Ravel no dijo nada, pero sabía de las inquietudes que el cazador tenía en ese momento. Eso lo tenía algo curioso, ya que jamás creyó que un Vangelis fuera capaz de ver más allá de lo que sus creencias le dictaban.Es más, a partir de ese día algo cambio entre Gregory y Bleid, si bien todavía lo odiaba por embarazar a su hermana, ya no se podía ver ese odio asesino en su mirada.Además, parecía ya no estresarse cada vez que ellos tenían una cita en el jardín y se perdían en el laberinto de setos, pero sobre todo Ravel estaba contento, ya que ahora podía ir y entrar a la casa de los Vangelis como si nada, como socio de Wolfang tenía que llevarle trabajo, ya que este parecía poco interesado esos días en presentarse al trabajo.No solo eso, Ravel fue el primero en enterarse de los planes de la madre de la novia sobre su día especial de compras que tendría en un par de días más.—Es hora de que el pueblo se entere, no lo crees Ravel.Le había dicho la madre y él no pudo estar menos de acue
— Exactamente, Bleid Wolfang es el hombre con él que voy a casarme — dijo sonriéndole al estilista mientras desviaba la mirada para no llenarse de celos por él, es que se veía tan guapo el condenado — Pero llega demasiado pronto, madre ves mirando los vestidos mientras yo le pido a mi prometido que nos dé un poco más de tiempo, no sería bueno que vea mi vestido.Audrey salió de la tienda y se lanzó a los brazos de su esposo, porque ellos ya estaban casados, la ceremonia que harían sería solo para oficializarlo todo.— Llegas antes de tiempo cariño— Dijo Audrey contra su boca mientras pasaba los brazos alrededor de su cuello, sabiendo que con solo hacer eso, dejaría claro a las demás mujeres que ese hombre era suyo.El hombre frío e inalcanzable, que todos veían en Bleid Wolfang en ese momento, cambió cuando la benjamina de los Vangelis salió del establecimiento y se abalanzó hacia él, quien no dudó en abrir sus brazos y atrapar a su amada entre ellos.—Nunca es demasiado pronto para v
—Señor Belucci — se disculparon algunos de los provincianos que se dieron cuenta de su presencia; sin embargo, el hombre solo movió sus cabezas y se dirigió hacia su auto.Esa afrenta por la cual le habían hecho pasar a su familia y a su hijo, era algo que pensaba cobrarles, tanto a los Wolfang cómo a los Vangelis, pero no todavía. Lo primero era ver cómo ayudar a su hijo a volver a ser él mismo.—¡A la mansión!— le ordenó a su chófer quien arranco el auto que pasó a unos escasos centímetros de dónde el cazador y la bestia se encontraban hablando frente a la boutique, dirigiendo su mirada rápida hacia ellos antes de volver a ver hacia el frente.Bleid sonrió al ver qué sus palabras habían sido tal y como él las había dicho Ravel Cappiota, había declinado su invitación a acompañarlo esa tarde. No obstante, cuando la invitación fue hecha por Gregory Vangelis, de inmediato tenía tiempo y se encontraba en camino ya para poder acompañar al cazador.—Bueno, ya está resuelto lo de Ravel. Así
Era la primera vez que Bleid ponía sus miedos en voz alta; sin embargo, lo curioso y bizarro de eso, era que se lo estuviera diciendo al hombre que por más de casi 30 años consideraba su enemigo y que, en esos momentos, sentía que era la persona que más lo entendía.— Sea como sea, si ese bebé muere antes de nacer, mi hermana morirá también, quizá la mate al nacer y si por un milagro ella sobrevive, todavía nos queda la profecía que dice que…En ese instante apareció Ravel, agradeciendo no llegar tarde para frenar lo último que su amante estaba a punto de decir, Bleid no debia saberlo todo, era pronto para eso.— No morirá, no es la primera vez que ayudo a que un embarazo como este llegue a término y la madre sigue viva — Dijo el brujo sentándose entre ellos — Hace veintiséis años logré traer al mundo al hijo de un lobo y una humsna sin problemas.Aunque sabia que no podia usar el mismo metodo que habia usado, en ese entonces y realmente no las tenia todad ptefrria tranquilizar a esos
Los tres hombres caminaban por la plaza, Ravel era el que más feliz parecía siendo el centro de atención de todas las miradas. Bleid solo deseaba llegar hasta donde se encontraba su luna y embriagarse de su aroma y por último estaba Gregory quien se preguntaba cómo había mantenido a todas esas personas a salvo todos esos años, cuando en esos momentos lo único que deseaba era exterminarlos, sobre todo a aquellas personas que no le quitaban los ojos de encima al brujo.— En mí recuerdos de todas las veces que he venido a este pueblo y sobre todo a su plaza, jamás la había encontrado tan concurrida — mencionó Ravel como si nada, haciendo que Gregory Vangelis gruñera, caminando más rápido por la calle hasta la famosa boutique abriendo la puerta, para que los otros dos hombres entrarán.Bleid sonrió ante el gruñido de su cuñado por las palabras del brujo, pero más aún ante la naturalidad con la que pensó en Gregory cómo su cuñado.—Justo a tiempo— dijo Michiel viendo llegar a los dos hombr
Bleid fue llevado, junto a un par de inútiles compañeros, al centro de la plaza de ese alejado, pero rico pueblo de Italia. Dónde al parecer todo mundo estaba enterado de lo que ocurriría esa tarde en el centro de la ciudad, excepto el trío de hombres que eran escoltados por Michiel.—¡Por favor bajen y síganme!— les pidió una vez el auto dónde viajaban llegó a la plaza.—Solo quiero preguntar por qué teníamos que viajar en auto de la boutique a este lugar, si daba lo mismo caminar— se quejó Bleid quién estaba perdiendo la paciencia, sobre todo al no notar cerca el olor de su luna.Ravel, se acercó a Gregory para susurrarle a su oído.— Tenemos que hacer algo, para que Bleid espere paciente lo que sea que tu madre con ayuda de ese hombre esté planeando.— Es obvio lo que planea, ¿No? No hay más que ver cómo está decorado todo.— murmuró el rubio muy cerca del oído de su novio, obligándose a guardar la compostura y no comérselo allí mismo — ¿Serás mi acompañante en esta boda además del
—Hijo mío, me hubiera decepcionado mucho que no fuera de esa manera— la mujer llevó su mano derecha hasta el rostro de su hijo, acariciándole de manera suave y tierna—, siempre me pregunté por qué jamás te había visto perder el control por alguna de las hijas de mis amigas, tanto que estaba perdiendo la esperanza de ver el brillo del amor en tus ojos como ahora. Así que tienes suerte que tu hermana haya metido antes la pata y no me tengas a mí sobre ti y tu novio. Además, que es un hombre guapo, si no lo tomas tú, tal vez yo lo haría. Es justo el tipo de hombre que me gusta— bromeó la señora Susan con su hijo.Gregory sonrió por lo que su madre acababa de decir de Ravel, en ese punto no le tenía celos, había salido del clóset, declarado su amor por un hombre y sido aceptado por su madre, no podía sentirse más feliz.— No solo presumiré a mi pareja, también le daré la mano a mi cuñado y le entregaré a su novia, por lo que te pido que me digas dónde está mi hermana, porque a falta de mi
Ravel se dio cuenta de eso en cuanto vio el rostro enamorado y sonriente de Bleid, al observar con esa devoción a su esposa caminando hacia él, para después estrecharle la mano al hombre que había jurado por mucho tiempo eliminar, tomando después de su mano, la mano de su luna. Luego la feliz pareja se colocó frente al altar, con las manos entrelazadas, y eso no solo era algo bueno para Bleid Wolfang, sino también para el mismo Ravel.Porque en ese momento el brujo tenía más que claro que su lealtad incondicional a Wolfang no lo era tanto. No cuando estaba involucrado Gregory Vangelis. Más de mil años huyendo del amor y este no solo lo había alcanzado, sino que lo había entrampado al encontrarlo en el enemigo del hombre a quien le había jurado lealtad y ayudarlo a acabar con sus enemigos.Susan no pudo evitar limpiar con el dorso de su mano una lágrima traicionera que había escapado de uno de sus bellos ojos, sobre todo al ver la forma en que su hija y su futuro esposo se miraron uno