El aire se llenaba de los sonidos de los golpes, los rugidos y los gemidos de agonía. Los vampiros luchaban con ferocidad, pero no podían igualar la destreza y la furia desatada de la manada de hombres lobo. Cada ataque era calculado, cada movimiento estaba imbuido de una determinación inquebrantable.Bleid sabía que el tiempo era crucial. Cada segundo que pasaba era un segundo más lejos de reunirse con Audrey y sentir su cercanía. Con esa motivación latente en su corazón, redobló sus esfuerzos, concentrándose en aniquilar a sus oponentes sin piedad. Azabache, en perfecta sincronía, se movía en perfecta armonía con él, un dúo letal que no dejaba lugar para el error.La sangre de los vampiros brotaba en un torrente oscuro, manchando el suelo y llenando el aire con su peculiar aroma metálico. Los lobos, impulsados por un ansia insaciable, se abalanzaban sobre los cuerpos de los vampiros, que tenían sus fauces de rojo carmesí.Sin embargo, en medio de aquel caos, una estrategia bien plan
— Señora Wolfang, debe acompañarme — dijo una de las vampiras con cautela mientras se acercaba a Audrey. La mujer vampiro parecía preocupada y determinada.Audrey levantó la vista de su libro, observándola con recelo, y negó con la cabeza. Según Joel y su loba interior, Yue, ella tenía libertad para moverse por cualquier parte de esa planta del castillo. Yue gruñó en advertencia, recordándole que los vampiros no eran de fiar.— Joel me dijo que podía...Antes de que Audrey pudiera terminar de hablar, una explosión repentina resonó en la planta de abajo. El estruendo sacudió el suelo y las paredes, enviando ondas de choque a través del aire. Los estallidos de fuego iluminaron el ambiente, llenando la estancia de un resplandor ominoso.El corazón de Audrey se aceleró mientras el caos se apoderaba del castillo. El humo y el olor a quemado se infiltraron en sus sentidos. Inmediatamente, su instinto de supervivencia entró en acción, instándola a ponerse en alerta y buscar una salida segura
Audrey miró a la vampira, su expresión reflejaba una mezcla de miedo y esperanza. La decisión estaba en sus manos, y aunque temía lo desconocido, sabía que debía confiar en la extraña conexión que sentía con Selene.Sin dudarlo más, Audrey asintió y siguió a la mujer a través de la puerta. Al cruzar el umbral, el mundo exterior quedó atrás, sumergiéndose en un ambiente oscuro y misterioso. Adentrándose en lo desconocido, las dos mujeres se internaron en un laberinto de pasadizos sombríos y escaleras en ruinas. El eco de sus pisadas resonaba en la oscuridad, mientras el aire se volvía más denso y cargado de secretos ancestrales.Audrey apretó el puño con fuerza, recordando sus propias palabras: ser fuerte. Ahora, más que nunca, debía confiar en sí misma y en la vampira a su lado para desentrañar los misterios que les aguardaban y proteger a aquellos a quienes amaba.Azabache, siguiendo los pasos de Joel, se adentraba audazmente en los pasillos del antiguo castillo. Cada rincón oscuro
Audrey se dejaba llevar por su agudo olfato mientras avanzaba a través de los intrincados túneles en busca de su esposo. El aroma característico de Bleid impregnaba el aire, guiándola en su búsqueda. A medida que avanzaba, los pasillos se volvían cada vez más oscuros y angostos, como si estuvieran ocultos bajo tierra.El eco de sus pasos resonaba en el silencio sepulcral, interrumpido solo por el suave susurro del viento que se filtraba por las grietas de la roca. Audrey mantenía su determinación intacta a pesar de la incertidumbre que la rodeaba. Su corazón latía con fuerza en su pecho, impulsándola a seguir adelante. Cada vez estaba más cerca de encontrar a Bleid, de reunirse con él y enfrentar juntos los desafíos que les esperaban.Continuó avanzando, sorteando obstáculos y laberintos subterráneos. Confíaba en su instinto, en ese vínculo especial que compartía con su esposo. Sabía que estaban conectados de una manera única y que, tarde o temprano, se encontrarían nuevamente.El ar
Ambos hombres se miraron intensamente, cada uno aferrado a su postura, pero finalmente asintieron en acuerdo con las palabras de Audrey.—Tienes razón, Audrey. Debemos encontrar la verdad y resolver esta situación juntos. Estamos en un nido de vampiros, así que debemos salir de aquí — concedió Joel, su expresión mostrando un atisbo de arrepentimiento.Aunque aún desconfiante, Bleid decidió darle una oportunidad a la resolución pacífica.—Está bien. Pero recuerda, Joel, cualquier intento de hacernos daño o manipularnos será enfrentado con toda mi fuerza. Nuestra familia no será amenazada.— No hay nada que desee más que proteger a tu familia — aseguró Joel, desviando su mirada hacia Audrey, quien era la viva imagen de su difunta hija, a excepción de su cabello tan rubio.Audrey sintió un escalofrío y llevó la mano a su abdomen, donde ocultaba aquel viejo diario que había encontrado. Estaba segura de que en él se encontraría la verdad sobre aquel hombre.— Vamos, no perdamos más tiempo.
—Joel, obviamente no estamos a salvo—, comenzó Barack, su tono lleno de determinación. —Pero este encuentro es importante. Has presenciado cómo mi padre ha luchado para mantener la cordura y encontrar a mi madre, quien ha estado separada de nosotros durante mucho tiempo. Por favor, un poco de amor familiar no nos hará menos seguros.Las palabras de Barack enfurecieron a Joel, pero se mantuvo en silencio. No podía revelarse todavía, no en ese momento. Pero veo tenía más derecho a esa familia que nadie, eran su familia.— Bien, lo que debemos hacer es salir de aquí lo antes posible.Aquello fue algo a lo que todos estuvieron de acuerdo como sobre todo cuando el otro lobo blanco de la familia llegó hasta ellos, Gregory adquirió forma humana frente a él a ellos y se abrazó a Barack para luego buscar su boca y besarlo.— Estaba tan preocupado pude notar que estabas en peligro pero me era imposible llegar a ti en ese momento.—Gregory, ¡por fin estás aquí! —exclamó Barack, aliviado, devolvi
Joel se encontraba sumergido en sus pensamientos, buscando respuestas en las sombras de su propia mente. Sentía una mezcla de rabia y frustración mientras recordaba la escena en la que Audrey, la viva imagen de su hija muerta , había corrido hacia Bleid en un gesto de lealtad inquebrantable.La traición de Audrey había dejado una herida profunda en el corazón de Joel. ¿Cómo podía haberse dejado engañar de esa manera? ¿Qué había hecho mal? ¿Por qué seguía amándolo después de lo mucho que había invertido él en romper y mancillar los recuerdos que tenía de él.Pero Joel sabía que no podía permitirse dudar de su plan. La venganza sobre el último miembro de los Wolfang estaba cerca, y debía mantener su fachada de aliado para asegurar que nada saliera mal. Aunque le doliera en lo más profundo de su ser, debía sonreír y continuar manipulando la mente de Audrey.El sarcasmo se deslizaba por sus labios mientras repetía las palabras de Bleid sobre el amor por la familia. Para Joel, el concepto
Audrey y Bleid, ansiosos por volver a estar juntos, finalmente se encontraron en la acogedora intimidad de su habitación, después de haber estado separados durante lo que para Audrey pareció una eternidad. Aunque solo habían transcurrido unos pocos días desde su última vez juntos, la sensación de desconexión que Audrey experimentaba parecía haberse arraigado en lo más profundo de su ser. Sin embargo, su amor por Bleid permanecía inalterado, sin sufrir la más mínima dilución en medio de la distancia temporal.— Solo necesito una ducha y estaré contigo— afirmó ella con voz entrecortada, anhelando refrescar su cuerpo y despejar su mente después de esos días de separación. Sabía que era crucial reconstruir la conexión especial que compartían, nutrirla y hacerla florecer una vez más, que debían recuperar su enlace.Se despojó de su ropa, dejando que cayera al suelo, mientras sus ojos se posaban en el diario que había mantenido cuidadosamente oculto bajo la ropa, asegurándose de que Joel n