Catalina Abrego Mi pequeño paciente descansa inquieto sobre su cama. Después de su llegada a mi consultorio. Ya no pude mantenerme lejos de él. Así que decidí acompañarlo a su casa. ¡Ya que me preocupaba su estado emocional! -Gracias, Catalina –Me dice Demian mientras permanece sentado junto a su cama. -De nada…es mi paciente debo velar por su bienestar –Su oscura mirada me observa de una manera extraña. -Segura que solo se trata de eso -¿Qué trata de decir con eso? –Ahora eres mi esposa Catalina mi hijo ya no solo es tu paciente. Finalmente entiendo que quiere decir realmente con sus insinuaciones. No había pensado en eso que ahora era su madrastra. ¡Pero sin la verruga en algún sitio de mi rostro!, como en los cuentos de hadas de Disney. -Yo, no pensé en eso Demian pero ahora que lo mencionas mi deber con el niño es mayor. -Mi pequeña Catalina tan difícil es ser mi esposa para aceptarlo –Pregunta caminando en mi dirección con su mirada todo el tiempo sobre su presa. ¡Rápi
Demian Stuart Entre mis brazos…Catalina trata con todas sus fuerzas de resistirse, ¡pero finalmente su necesidad es similar a la mía! Su cuerpo se arquea respondiendo a mis manos jugando bajo su ropa. ¡Deseo tanto que se entregue completamente! Sin restricciones ¡Que se permita disfrutar este momento! Ella es demasiado reservada hasta un poco tímida… quiero que se libere de sus temores para que su hermoso cuerpo goce cada una de mis caricias. ¡Mi pequeña Catalina! -Catalina deja de pensar tanto en esa linda cabecita –Murmuro mientras paso despacio mi lengua entre sus firmes pechos expuestos. -Esto no está bien Demian… ¡Ah!...yooo –No, permito que continúe formulando pensamientos. La necesito completamente perdida en las sensaciones que estoy produciéndole con mis caricias. Mi mujer es demasiado contenía. ¡Quiero que enloquezca con mi boca!, con mis manos sobre ella. Explote sin inhibiciones ¡Que deje de ser mi recatada mujercita!, para convertirse en una mujer apasionada en
Catalina Abrego -Mis niños tienen hambre –Una amable señora con mirada adorable nos recibe con una sonrisa. Cuando entramos a la cocina. Se trata de una dulce mujer con su cabello poblado de canitas recogido en un práctico moño. Por alguna razón que no logro entender siento cierta familiaridad con ella. ¿Cómo si la conociera de años? ¡Es bastante extraño!, pero es la emoción que se aloja en mi estómago. El brillo en sus ojos me lleva a pensar que tiene mucho afecto por mis dos acompañantes… en su mirada hay mucho amor. -Usted debe ser Catalina, es todo un placer conocerla me alegro que esté con nosotros. Mi nombre es Gloria soy Nana de mis niños Demian, Denn y Dixon –En ella no percibo ninguna pizca de incomodidad con mi presencia, solo me parece un poco curiosa conmigo –Me imagino que ninguno ha comido todavía pero prontito voy a solucionarlo… Vamos por favor tomen asiento. Ella me recuerda mucho a mi Nana Estelita. ¿Quizás por eso percibo esta familiaridad? -Ven, conmigo mam
Catalina AbregoDespués que su padre saliera con su hermano de la cocina, mi pequeño Denn permaneció conmigo solo un breve momento por todo el tiempo que ellos estuvieron en su despacho.Ya que mi niño debía que cumplir con un itinerario de actividades…bastante apretado, me pregunto ¿Quién establece eso para un pequeño niño?, debe estar mal de su cabeza el adulto que toma esas decisiones.¡Lo que más me incomoda era el hecho que recién unas horas, Denn tuvo una crisis bastante seria!Habiendo transcurrido unas horas mi pobre niño estaba obligado a cumplir con una agenda que ocupaba la mayoría de su tiempo.-Sus padres están de acuerdo con su matrimonio con mi niño Demian –Pregunta con interés su Nana Gloria. Sacándome de mis reflexiones.-Ellos están de acuerdo que continuemos juntos, pero pusieron la condición que también debíamos estarlo bajo la bendición religiosa, así que dentro de tres meses se realizara.No sé qué nota en mi voz la simpática señora, pero aclarándose su garganta
Catalina Stuart No soy de esas personas que merodea curiosa en una casa donde fui invitada, pero… moría de aburrimiento. Por lo que después que Nana Gloria me dejara sola comencé a desesperarme. Así que decidí vagar a mis alrededores sin un rumbo definido. Solo me deje llevar por mis pasos que me llevaban sin un rumbo conocido. ¿Por qué permanecía todavía en casa de Demian?, pues por quien más ¡Que mi pequeño niño!, quería asegurarme de que permanezca tranquilo. Y no sufriera una nueva recaída en mi ausencia. Al llegar a un pasillo doble en dirección de unas enormes puertas…Mmm un sentimiento extraño se apodero de mi cuando más me acercaba. Pose mi mano en la sólida madera para empujar…estaba a punto de entrar. -Catalina, ¡Aquí estas cuñadita! –Mi impulso inicial es interrumpido por Dixon. Miro con un sentimiento de familiaridad hacia donde me disponía curiosear… -¡Eh!, señor Stuart…quiero decir Dixon –me corrijo de inmediato por la miradita de reproche que me hace el susodic
Catalina Abrego -¡Mi pequeña Catalina!, ahora eres mi esposa –Escucho su voz que murmura sobre mi cuello mientras desciende despacio degustando cada centímetro de mi piel. Nuestros cuerpos están a punto de convertirse en uno. Mi respiración se detiene en mi garganta entre mis jadeos, respondiendo a sus atrevidas caricias. Pasea sus enormes manos perfilando mis caderas sobre mi ropa concentrado en devorar mis labios. Esta noche…después de salir rumbo a un destino desconocido terminamos en el lugar menos esperado. Cuando me entere estábamos dentro del registro civil en alguna zona exclusiva de las Vegas. Observe todo mi entorno parecía como si estuvieran preparándose para una boda. A nuestra llegada una señora de unos cuarenta años estilizada atrajo mi atencion… era toda sonrisitas mientras nos guiaba dentro de una sala donde se encontraba un juez esperando. ¿Qué pasa aquí?, ¿Por qué estábamos invitados a este matrimonio?... era algún conocido de Demian. ¡Ese era el motivo que est
Catalina Abrego -Señorita Abrego, pronto será recibida por el doctor Anderson, solo unos minutos de espera por favor él está de camino –Comenta la chica en recepción. Asiento como respuesta permaneciendo en mi sitio esperando con paciencia. Decidí venir por mi cuenta a pesar de la insistencia de mi adorable tormento. ¡Que se negaba a dejarme venir sola! Luego de una pequeña discusión telefónica, finalmente cedió un poco… a reunirse conmigo hasta que saliera de mi consulta. No, tenía ánimos que Demian estuviera presente en especial por su actitud anterior con el médico. ¡Como veo las cosas con mi chico dominante!, esta relación es un poco complicada, si consideramos que además es un poquito celoso para mi gusto. A diferencia de Cristian mi actual esposo tenía muchas facetas que me causarían dolores de cabeza. ¡Bendita suerte la mía! Reviso mi teléfono por octava vez, ahí aparece la notificación de un mensaje de texto entrante…no tengo que adivinar de quien es para saber que Demia
Demian Stuart -¿Quién es este sujeto Catalina?, ¿por qué se mete en nuestros asuntos? –Ladra él muy imbécil, sosteniendo con fuerza a mi mujer por su muñeca. Veo malestar en el rostro de mi esposa, por la violencia que está infringiendo en ella para conseguir retenerla. ¡Este imbécil busca que le parta su cara! ¡Nuestros asuntos! Quien es este tipo, para hablarle de esa forma a mi mujer en mi presencia. -Te sugiero, por tu propio bien que sueltes a Catalina, sino quieres que cumpla con mi amenaza ¡me estas escuchando cretino! Pero claro no me obedece ignorando mi aviso, se está ganando a pulso una paliza. ¡Y no seré nada considerado! -Suéltame Cristian… por favor evita problemas –Pide mi pequeña, pero el tipo ni siquiera le presta atencion. Sigue retándome con su mirada… ¡NO!, me conoces idiota, ni sabes lo que soy capaz de hacer por defender mi propiedad. -Dime Caty ¿conoces a este hombre?, ¿Por qué tanta familiaridad contigo?... habla quiero una explicación. Esas últimas pa