Demian Stuart -Hermano solo contrólate, recuerda cual es el motivo de estar aquí en esta reunión –Murmura en voz baja Henry apretando un poco mi brazo como recordatorio. Claro que se cuál es mi motivo de venir a reunirme con ese cretino. -Señores pueden pasar al despacho de su señoría. Por favor me acompañan - Todos seguimos a la mujer quien guía nuestro camino. Estoy haciendo un esfuerzo sobre humano, para no golpear con mis puños al tipo que sonríe como si todo esto solo fuera una pérdida de tiempo. El recordar como mi mujer derramo lagrimas por este idiota me motiva mucho ignorar las advertencias de Henry. -Por favor tomen asiento señores –Nos pide el juez un señor canoso –Todos estamos informados de las razones para esta reunión entre los interesados. -Sí, señoría la parte que demanda tiene conocimiento de la situación, por lo mismo queremos contra demandar al señor Williams así como anular su poder sobre los bienes de nuestra defendida. Ya que ella no puede estar presente
Catalina Abrego -Bueno, hasta que decides aparecer con mi nieto. Tienes una idea, como estas perjudicando su educación con esa insistencia tuya de llevar a Denn contigo para todos lados. Hermoso recibimiento de mi suegra en su mente solo existe una cosa así mi malos comentarios y hostilidad. ¿Qué podía esperarme con doña Marta?, desde el día que me atreví a contradecirla mar que su mala voluntad conmigo. No, es importante que sea el detonante de su nueva molestia. Simplemente con ella es como pisar frágil vidrio, mi maridito tiene que poner remedio a esta situación antes que sea yo quien lo haga. Por suerte que no está presente mi pequeño niño, para presenciar como su querida abuelita, actúa una vez más como una verdadera arpía. Gracias a que nana Gloria lo llevo a tomar su merienda. -Me estas escuchando muchachita ¡Oh!, piensas que con ignorarme se resuelve todo. En mala hora mi hijo se involucró con una mujer como tú… -Mamá es mejor que te detengas con los reclamos –
Demian Stuart -Vaya hermanito, espero que… por tú propio bien, tengas una buena excusa para llegar tan tarde a casa –Me aborda Dixon con una sonrisa burlona en los labios. -Sabes mis motivos deja de tonterías mejor dime ¿Por qué me estas esperando, oculto de la vista de nuestra madre supongo? -Mmm ni menciones a doña Marta, no sea que se materialice de repente frente a nosotros. Su comentario rápidamente me pone en alerta, ahora que hizo mi madre… -¿Qué paso en mi ausencia Dixon?, no es preocupación por mi bienestar que me estas esperando ¿Qué hizo nuestra madre esta vez? -Que más, provocar a tú mujer… parece que no se siente feliz si no discute con ella una vez al día –Genial más problemas. Ya estoy cansado con esa constante pelea que tiene doña Marta con mi esposa. No desaprovecha oportunidad para involucrarla en sus cosas. Mientras Catalina trata de tener paciencia. -¿Dónde esta mujer ahora? -Creo que con Denn haciendo una de sus tareas del colegio supongo. Por eso quería
Demian Stuart Cuando, estoy por entrar a la habitación de mi hijo. Para saludar a mis dos amores de mi vida, escucho una conversación sumamente interesante entre mi mujer y Denn. Me detengo a unos pasos de la puerta, sin hacer nada de ruido, que los alerte de mi presencia con interés de saber por sus deliciosos labios, que tenía en su mente. Cuando nos encontramos en aquella discoteca. -Cuéntame más mami… que sentiste, cuando conociste a mi papá –Mi hijo pregunta con ilusión. -Bueno, ese día tú papa se miraba sumamente guapo. Como uno de esos príncipes de los cuentos de hadas, que tanto te gusta que te lea mi amor. Donde habla de príncipes que rescatan damiselas en apuros. Pues tú papi precisamente eso hizo–Sonrió como un tonto al escucharla referirse a mí, como un apuesto, príncipe ante sus ojos –Llego para salvarme de un malvado ogro que me tenía prisionera en sus garras. -Mamá un ogro, estaba en el baile… seguro, mi papá lo asusto, cuando llego a rescatarte él es impresionant
Catalina Abrego -Demian… No, resisto la tensión que se expande con intensidad, por mi vientre calentando cada una de mis terminaciones nerviosas, cuando mi esposo me toca de esa manera tan atrevida. Mantiene mi espalda presionada contra la pared de nuestra habitación con mis piernas sobre sus estrechas caderas, mientras con mis dedos juego con su desordenado cabello, sin perder el ritmo de nuestros labios que se mueven a un solo copas. Nuestros cuerpos se entienden en una armoniosa melodía que desarrollan juntos. -Mi pequeña Catalina, recuerdas aquella noche cuando probé tus labios por primera vez –Claro que mi memoria conserva esa memoria. Pero no logro evocar en mi cabeza cuando me entregue a Demian. Culpo mi borrachera en ese momento… sé, que es difícil, para algunas personas con intoxicación etílica recordar todo después de consumir tanta bebida. ¡Pero si no recuerdo mal, solo consumí lo suficiente para estar un poco alegre!, porque soy pésima con el alcohol. Así que no me
Catalina Abrego -Despierta mamá… es tarde. Debemos ir al hospital, para visitar al abuelito Abrego –Escucho a lo lejos como mi hijo me llama entre mi pesado sueño. Luego de la intensa noche con mi maridito, sumado al cansancio de pasar mis días acompañando a mi madre en el hospital mi cuerpo se negaba a moverse. -Vamos arriba mamá, sino mi abuelito se pondré triste, si tardamos mucho en llegar… - Insiste mi pequeño Denn con su vocecita suplicante. -Mmm, solo un minuto más mi amor… mami se siente muy cansada –Murmuro sin abrir mis ojos, atrayendo a mi pequeño hijo hacia mis brazos. Para meterlo baja las sabanas a lo que Denn suelta una carcajada con mi acción. Beso su mejilla apretujándolo. -Basta mamá me haces cosquillas –Dice retorciéndose entre mis brazos. -Tú culpa por despertarme, ahora paga las consecuencias de no dejar dormir a mami –Digo, haciéndole cosquillas en su pancita. Mi lindo niño suelta una sonora carcajada una tras otra de esa forma pasamos por unos minutos. T
Demian Stuart Cuando llego al hospital, después de minutos interminables en la carretera, pasándome cuanto semáforo rojo se interpusiera. Mi único pensamiento es encontrar a mi mujer e hijo. Busco entre todos los rostros conocidos en la sala de espera. Hasta que mi mirada coincide con ella. Lo primero que noto es su rostro surcado en lágrimas. Pero no es la única que se encuentra de esa manera. Todos en el área de espera asignada a nuestra familia y amistades, incluido mi hijo están llorando desconsoladamente. Por favor que no sea… ¡Dios que mi suegro este bien! -Demian, mi papá –Corre en mi dirección Catalina, abrazándose a mi cintura con fuerza. Sus sollozos me parten por dentro. Cada lágrima derramada por mi mujer son dagas que perforan mi corazón. -¿Qué sucedió mi amor, para que todos estén de esta manera? –Digo, mientras mis labios rosan su delicado cabello. -Mi papá sufrió un segundo infarto Demian. Los médicos no dan un buen pronóstico… -Su, vocecita se quiebra en la últi
Catalina AbregoNo entiendo ¿Cuál es el motivo de su presencia? Hasta donde sabia esta área, estaba reservada específicamente para el uso particular de mi familia.Demian se había encargado que así fuera. Según mi maridito, para que estuviéramos más tranquilos sin extraños a nuestro alrededor.Sin embargo, ahí estaban frente a nosotros los suegros de mi marido. Esas personas que en una ocasión incluso nos tomaron, como rehenes en el restaurante. Cuando pasaba tiempo con Lauren. Hasta que mi marido intervino para liberarnos de nuestro cautiverio los señores Sanders.-¿Que hacen aquí tus suegros Damián? -Pregunto completamente confundida con su presencia, más considerando nuestra situación en este momento. Por lo cual no tenemos paciencia, ni estamos interesados en visitas.-No, lo sé. Voy a pedirles que se retiren de inmediato -Murmura mi esposo con molestia, que se hace notar en su voz.Me separa de su pecho para ponerse de pie antes de retirarse deposita un beso en mi frente.-Tra