Mi mateNoemí, dejó de aplaudir al darse cuenta de lo que estaba haciendo. ¿Acaso estaba feliz de poder irse con él y su manada?Y aparte, uno de sus sueños siempre había sido ser parte de algo, y ahora que lo sería... era un poco extraño.¿Acaso después tendría qué..?Sus ojos abrieron sorprendida, sabía que tarde o temprano ese momento llegaría, pero no tan pronto. El pudo olfatear, el cambio repentino de su mate. Se giró, sin entenderla. —No soy tan... como dicen, esperaré cuando estés lista —dijo ante las dudas de la cabeza de su mate. Ella sintió avergonzada, sabiendo que Él seguramente olfativo a su cuerpo. Lo malo, es que tenían que caminar bastante. Así que prefirieron ir en su forma de lobo.En parte, hubiera preferido llevar sus cosas personales. Noemí sabía que tenía que dejar tarde o temprano y lo mejor era dejarlo temprano que tarde.Después de recorrer bastantes kilómetros, sus lobos habían llegado, especialmente a una manada. El pequeño pueblo era bastante grande, de
Cuando llegó la hora de dormir, para los dos era bastante confuso, por un lado para Noemí, nunca había dormido con ninguna persona. Él, la observó durante unos breves segundos, antes de apoyar su cuerpo sobre la cómoda cama.—¿Estás bien..? —le pregunto, después de estar por 10 minutos los dos sin moverse. —N-no —dijo con sinceridad. Escuchó la breve risa de su marido, y el mismo se giró.—¿Por qué estás así? —quiso saber.—Pues... Es la primera vez que estoy con un hombre y me siento obviamente nerviosa —confesó.—Pero yo no soy cualquier hombre, soy tu esposo y tu mate.—Ajam, el mismo, que hace un tiempo me había dicho que yo era una débil.—Solo duerme —comentó y ella intentó cerrar los ojos, pero por más que quiso conciliar el sueño, tener un hombre al lado no le facilitaba para nada la tarea. Después de dar vuelta por más de dos horas. Se dio por vencida. Quito las cobijas sin más y se calzó las pantuflas. Comenzó a caminar a través de la gran casa. Descubriendo que no había
Cuando llegó la hora para comenzar con la coronación por ser Luna, para Noemí era todo demasiado novedoso. Se ve arrastrada de un momento al otro, por tres mujeres. María, la observaba con cariño, mientras que las dos miraban de arriba abajo su rostro, observando el maquillaje y viendo que podría llegar a quedarle mejor.Trago saliva, y en un pestañeo de ojos, ya se encontraba entre la multitud. Aunque tan pronto apareció, desapareció arriba de un gran escenario. A su lado, se encontraba su mate. El Alfa, abrió los ojos sorprendido. Nunca la había visto con maquillaje,menos con un vestido de color blanco ceñido al cuerpo, llegando hasta las rodillas. Su corazón latió, y sin querer abrió el vínculo."Está... demasiado hermosa".Noemí abrió los ojos sorprendida, no esperaba que algo así pudiera salir de sus pensamientos. —¿Dijiste algo? —preguntó.—Nada... ahora daremos inicio a...—¿A qué..? —preguntó ella.—Serás la luna —dijo ignorándola.Nunca aceptaría lo que había pensado, se
—Estamos tan orgullosos de ti —comentó su madre y la abrazó. Su padre, también se unió al caluroso abrazo, mientras que sus hermanos le hicieron cosquillas, y ella sonrío.—Pensé, que no querrían verme nunca más —dijo con tristeza.—No, además eres la luna de nuestro país, no podrías estar más orgulloso de ti —le dijo su padre.—Lo hiciste Bien hermanita —dijo su hermano y sonrío.—Bobadas, los echo de menos. —Lo dudo, seguro que ahora vives en una de esos palacios que tiene el alfa —dijo divertida su hermana. Ella puso los ojos en blanco y asintió divertida. Era una celebración muy grande. Después de 300 años de no haber tenido una luna, había muchos habitantes que comenzaban a preocuparse. Debido a eso, tenía miedo de que las sequía y algunas desgracias se produjeran por eso. Ya que la luna no estaba presente en sus vidas. Pero ahora era diferente, la mayoría había llevado todo tipo de alimentos, más los que ofrecía el mismo Alfa. Habían largas mesas, tenían kilómetros de la
Noemí Noemí, podía sentir un extraño ardor en toda su espalda. No podía moverse, Incluso le costaba bastante trabajo respirar. Sintió, un pequeño pañuelo, en la parte baja de su columna. Eso, no hizo más que hacerla gritar de dolor.—Tranquila, estarás bien —murmuró alguien a su lado.No lo reconoció enseguida, su viata estaba borrosa y los latidos desde su corazón no la dejaban escuchar del todo.Asintió, sin saber muy bien que contestar y cerró los ojos.De nada valía tenerlos abiertos, puesto que solamente veía borroso. Sintió, aquel pequeño paño; se elevaba sobre sus costillas, detrás de sus omóplatos. Finalmente llegó hasta el cuello, al parecer también tenía una gran lastimadura, ya que ardía. Sus ojos lagrimearon, debido al dolor y el sufrimiento que había pasado. Aún recordaba, el momento en el que había visto aquella imagen.Al parecer era un engaño. Unas horas antes, se encontraba caminando en el bosque, estaba recolectando unas flores extrañamente azules, de hecho le en
Fue un beso tierno, diferente y con un sabor amargo. Noemí cerró los ojos, dejándose ser llevada por aquella sensación. Pronto, el éxtasis hizo su aparición. Estiro las manos para alcanzar el cuello masculino, lo acercó lo máximo posible hasta su propio cuerpo. Él la levantó de la cintura, haciendo que enredara sus piernas.Pero algo estaba mal, a decir verdad no era así, y mucho menos estaría en la plena naturaleza. Él era diferente al resto de las personas. Se apartó, sintiendo que aquel beso era desconocido, y al parecer aquel sujeto, no se dio por vencido, volvió a sostenerla de la cintura y ella lo empujó.—¡Basta!Él sonrío, y poco a poco empezó a convertirse en una bruja.—¿Acabo de besar a una bruja?Sorprendida y con un dejo de asco, dió un paso hacia atrás. —¿Quién eres?—Al parecer me descubriste, no esperaba eso de ti pequeña princesa, y ahora que nos hemos sacado las caretas, déjame decirte que no te haré daño. Si te portas bien...Al decir esas palabras los ojos de N
Quería encontrar esas brujas que habían ingresado a su territorio, asesinarlas. Pero, no tenía ni siquiera una pista de dónde podrían estar y mucho menosDe qué manera habían encontrado a la luna.Suspiró, arropándola, después de ver las vendas, siendo nuevamente manchadas de sangre. La habían untado con unas flores mágicas, los curaban en menos de un minuto; pero al ser heridas de brujas, eso tardaba más. Se ve que su sufrimiento era más constante, y eso lo hacía sentir enojado. Estaba molesto, aquellas brujas habían tenido la actitud, de ingresar a territorios prohibidos y lastimar a una de las gobernantes. No se los perdonaría nunca, y en cuanto pudiera, iría a cazarlas yba por una Nunca habían desatado una guerra entre los lobos y las brujas, pero la situación lo ameritaba.Y si no estaban de acuerdo los demás lobos iría solo. Cuando se puso de pie, algo lo detuvo. Al girarse, se dió cuenta de que sumate, lo estaba sosteniendo débilmente de la mano. —Quédate no me dejes s
Ella se mordió los labios con nerviosismo, y tomó la perilla.—Hola, quería agradecerte. —¿Por qué me querrías agradecer a mí? —preguntó con desinterés el jefe. Simplemente se encontraba con una computadora adelante, y muchos papeles detrás.—Sé que me curaste tú durante toda la noche —comentó y se sentó enfrente del.—Es lo que haría cualquier esposo con su esposa, no me lo agradezcas —dijo con escepticismo.—Eso... es lo que tú crees, pero yo no sé ni qué pensar.—Es único que puedes llegar a pensar. Me da igual.Ella puso los ojos en blanco.—Ya...—¿Te sientes mejor..?—Supongo que sí. Aunque...—¿Aunque qué..?—Nada, ¿quieres que te ayude en algo? En ese tiempo que no estuviste, pude entender bastante acerca de la administración. —Está bien, ven aquí —dijo en un tono extraño y simplemente se apartó un poco. En ese momento, ambos se observaron; el silencio hizo partícipe de los dos.Ella se sentó enfrente, mientras que ambos revisaban los papeles. De vez en cuando se observaba