Gregory cayó rápidamente al suelo del impacto intentando incorporarse lo antes posible, su única preocupación era que Ravel estuviera bien, pero no lograba verlo.— ¡Ravel!— gritó en busca del brujo, aunque lo único que recibió como respuesta fue el gruñido de una bestia y sus ojos amarillos, observándolo en medio de la noche, resaltando entre la oscuridad.El cazador dio un paso atrás hasta toparse con un árbol que le impidió que siguiera retrocediendo. No podía hacer nada contra ese animal sin sus armas y no veía donde había quedado su moto.El animal abrió la boca mostrándole los colmillos. La bestia era algo extraña, como si se tratara de un licántropo, uno mucho más grande que la mayoría y a su vez menos agradable de ver, su aroma era nauseabundo y en partes de su cuerpo faltaba carne dejando ver sus huesos, era como si se estuviera descomponiendo en vida, en ese instante pensó que ese sería el aspecto que tendría un zombi de licántropo.El extraño monstruo lo amenazó sus garras
—¡Gregory estás aquí!— exclamó el brujo justo en el momento en que escuchó la voz del cazador, se había vuelto a caer en su intento de salir del lugar donde se encontraba, agarrado a unas raíces que se rompieron por su peso, por suerte logro agarrarse de nuevo a una roca, pero ya estaba un poco más abajo.Fue un gran alivio escuchar la voz de su amante y segundos después ver lo que le había tirado para que pudiera salir de ahí. Tomó la improvisada cuerda que le había enviado Vangelis, y tiró levemente de ella comprobando si realmente aguantaba su peso, luego decidió usarla para empezar a subir.Gregory tiraba de la cuerda hecha con su ropa, rogando internamente, que no se rompiera antes de lograr sacarlo, no podía perderlo, ese hombre se había convertido en alguien muy importante para él, por eso, tal vez lograba entender la imprudencia de su hermana a pesar de estar en desacuerdo con su decisión de seguir embarazada.Ravel por su parte seguía subiendo sabiendo que la ropa no aguantar
Ravel no dijo nada, pero sabía de las inquietudes que el cazador tenía en ese momento. Eso lo tenía algo curioso, ya que jamás creyó que un Vangelis fuera capaz de ver más allá de lo que sus creencias le dictaban.Es más, a partir de ese día algo cambio entre Gregory y Bleid, si bien todavía lo odiaba por embarazar a su hermana, ya no se podía ver ese odio asesino en su mirada.Además, parecía ya no estresarse cada vez que ellos tenían una cita en el jardín y se perdían en el laberinto de setos, pero sobre todo Ravel estaba contento, ya que ahora podía ir y entrar a la casa de los Vangelis como si nada, como socio de Wolfang tenía que llevarle trabajo, ya que este parecía poco interesado esos días en presentarse al trabajo.No solo eso, Ravel fue el primero en enterarse de los planes de la madre de la novia sobre su día especial de compras que tendría en un par de días más.—Es hora de que el pueblo se entere, no lo crees Ravel.Le había dicho la madre y él no pudo estar menos de acue
— Exactamente, Bleid Wolfang es el hombre con él que voy a casarme — dijo sonriéndole al estilista mientras desviaba la mirada para no llenarse de celos por él, es que se veía tan guapo el condenado — Pero llega demasiado pronto, madre ves mirando los vestidos mientras yo le pido a mi prometido que nos dé un poco más de tiempo, no sería bueno que vea mi vestido.Audrey salió de la tienda y se lanzó a los brazos de su esposo, porque ellos ya estaban casados, la ceremonia que harían sería solo para oficializarlo todo.— Llegas antes de tiempo cariño— Dijo Audrey contra su boca mientras pasaba los brazos alrededor de su cuello, sabiendo que con solo hacer eso, dejaría claro a las demás mujeres que ese hombre era suyo.El hombre frío e inalcanzable, que todos veían en Bleid Wolfang en ese momento, cambió cuando la benjamina de los Vangelis salió del establecimiento y se abalanzó hacia él, quien no dudó en abrir sus brazos y atrapar a su amada entre ellos.—Nunca es demasiado pronto para v
—Señor Belucci — se disculparon algunos de los provincianos que se dieron cuenta de su presencia; sin embargo, el hombre solo movió sus cabezas y se dirigió hacia su auto.Esa afrenta por la cual le habían hecho pasar a su familia y a su hijo, era algo que pensaba cobrarles, tanto a los Wolfang cómo a los Vangelis, pero no todavía. Lo primero era ver cómo ayudar a su hijo a volver a ser él mismo.—¡A la mansión!— le ordenó a su chófer quien arranco el auto que pasó a unos escasos centímetros de dónde el cazador y la bestia se encontraban hablando frente a la boutique, dirigiendo su mirada rápida hacia ellos antes de volver a ver hacia el frente.Bleid sonrió al ver qué sus palabras habían sido tal y como él las había dicho Ravel Cappiota, había declinado su invitación a acompañarlo esa tarde. No obstante, cuando la invitación fue hecha por Gregory Vangelis, de inmediato tenía tiempo y se encontraba en camino ya para poder acompañar al cazador.—Bueno, ya está resuelto lo de Ravel. Así
Era la primera vez que Bleid ponía sus miedos en voz alta; sin embargo, lo curioso y bizarro de eso, era que se lo estuviera diciendo al hombre que por más de casi 30 años consideraba su enemigo y que, en esos momentos, sentía que era la persona que más lo entendía.— Sea como sea, si ese bebé muere antes de nacer, mi hermana morirá también, quizá la mate al nacer y si por un milagro ella sobrevive, todavía nos queda la profecía que dice que…En ese instante apareció Ravel, agradeciendo no llegar tarde para frenar lo último que su amante estaba a punto de decir, Bleid no debia saberlo todo, era pronto para eso.— No morirá, no es la primera vez que ayudo a que un embarazo como este llegue a término y la madre sigue viva — Dijo el brujo sentándose entre ellos — Hace veintiséis años logré traer al mundo al hijo de un lobo y una humsna sin problemas.Aunque sabia que no podia usar el mismo metodo que habia usado, en ese entonces y realmente no las tenia todad ptefrria tranquilizar a esos
Los tres hombres caminaban por la plaza, Ravel era el que más feliz parecía siendo el centro de atención de todas las miradas. Bleid solo deseaba llegar hasta donde se encontraba su luna y embriagarse de su aroma y por último estaba Gregory quien se preguntaba cómo había mantenido a todas esas personas a salvo todos esos años, cuando en esos momentos lo único que deseaba era exterminarlos, sobre todo a aquellas personas que no le quitaban los ojos de encima al brujo.— En mí recuerdos de todas las veces que he venido a este pueblo y sobre todo a su plaza, jamás la había encontrado tan concurrida — mencionó Ravel como si nada, haciendo que Gregory Vangelis gruñera, caminando más rápido por la calle hasta la famosa boutique abriendo la puerta, para que los otros dos hombres entrarán.Bleid sonrió ante el gruñido de su cuñado por las palabras del brujo, pero más aún ante la naturalidad con la que pensó en Gregory cómo su cuñado.—Justo a tiempo— dijo Michiel viendo llegar a los dos hombr
Bleid fue llevado, junto a un par de inútiles compañeros, al centro de la plaza de ese alejado, pero rico pueblo de Italia. Dónde al parecer todo mundo estaba enterado de lo que ocurriría esa tarde en el centro de la ciudad, excepto el trío de hombres que eran escoltados por Michiel.—¡Por favor bajen y síganme!— les pidió una vez el auto dónde viajaban llegó a la plaza.—Solo quiero preguntar por qué teníamos que viajar en auto de la boutique a este lugar, si daba lo mismo caminar— se quejó Bleid quién estaba perdiendo la paciencia, sobre todo al no notar cerca el olor de su luna.Ravel, se acercó a Gregory para susurrarle a su oído.— Tenemos que hacer algo, para que Bleid espere paciente lo que sea que tu madre con ayuda de ese hombre esté planeando.— Es obvio lo que planea, ¿No? No hay más que ver cómo está decorado todo.— murmuró el rubio muy cerca del oído de su novio, obligándose a guardar la compostura y no comérselo allí mismo — ¿Serás mi acompañante en esta boda además del