•Samuel•Esa amenaza no me deja centrarme en los folios de la nueva impresión, dejo a mi secretaria dándole la última revisión y salgo la oficina, una chica se me acerca.—Hola, Sr. Cruz. Soy Alexia Rossini, la nueva diseñadora de ilustración —menciona alegremente.Es una mujer alta con buena figura, ojos verdes y rubia también. ¡Joder! No quiero saber nada de rubias, peli rojas, pelinegras de ninguna, con problemón que tengo es suficiente.He estado demasiado tiempo fuera de la empresa y no me fijo a quien contrato, solo sé que necesitábamos una ilustradora, llegaron los currículums tome el primero y firmé el ingreso.—Un placer, Alexia. Bienvenida, como ya debes saber, soy Samuel Cruz, el CEO de las editoriales Montiel —comento y miro mi reloj—, perdona Alexia un placer, voy algo apurado, bienvenida nuevamente.—¡Oh, sí claro! Disculpe Sr. Cruz —dice con vergüenza.—No, te preocupes. Dime Samuel. Adiós…Le regaló una sonrisa.Salgo de la editorial, subo al coche, solo sé a dónde ir
•Sara•Las palabras de Zac no salen de mi cabeza. No sé, cuál será el futuro para Sam y para mí, lo que si sé, es que no lo pondría a decidir; entré su hijo y yo.Si ese bebé es de él, me apartó así mi corazón se desmorone. Soy consciente que no puedo permanecer a su lado, su hijo que podría pensar cuando crezca de su padre y su tía.Este amor no desaparecerá así de fácil.Continuó caminando cuando veo a Maikol, cargando a Samuel y este se va hacia los lados.Samuel me ve cuando estoy frente a ellos y me sonríe tontamente.—Sam, ¿estás borracho?—lo tomo de la cintura, él pasa su brazo por mis hombros.Muy pocas veces, lo he visto de esta manera, es muy discreto y cuidadoso al consumir alcohol. —No, cariñooo... —arrastra las palabras—, sabes que eres mi amoor más bonito.Me besa los labios, me mira a los ojos, los de él están cristalizados.— Tú el mío, Sam... Pero vamos adentró, sí.Me abraza y casi me tumba, Maikol se apresura a sostenerlo.—Adonis—susurro su lindo apodó.—Caramelo,
•Sam•Termino la última reunión de la mañana, estamos full de trabajo por qué dentro de poco abriré otra nueva editorial.Miro mi reloj, decido irme por algo de comer y cuando voy bajando las escaleras escucho la voz de Sara discutiendo le está gritándo a Bryan, él tiene sus sucias manos tomándola por su brazo.—¡Más te vale que le quites las manos de encima, hijo de puta!La suelta, le dejo sus dedos marcados.La tomo de la mano la apego a mí, empujó a Bryan del pecho fuerte y esté, forma un puño con sus manos.—¡Última vez que te advierto Bryan! ¡No toques a Sara! Por que, ya no responderé como una persona normal.—¡Entonces habla con ella! ¡Y dile que no meta su jodida nariz en mi puta relación con Patricia!—¡Sí, lo hago! ¡Patria en mi amiga y tú, estás jugando con ella! —grita Sara, señalando con el dedo.Me da risa, parece una niña berrinchuda, sus ojos están empañados y las mejillas rojas.—Calma, cariño — la abrazo y miro a Bryan —, largó de mi editorial.Sentí su mandíbula cr
•Sara• Estamos en el restaurante y nada más pienso en lo que sucedió "Sam, Dios, Sam" qué vergüenza, espero que Margot no escuchará nada.Sam ordena el servicio, está sonriente, me encanta su sonrisa, siempre me ha gustado su sonrisa y sus cejas pobladas son hermosas y perfectas, estoy embobada admirando belleza cuando me habla.—Cariño, sé que soy hermoso, pero disimula—bromea y me guiña un ojo.Ruedo los ojos y lo observó con chulería.—Se le cayó el ego, al Señor Cruz.Suelta una risa sonora y extiende su mano y deja varios besos en mis nudillos.—Come, cariño. Quiero que salgamos fuera esta noche. Hoy serás mi novia delante de todo el mundo.Él sabe que puede traernos problemas si lo nuestro se descubre.—S-sam, pero qué dices. Tú sab...—me interrumpe, colocando su dedo en mis labios, sus ojos brillan y suspiro con solo verlos.—Deja todo en mis manos Sara. Sabes que he estado pensando que falta poco para tus cumpleaños—menciona.No recordaba ni mi propio cumpleaños, con todo lo
•Samuel• Está hermosa con ese enterizo. ¡Joder! Terminamos de comer, pagó la cuenta y la tomó de la mano, esta noche no la soltaré. Caminamos por la plaza, muchas miradas caen en nosotros, paso mi brazo por sus hombros y beso su cuello. —Sam...—chilla—, nos están mirando. —Que nos miren—bajo mi mano y pegó una nalgada, haciendo que de un brinco. Abre los ojos hasta más no poder. —¡SAMUEL! —Ya, ya —detengo un taxi y subimos en el. —Hotel Indigo Seattle Everett —informó al chófer y me observa intrigada—, no cariño, no iremos a casa. Solo seremos dos enamorados juntos por una noche, sin miedo de que nos vean o nos señalen. —No quería regresar tampoco.—apoya su cabeza en mi hombro y suspira. Llegamos al hotel de cuatro estrellas. Nos abren la puerta y bajamos, una chica rubia nos saluda. —Buenas noches, ¿tienen reservado o van a reservar? —Sí, tenemos. Samuel Cruz —Sara se mantiene a mi lado mirando toda la estancia. —Es una sola suite, ¿quiere otra para su hermana? Sara
Ha pasado una semana desde esa noche que estuvimos en el hotel, fue la mejor noche. Samuel se ha mantenido muy ocupado llega tarde después del trabajo, por mi parte, continuó con mi rutina del instituto al apartamento. Paseo junto a Patri por los pasillos del instituto.—Sara.—Umm... Dime —murmuró mientras recojo mi cabello.—Siento que algo pasa con Bryan. No sé, esta algo distante.Mi corazón late fuerte, soy la peor amiga, a estas alturas aún no le he dicho nada sobre lo que vi, no quiero herirla y una parte de mí, quiere creer en Bryan.—No has hablado con él — le preguntó con tranquilidad y tarda unos minutos en responder—. No, sabes que no soy de las mujeres que se rebajan, Sara—frunce sus labios—, nada más puedo decir que si sigue de esa manera lo dejaré, no merezco esta indiferencia.Esa indiferencia puede tener el nombre de "Alexia"—Sé que eres fuerte, Patri. Sin embargo, a veces, es mejor ser realistas. Sabes que también vas a sufrir.—No, claro que no. Muchos me han jod
•Samuel•Después de la llamada de Sara estoy inquieto y decido terminar la reunión, estamos perdiendo algunos inversionistas que apoyan a nuestros nuevos escritores.Pauto otra reunión para dentro de una semana, mientras busco una solución. Salgo lo más rápido posible y conduzco a todo lo que da el kilometraje, cuando mis ojos ven un cabello colorido riendo junto a un chico, conozco ese cabello, donde está ella, está Sara. Estacionó de mala manera esparciendo polvo con los neumáticos, el malnacido voltea y es Zac, con su sonrisa estúpida en su cara.Camino hacia la camioneta y el hermoso culo de Sara, me da la bienvenida, logro ver sus abultados pliegues como se marcan en su panti de color blanco, me cabrea a millón, la tomo de la cintura la bajó de un solo jalón.Su cara perdió todo el color y sus labios no logran articular ninguna palabra, me mira sin saber qué decir.Si no fuese venido, estaría alegremente comiendo con ese imbécil. Sostengo su mentón entre mis dedos cuando trata
Greta está petrificada y las bolsas que traía caen al suelo. Sara se cubre con sus manos y busco su camisa y se la entrego. Maikol entra y queda pasmado. —¡Mierda, madre! ¿Por qué no tocas? —No Puedo creer lo que veo— escupe con rabia y niega a los lados—, por esta razón no quieres casarte con Zachary. Claro, tienes… ¡Dios mío!— exclama y mira a la Sara, ella se oculta detrás de mí—, ¡Samuel, es tu hermana! No lo ves, debimos quedarnos con ella. Se acerca a pasos rápidos y me da una cachetada de tal manera me hace girar la cara, Sara grita, y se coloca delante de mí. —¡No lo toques, no soy una niña! — le grita Sara, sostengo su mano y la aparto del medio. —¿¡Desde cuando estás abusando de Sara!? — grito y golpeó mi pecho. Maikol se acerca la toma del brazo. —Cálmate, Madre. Siéntate, deja que te explique Sam… —¿¡Qué vas a explicar!? Es una niña, Maikol, ¿¡cómo pudiste apoyar algo así!? Sara solloza y maldigo por no ponerle pasador a la m*****a puerta. —Madre... Por favor, es