Capítulo 232
Como era de esperar, Carlos entró en mi departamento con la misma facilidad con la que lo haría en su propia casa.

Encendió la luz, y desde unos metros de distancia me miró a los ojos, incluso me preguntó:

—¿No vas a entrar?

¿Entrar?

¿Para qué? ¿Para estar en el mismo cuarto que él?

Sentía que todo esto era un sueño. Lo miré y susurré, —Mi exmarido.

¿Mi exmarido, aquí, en mi casa?

La situación parecía completamente absurda.

—¿Qué me dijiste?

Elevó la voz, sus ojos oscuros y profundos destilaban un frío gélido, y cuando me miró, no pude evitar estremecerme.

—Mi exmarido— respondí, con indiferencia, —Voy a borrar tus huellas dactilares, y no quiero que vuelvas aquí.

Carlos permaneció en silencio, procesando cómo lo había llamado, sin darme respuesta.

La luz del pasillo se encendió y se apagó, y yo estaba parada en la puerta, ni entrando ni saliendo.

Agarré la manija de la puerta con tanta fuerza que mis nudillos se pusieron blancos.

—Ya deberías irte
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App