Demian Stuart Cuando, estoy por entrar a la habitación de mi hijo. Para saludar a mis dos amores de mi vida, escucho una conversación sumamente interesante entre mi mujer y Denn. Me detengo a unos pasos de la puerta, sin hacer nada de ruido, que los alerte de mi presencia con interés de saber por sus deliciosos labios, que tenía en su mente. Cuando nos encontramos en aquella discoteca. -Cuéntame más mami… que sentiste, cuando conociste a mi papá –Mi hijo pregunta con ilusión. -Bueno, ese día tú papa se miraba sumamente guapo. Como uno de esos príncipes de los cuentos de hadas, que tanto te gusta que te lea mi amor. Donde habla de príncipes que rescatan damiselas en apuros. Pues tú papi precisamente eso hizo–Sonrió como un tonto al escucharla referirse a mí, como un apuesto, príncipe ante sus ojos –Llego para salvarme de un malvado ogro que me tenía prisionera en sus garras. -Mamá un ogro, estaba en el baile… seguro, mi papá lo asusto, cuando llego a rescatarte él es impresionant
Catalina Abrego -Demian… No, resisto la tensión que se expande con intensidad, por mi vientre calentando cada una de mis terminaciones nerviosas, cuando mi esposo me toca de esa manera tan atrevida. Mantiene mi espalda presionada contra la pared de nuestra habitación con mis piernas sobre sus estrechas caderas, mientras con mis dedos juego con su desordenado cabello, sin perder el ritmo de nuestros labios que se mueven a un solo copas. Nuestros cuerpos se entienden en una armoniosa melodía que desarrollan juntos. -Mi pequeña Catalina, recuerdas aquella noche cuando probé tus labios por primera vez –Claro que mi memoria conserva esa memoria. Pero no logro evocar en mi cabeza cuando me entregue a Demian. Culpo mi borrachera en ese momento… sé, que es difícil, para algunas personas con intoxicación etílica recordar todo después de consumir tanta bebida. ¡Pero si no recuerdo mal, solo consumí lo suficiente para estar un poco alegre!, porque soy pésima con el alcohol. Así que no me
Catalina Abrego -Despierta mamá… es tarde. Debemos ir al hospital, para visitar al abuelito Abrego –Escucho a lo lejos como mi hijo me llama entre mi pesado sueño. Luego de la intensa noche con mi maridito, sumado al cansancio de pasar mis días acompañando a mi madre en el hospital mi cuerpo se negaba a moverse. -Vamos arriba mamá, sino mi abuelito se pondré triste, si tardamos mucho en llegar… - Insiste mi pequeño Denn con su vocecita suplicante. -Mmm, solo un minuto más mi amor… mami se siente muy cansada –Murmuro sin abrir mis ojos, atrayendo a mi pequeño hijo hacia mis brazos. Para meterlo baja las sabanas a lo que Denn suelta una carcajada con mi acción. Beso su mejilla apretujándolo. -Basta mamá me haces cosquillas –Dice retorciéndose entre mis brazos. -Tú culpa por despertarme, ahora paga las consecuencias de no dejar dormir a mami –Digo, haciéndole cosquillas en su pancita. Mi lindo niño suelta una sonora carcajada una tras otra de esa forma pasamos por unos minutos. T
Demian Stuart Cuando llego al hospital, después de minutos interminables en la carretera, pasándome cuanto semáforo rojo se interpusiera. Mi único pensamiento es encontrar a mi mujer e hijo. Busco entre todos los rostros conocidos en la sala de espera. Hasta que mi mirada coincide con ella. Lo primero que noto es su rostro surcado en lágrimas. Pero no es la única que se encuentra de esa manera. Todos en el área de espera asignada a nuestra familia y amistades, incluido mi hijo están llorando desconsoladamente. Por favor que no sea… ¡Dios que mi suegro este bien! -Demian, mi papá –Corre en mi dirección Catalina, abrazándose a mi cintura con fuerza. Sus sollozos me parten por dentro. Cada lágrima derramada por mi mujer son dagas que perforan mi corazón. -¿Qué sucedió mi amor, para que todos estén de esta manera? –Digo, mientras mis labios rosan su delicado cabello. -Mi papá sufrió un segundo infarto Demian. Los médicos no dan un buen pronóstico… -Su, vocecita se quiebra en la últi
Catalina AbregoNo entiendo ¿Cuál es el motivo de su presencia? Hasta donde sabia esta área, estaba reservada específicamente para el uso particular de mi familia.Demian se había encargado que así fuera. Según mi maridito, para que estuviéramos más tranquilos sin extraños a nuestro alrededor.Sin embargo, ahí estaban frente a nosotros los suegros de mi marido. Esas personas que en una ocasión incluso nos tomaron, como rehenes en el restaurante. Cuando pasaba tiempo con Lauren. Hasta que mi marido intervino para liberarnos de nuestro cautiverio los señores Sanders.-¿Que hacen aquí tus suegros Damián? -Pregunto completamente confundida con su presencia, más considerando nuestra situación en este momento. Por lo cual no tenemos paciencia, ni estamos interesados en visitas.-No, lo sé. Voy a pedirles que se retiren de inmediato -Murmura mi esposo con molestia, que se hace notar en su voz.Me separa de su pecho para ponerse de pie antes de retirarse deposita un beso en mi frente.-Tra
Catalina Abrego ¿Cómo llamo mi madre a la señora Sanders?, esto no es cierto… es, ella su prima. Esto debe ser una broma. Mi madre es familiar de esa mujer, que no para de verme extrañamente… ¿Cómo resulto que la suegra de Demian es prima de mi mamá?, ¿Qué, entre en un mundo paralelo?, alguien debe estar jugándome una pésima broma. Eso quiere decir que ella es mi tía. ¡Santo cielo!, qué tontería es esta. -Camila, tú ¿Qué haces aquí? –Su, mirada sorprendida es algo que no sé cómo explicar, porque aparte de lo obvio parece que no le hace ninguna gracia la presencia de mi madre a la señora Amelia, ¿Cuál será la razón? -¡Oh, cierto es un poco extraño estar en un lugar como este claro!, y coincidir. Estamos aquí por mi esposo. Recuerdas a Santiago está muy mal de salud. Pero gracias a Dios nos informaron que va a mejor. A mamá se le quiebra su voz cuando pronuncia esas palabras. Para todos es difícil todo lo que paso con mi padre y ahora esa angustia está por terminar. Solo es cues
Catalina Abrego Aunque nuestra salida del hospital fue un poco accidentada por la aparición de los señores Sanders de la nada. Todo estaba bien. ¡Ahora todo está mejor gracias a Dios! Mi padre según mencionó su médico pronto saldría del coma, solo debíamos que esperar que su cuerpo se estabilizara. Ya que después de una intervención de tantas horas era normal que todavía permaneciera inconsciente, eso sin contar los días anteriores de mucha tensión por la que todos tuvimos que pasar, en especial mi madre, que no quería dejar a mi padre ni un segundo fuera de su vista. Ya en casa finalmente el agotamiento me noqueo. Sin embargo me sumergió en un sueño intranquilo. Mi mente rememoraba cada una de las palabras que cruzaron mi madre y la señora Amelia. ¡Quien ahora resulta ser mi tía materna! Me siento muy confundida por todo lo dicho en ese lugar entre ellas, pero a pesar de buscar respuestas nadie quiso darme ninguna de todos los integrantes de mi familia nadie quiso hablar sobre
Demian Stuart-Quiero que se mantengan lejos de mi esposa. No estoy dispuesto a seguir tolerando, que busquen maneras de encontrarse con ella.-Demian, no pienso obedecer tus prohibiciones, aquí no solo decides tú. También Catalina decide a quien deja entrar a su vida. Además si recuerdas bien, independientemente te guste o no, estaremos en su vida, quieras consentirlo o no. Ella es nuestra sobrina. Deja de interferir con nuestra familia.¡Genial ahora resulta que son familia! Y por ese motivo se sienten con derecho de pasar sobre mí. He ignorar completamente mis advertencias.Ya veremos, cuanto les dura esto de mi cuenta corre que se acabe su valentía.Nadie absolutamente nadie va interferir en mi matrimonio con Catalina. No voy a permitir que los Sanders me fastidien arruinando todo.-Soy quien tiene todo el derecho a decidir por mi mujer, ¡nadie más! Cuando, ella se convirtió en mi esposa, pasó a formar parte de mi familia. Y seré el único en tomar las decisiones en mi matrimonio