¿Vamos?

Por Javier

Los estaba esperando y me acerqué a la barra, dos amigas se me acercaron y había otra chica más, la verdad no lo sé, yo estaba ansioso por ver a Camila, la había visto semidesnuda, de sport y formal, como se viste casi siempre en la oficina, me quedo cuando la vi con sus pechos desnudos durmiendo en su casa.

Si lo pienso un poco mejor, sí, se puede decir que soy un acosador.

Sonrío, pensando en Cami.

Una de las chicas pensó que le sonreía a ella, me había olvidado que estaban ahí, ni sabía de qué hablaban.

Eran bellas, sí, en ese nivel económico, con todas las cirugías plásticas que se practicaban, era difícil que no fueran bellas.

Vestidas llamativamente, mostrando tanto que no dejaban nada a la imaginación.

Tal vez por eso me llamaron tanto la atención los pechos de Cami, nunca hacía gala de ellos y eran perfectos.

Yo la había acusado de tener siliconas, pero lo hice porque sabía que le molestaba, bueno, en un principio y sin tocarla, lo pensé.

Me gusta molestarla.

Los
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