
Catalina Abrego Mi pequeño paciente descansa inquieto sobre su cama. Después de su llegada a mi consultorio. Ya no pude mantenerme lejos de él. Así que decidí acompañarlo a su casa. ¡Ya que me preocupaba su estado emocional! -Gracias, Catalina –Me dice Demian mientras permanece sentado junto a su cama. -De nada…es mi paciente debo velar por su bienestar –Su oscura mirada me observa de una manera extraña. -Segura que solo se trata de eso -¿Qué trata de decir con eso? –Ahora eres mi esposa Catalina mi hijo ya no solo es tu paciente. Finalmente entiendo que quiere decir realmente con sus insinuaciones. No había pensado en eso que ahora era su madrastra. ¡Pero sin la verruga en algún sitio de mi rostro!, como en los cuentos de hadas de Disney. -Yo, no pensé en eso Demian pero ahora que lo mencionas mi deber con el niño es mayor. -Mi pequeña Catalina tan difícil es ser mi esposa para aceptarlo –Pregunta caminando en mi dirección con su mirada todo el tiempo sobre su presa. ¡Rápi
Demian Stuart Entre mis brazos…Catalina trata con todas sus fuerzas de resistirse, ¡pero finalmente su necesidad es similar a la mía! Su cuerpo se arquea respondiendo a mis manos jugando bajo su ropa. ¡Deseo tanto que se entregue completamente! Sin restricciones ¡Que se permita disfrutar este momento! Ella es demasiado reservada hasta un poco tímida… quiero que se libere de sus temores para que su hermoso cuerpo goce cada una de mis caricias. ¡Mi pequeña Catalina! -Catalina deja de pensar tanto en esa linda cabecita –Murmuro mientras paso despacio mi lengua entre sus firmes pechos expuestos. -Esto no está bien Demian… ¡Ah!...yooo –No, permito que continúe formulando pensamientos. La necesito completamente perdida en las sensaciones que estoy produciéndole con mis caricias. Mi mujer es demasiado contenía. ¡Quiero que enloquezca con mi boca!, con mis manos sobre ella. Explote sin inhibiciones ¡Que deje de ser mi recatada mujercita!, para convertirse en una mujer apasionada en