Dos meses atrás...
Me siento un poco confundida, a pesar de que abro los ojos, los vuelvo a cerrar. No puedo lograr dormirme, me siento un poco rara. A pesar de todo, decido ponerme de pie. Hay un olor particular, que despierta mis sentidos y en ese momento el olor a vainilla y a bosque; invade mis fosas nasales.—¿Qué es eso..? —murmuró para mí mismo.Decido ir a investigar de qué se trata, me pongo de pie con algo de torpeza, debido que aún estoy somnolienta y me cuesta trabajo tener que despertarme.En cuanto piso el largo pasillo de la casa, puedo sentir una presencia a través de la ventana.Decido correr, mis padres y mi hermano están dormidos.Son como las 4 de la mañana, por eso me sorprende todo este pequeño alboroto que siento.La curiosidad me gana. Me encuentro en el gran patio, ahora estamos acomodando con mi familia, y me subo sobre una montaña de escombro .Pero no veo nada, me estoy por dar la vuelta, cuando escucho un crujido. Alarmada, vuelvo a mirar hacia el frente, encontrándome con nada.<—Te veo un poco ojerosa, ¿has descansado bien..? —me preguntó preocupada extendiendo la mano y tocándome la mejilla. —Si, mamá no te preocupes por mí. Tú estás muy bonita en el día de hoy —dije con sinceridad. —Ay cariño; eres tan tierna. Ahora nos iremos a una manada cercana, queremos ir a investigar... Algo. Lo último debe ser, para que se pueda casar nuestro hijo. Era verdad, mi hermano mayor estaba prometido con una chica de la manada de al lado. Observo con curiosidad mientras desayunaba con calma. Siempre había sido reservado, y bastante maduro para ser cierto. Nunca me había tratado de una manera que no fuera, su hermana. En parte se lo agradecía. El, me devolvió la mirada y me sonrío. Me fui a caminar, estaba un poco aburrida, hasta que finalmente, pude escuchar unas voces afuera de casa. Al prestar atención, me doy cuenta que se tratan de mis amigas. —Noemí, estás aquí —murmuró Camila, sonriéndome y a su lado se encontraba Emma. Las tres, éramos una especie de amigas
Me acerqué junto con mis amigas, de reojo podía observarlo.Se encontraba bailando en un grupo, al parecer eran de su propia manada.Incluso algunas mujeres se habían unido. Suspiré, por algún motivo pude escuchar:"¡Es mío"!Era mi loba internar reclamar lo que es mío. No la entendi, porque a decir verdad la única que podía decirme algo era ella.¿Por qué había reclamado, ese lobo testarudo como suyo..? No lo entendía, lo peor de todo que estaba enojada. Ahora se encontraba bailando con una rubia, y le daba vueltas mientras yo hervía."¡Déjame arrancar su mano!"Protestaba mi loba.—¿Estás bien..? —me preguntó Emma un poco preocupada.Yo estaba un poco dispersa.—Y cómo es que sabes... no me gustan mucho las fiestas —dije algo, en parte era cierto. Estaba molesta y no lo sabía, no entendía.¿Por qué..?¿Por qué motivo me encontraba así..? Con ese chico que ni siquiera podía llegar a conocer. La curiosidad me llamó, en el momento cuando mis dos amigas salieron con un chico a bai
Me estremecí, y en ese instante lo único que quise hacer: fue perderme en el. Cuando estoy apunto de ser por fin besad... por primera vez siento que algo lo aparta. Miro sorprendida que ya no lo tengo enfrente de mí al chico que siempre me ha gustado.—¡¿Por qué hiciste eso..?! —le grité al encapuchado que se había encargado antes con esa chica."¡Nuestro mate!"—Porque no quiero que te estés besando con él —dijo simplemente se dio la vuelta.Lo tomo de la mano. —¿Y eso a ti en que te afecta..? tú no eres nadie para mí —dije frustrada y él se giró divertido. —¿De verdad no soy nadie para ti..? —dijo, mirándome cercana y en forma peligrosa. Su presencia, te hacía temblar, y repensar las cosas."¡Márcalo!"Gritaba mi loba internar. Pero en ese momento, estaba demasiado enojada como para llegar a reflexionar.—Q-quiero que te alejes de mí. —Ya luego, la que me está sosteniendo en este momento eres tú, No, yo.>Me solté de su agarre como si, me quemara
—¿Con quién..? — quise saber un poco confundida. —¡Con ese chico..! —dijo en un tono enojado. Yo pude sentir incluso que estaba gruñendo. "¿Gruñendo..?"Abro los ojos con sorpresa.>¿Cómo es que puedo escuchar su voz del interior..?"¡Es mía..!"Escuché la voz atravez del vínculo.—¿Por qué puedo escucharte..? — quise saber confundida y él me miró de la misma forma. —Tú no puedes ser mi mate... tú eres una niña débil —comentó con cierto dejó de asco.Sentí muchísimo dolor en mi inferior en ese momento, me abracé a mí misma y lo miré enojada. —¿Qué tiene que ver..? Tu lobo me reclamó como suya —dije enfrentándolo, acercándome a el. Mientras que el retrocedía.—Tú... eres una Omega débil, tú no puedes ser mi mate.—¿No..? ¿Entonces por qué estás aquí?— Ya luego, tengo mis razones y ahora me iré ¿Acaso me podrás detener loba débil?—Sí quiero, sí —dije demandante.Lo tomé de la mano y con la valentía que nunca en mi vida había tenido, lo besé. El mism
—Me duele mucho el corazón... Lloraba hasta quedarme dormida, y en esta noche no fue la excepción. Después de 7 días de no verlo, me quedé dormida. El problema es que hacía frío. Estaba desnuda, en mi forma humana y con el corazón partido en dos. De pronto, sentí calor, alguien me atrapó entre sus brazos, y me llevo lejos de ahí. No tuve el valor de abrir los ojos. > Ya que seguramente me secuestraron. Pero lo hice, me encontré con el, con esos ojos color turquesa, que sin decir ninguna palabra me llevó a un lugar incierto. "Es mi lobo" Él ingresó conmigo en brazos, yo fingia estar dormida —Sé que estás despierta —comento, me dejó sobre un colchón. > Exigí. Me arropó como si fuera una niña pequeña, simplemente se quedó ahí parado. —¿Por qué hiciste esto..? —quise saber un poco confundida. —¿Acaso te quieres morir congelada..? —me preguntó, pero no se volteó en ningún momento sino que encendió la leña, yo me quedé arropada,
Unos meses atrás...—Me alegra que estés aquí —comentó la voz silenciosa de su acompañante. Ella le brindó una sonrisa resplandeciente, estiró sus dedos delgados hasta alcanzar la mano oscura; apoyada en las hojas secas del suelo. En ese instante, ambos se miraron. Encontrándose, e incluso sus corazones latían a la par. "Lo morderé ¡lo morderé!", expresó de nuevo su loba. Denis, estaba enfurecida con tener contacto alguno con ese hombre.—Está haciendo algo de frío, pero este lugar es hermoso —dijo con una sonrisa tímida. —Me alegra que te haya gustado, quería buscarte, y verte...—La verdad... es que... nunca pensé que querrías casarte conmigo. Bueno, ni siquiera sabía, eras mi prometido —dijo divertido.—Lo soy, y como bien sabes, nunca voy a encontrar mi mate. Puesto que ya lo había hecho.El semblante de Francisco, se ensombrecio.—Lo sé, y lo siento mucho. Aunque, cuando me enteré que habías encontrado a tu mate... mi corazón se quebró.—¿Y eso por qué..? —preguntó curioso
Sabía que lo rechazaría por siempre, pero esperaba que con el tiempo se acostumbrara. "¡Es un lobo feo marrón!"Suspiró, no sabía que harían sus padres se enteraba que tenía un mate. O mejor dicho ella sería una luna.Lo peor de todo: era el alfa, básicamente de todas las manadas. Salió hacia el exterior, necesitaba aire. Mientras caminaba por el sendero hasta llegar al bosque, una fuerza la arrastró.Asombrada, abre los ojos sin poder llegar a entender ¿que la había hecho llegar hasta ahí?—Hueles a otro hombre —comentó una voz gruesa y sintió como algo la olfateaba."¡Mi mate!"—¡Dejame! —expresó.—No, eres mi mate y ya te estás revolcando con otro hombre. Los asesinaré —Dijo gruñendo, golpeando con su puño de la madera que estaba detrás. Noemí, se asustó, inclinándose hacia el suelo y refugiándose en posición fetal. El alfa, la observó con confusión y miró su puño.—Lo siento... —dijo por primera vez en su vida. >Se inclinó de rodillas, y levantó l
Era el vínculo, era demasiado extraño. Nunca le había pasado con nadie.—Es un lindo nombre —dijo ella con sinceridad.—Noemí es horrible —comentó y ella puso los ojos en blanco.Salió del agua. Le estaba dando frío y en parte comenzó a estornudar. El lobo, no pudo evitar sentir la necesidad de protegerla. Salió enseguida, y sobre sus hombros, puso su chaqueta de cuero.—¿Ahora eres amable..? —dijo ella divertida. Él puso los ojos en blanco, se puso la ropa sin esperar secarse y le dijo:—Cámbiate antes de enfermarte.—S-si... —obedeció en silencio. Comenzaron a caminar, tomados de la mano. Cuando Noemí se dio cuenta, como estaban aferrados, decidió apartarse.—Ahora al parecer el que siente asco eres tú —dijo el lobo, sin mirarla.Ella puso los ojos en blanco; simplemente decidió seguir caminando. Sus pasos eran amortiguados por las miles de hojas desparramadas, pronto el otoño haría su aparición. A lo lejos, pudo ver a su prometido con sus amigos. Estiró la mano, pero tan pronto