Catalina Abrego de Stuart -Estamos muy agradecidos que nos recibieran en su casa Catalina -Menciona Gideon mientras sostiene entre sus brazos a su hija. Una pequeña bebé de seis meses de edad. -Estoy en cantada que se queden con nosotros tenemos suficiente espacio en esta casa. Ya que mi marido compro esta enorme residencia pensando que la llenaríamos con muchos niños -Digo, juguetona inclinándome contra el pecho de Demian. Quien noto tenso con mis palabras, solo espero que mi comentario no signifique otro motivo de discusión con mi marido. Soy consciente de su sentir en relación a un nuevo embarazo. Simplemente rechaza la idea por un temor absurdo. No está escrito en piedra que volverían a pasar los mismos problemas que tuve durante el parto, cuando nació nuestra pequeña Catalina. Sin embargo con Demian, ni puedo tocar el tema sin terminar discutiendo. Se niega rotundamente que tenga un nuevo embarazo. -Sería muy lindo que se animarán, luego de un tiempo tener un nuevo bebé -
Demian Stuart -Catalina, espera por favor mi amor. No, podemos primero quiero que tú estés en control de natalidad –Hasta este momento nunca me había contenido en poseer a mi mujer. Pero en esta ocasión era necesario. No quiero que quede embarazada nuevamente, temo que si sucede pueda complicarse y eso me lleve a perderla. -Demian, ¡Qué manera la tuya para matar nuestra pasión! Desde cuando eso te ha importado –Dice, Catalina conteniendo un suave gemido. -Desde ahora mi amor… Aunque te deseo con todo mi corazón. No, voy a tocarte hasta… -Hasta ¿Qué? Demian Stuart, me tendrás esperando por ti… solo por tus absurdos miedos –Sé que con mi sentir se iba a molestarla. Noto como su lindo rosto se torna disgustado, pero no cambiare de opinión. Ella, me importa demasiado para ponerla en riesgo por una calentura. -Por favor mi amor entiende mis temores tú significas mi vida. Si, te sucede algo por mi falta de cordura jamás me lo perdonaría. -De acuerdo, marido no vas a tocarme. Entonce
Catalina Abrego de Stuart -Hablaremos ahora sobre esa mujer Demian. ¿Quiero que me explique? ¡Odio que siempre me guardes cosas! Somos marido y mujer debemos compartir tanto lo bueno como malo. Así que comienza. Elevo mi ceja derecha de manera sugestiva instando a hablar ¡Porque esta vez no se me salva! Estoy cansada que por querer protegerme todo el tiempo me guarde secretos. Pero mi esposo en lugar de responder me corresponde con otra pregunta. -Catalina, ¿Cómo te enteraste? Nadie, debía hablar sobre eso contigo. Pero conociéndote amor, estoy seguro que usaste manipulación para obtener esa información. Mmm este hombre… ¡Ahora resulta que soy manipuladora. -Entonces Catalina. Si, sabes parte de lo que está pasando ¿Por qué no hablas directamente mi amor? –Dice, mi maridito. Arrinconándome contra el escritorio. Un momento aquí quien estaba intimidando al otro era Yo. -Y bien mi amor vas a obligarme hablar entonces comienza –Demian, coloca sus fuertes manos sobre mis caderas pr
Catalina Abrego de Stuart Me levanto de mi escritorio para correr a la puerta a toda la velocidad que me permiten mis tacones con mi teléfono en marcación rápida para llamar a Nana Gloria para saber cómo están mis hijos. Siento mi corazón a punto de salir de mi pecho. -Vamos Nana contesta ¡Dios por qué le toma demasiado tiempo responder -Digo con frustración sin detener mi paso. -Doctora Stuart, está todo bien. Puedo ayudarle –Me pregunta alarmada mi asistente Maricela. -Por favor llama a mi casa insiste hasta que te respondan y me transfieres la llamada por favor a mi teléfono voy en camino. Por favor Maricela. -Como usted diga doctora en este momento me pongo en contacto con alguien de su casa -Dice, la chica claramente alarmada con mi petición. -Por favor Maricela no dejes de insistir llamaré a mi esposo. Ah por favor averigua quién envío esa correspondencia. Gracias -No, escucho lo último que dice porque ya he salido de la clínica. Fuera me esperan los guardaespaldas que sie
Catalina Abrego de StuartMi pequeño hijo se queja entre risas de mi fuerte abrazo ¡Dios cuanto amo a mi pequeño niño! Me destrozaría perderlo. Temo por su seguridad al igual que su hermana. Pero por Denn, es más angustiante porque esa mujer tiene una fijación malvada en mi hijo pude notarlo el día que invadió nuestra antigua casa.No, tengo idea ¿Por qué esa mujer desarrollo ese odio? Sin embargo de algo estoy segura, no voy a permitir que lo dañe. Ni a Denn, mucho menos a Caty debo detener esto de raíz. Porque aunque amenazo además a mi esposo estoy segura que no lastimaría a Demian. Ya que esa mujer está enamorada de mi marido.Ella nos ve como un estorbo en su objetivo, pero en sus sueños permitiré que esa bruja toque mi familia ¡Con mis niños no se va a meter!Acaricio la pequeña cabecita de mi pequeño hijo besando su cabello para luego cargarlo entre mis brazos.-Mamá no soy un bebé cumplí seis años hace unos días. Ya debes tratarme como un niño grande –Replica mi niño.-Así que
Catalina Abrego de Stuart -Eliza, debes ayudarme ¿Quiero aprender a defenderme por mi cuenta? –Suelto mi petición sin contenerme. Ayer me sentí completamente inútil como la primera ocasión que esa enferma mujer me encontró con la guardia abajo. No, quería que volviera a pasar de nuevo por eso luego de consultarlo con mi almohada ¡Porque ni en sueños se lo mencionaría a mi maridito! Decidí dejar de ser víctima por mi incapacidad de no defenderme. ¡Tomaría el toro por los cuernos! -Señora Catalina, ni en juegos. Sabe en el problema que me metería si el señor Stuart se entera que estoy entrenando a su esposa en defensa personal –Pongo mi mejor rostro inocente porque no solo en eso quiero que me entrene -¡Oh, no señora! Ni, hablar también quiere instrucción en armas. Esta loca… es decir eso no pasara. -Por favor Eliza, mi esposo no tiene que enterarse. Además es mi decisión no de mi marido ¡Si! No está de acuerdo conmigo se tendrá que aguantar –Sí, soy una mujer que no debe pedir pe
Demian Stuart -Me puedes explicar Catalina ¿Por qué mi esposa está sometiéndose a un entrenamiento tan peligroso? Tienes una idea de cuan peligrosa es esa mujer mi pequeña. Ella, con facilidad puede enviarte al hospital sin contar que estas amamantando a nuestra hija. Eso también puede afectar a Caty ¿Quién demonios te metió esa idea de entrena? Elevo un poco la voz porque me siento sumamente impotente y molesto porque mi esposa siempre se ponga en situaciones peligrosas. Sé que con mi actitud simplemente estoy provocando una ola de furia de su parte ¡Conociendo a mi mujer ella no se dejara intimidar! -Pues nadie Demian Stuart, solita decidí… que quería dejar de ser víctima de esa bruja o cualquiera que se le ocurra ser un peligro para mí o mis hijos –Me grita Catalina con sus puños cerrados con fuerza. Mi mujer está apunto de mandarme al diablo por atreverme a regañarla por su falta de cordura. Por lo que inicio con palabras que hagan entender a Catalina mi temor por su segurida
Demian Stuart Su rostro decidido no es ninguna sorpresa para mi Catalina es una pequeña guerrera que no se deja doblegar eso me preocupa. Porque estoy seguro que tarde o temprano, esa personalidad suya puede meterla en problemas muy serios. -De acuerdo, maridito –Maridito, es su forma favorita de nombrarme. Porque relaciono esa palabra con los diferentes estados de ánimo de mi esposa. -Bien, Catalina iniciemos. No, seré amable contigo bebé en la vida real, nadie considerara que eres una mujer si quiere hacerte daño. Ni, importara que seas linda. Al iniciar nuestro enfrentamiento quedo muy sorprendido con las habilidades de mi esposa. Ella, si hubiera recibido la instrucción adecuada desde muy joven. Seria, un verdadero peligro. Tomo a mi esposa por su hombro obligándola a retroceder para hacer con su pequeño cuerpo lo que se me venga en gana. Mi niña debe entender que en un enfrentamiento real tiene mucha desventaja contra un hombre con mi constitución física. De un solo movimien