Capítulo 4
Mi garganta casi se desgarra por aquel grito, que emití al tiempo que todo mi cuerpo se tensó y el cerebro lanzaba una alarma de peligro inminente, obligándome a actuar inmediatamente. Quise sacudirme para poder zafar las muñecas de su agarre, sin embargo, aquel sujeto se enderezó y con su rostro en dirección al mío sostuvo una mirada fría que me estremeció por completo.
Aquellos ojos eran tan negros que me infundieron terror, sus cejas se encontraban hundidas y las facciones del rostro no transmitían más que dureza con un vacío extenso de emociones humanas, era como si ese chico tuvieran únicamente la apariencia de un humano, pero sus gestos se asemejaban a los de un animal salvaje.
Los labios de él, se movieron lentamente para pronunciar una frase ronca y muy baja que no pude comprender al inicio, pero cuando la volvió a repetir lo capté.
—A-ayu-da—pugno como si algo le doliera mucho al hablar, pero me pareció muy contradictorio que su voz fuera tan débil y el agarre de mis muñecas estuviera con tanta firmeza que no podría liberarme por mí misma jamás. Me quedé pensando varios segundos y a pesar de que el miedo me consumía e impedía poder expresarme con claridad, hice lo que pide por no parecer una cobarde y contesté con la voz más convincente que pude.
—Quiero ayudarte, pero no podría, aunque quisiera porque me tienes aprisionada—mencioné y notó que aún sostenía mis muñecas y de inmediato las soltó, sentí un gran alivio cuando lo hizo que mi corazón volvió a latir con normalidad, pero aún faltaba la otra parte de la situación, que me llevaba a ayudarlo siendo un extraño. Miré de nuevo a todos lados en busca de una señal, pero lo único que nos rodeaba era el bosque, por lo cual, tomé valentía y decidí que iba a hacer algo por él.
Me incliné hacia su cuerpo y viendo su rostro pregunté
—¿Puedes moverte?—indiqué, ya que era la única forma. Él dudó, pues al parecer su cuerpo estaba muy lastimado, sin embargo, a pesar de que su cuerpo se hallaba cubierto de sangre por ciertos lugares, no encontraba marcas de heridas.
—Sí—contestó y como pude le ofrecí mi mano para que se apoyara en ella, me vio un poco extraño, no obstante la tomó para incorporarse, pero apenas su torso se enderezó, emitió un quejido.
—¿Estás bien?—pregunté de forma muy tonta.
《 Hoy es el día en que haces preguntas estúpidas Moon》
Me cuestioné a mí misma.
Él respiró hondo, y volvió a moverse, cuando estuvo completamente derecho le indiqué para poderse poner de pie, se apoyó de un tronco con la otra mano y en tres segundos estaba frente a mí totalmente erguido, lo cual me generó más horror, porque ese sujeto triplicaba mi tamaño en todos los sentidos, su cuerpo fornido y macizo descomunal y la estatura prominente definitivamente era lo que más me sorprendía. A pesar de que parecía una ridiculez, le ofrecí mi hombro para que se sostuviera y fue algo bastante curioso verlo doblarse para apoyarse de mi diminuto cuerpo.
Ambos caminamos hasta rodear la casa y llegar a la puerta principal, pensé bien las cosas y aunque parecía una locura, tenía que llevarlo adentro, sin embargo, sabía que la abuela se volvería como loca si llegaba a ver un extraño en su propiedad, así que mi única alternativa era la habitación donde me estaba quedando.
—Bien, necesito que seas lo más fuerte posible, ¿Puedes subir esas escaleras?—señalé y las observó analizando para poder responder y luego asintió. Caminamos al interior de la casa hasta llegar a los escalones, se apoyó del barandal y juntos empezamos a subir, le costó mucho lograrlo, pero por fortuna llegamos a mi habitación y lo recosté sobre mi cama.
《 Mamá y la abuela van a matarme 》
Pensé
Ni en mil años luz hubiera imaginado tener un completo extraño en mi habitación, menos semidesnudo, porque al no traer camiseta y unos shorts rotos por todos lados que apenas lo cubrían tristemente, me sorprendía que no hubiera visto de más.
Lo observé unos segundos y respiré hondo para preguntar.
—¿Debo llamar a la una ambulancia o la policía?—interrogué y de inmediato negó—¿La persona que te hizo esto puede volver?—me aseguré de preguntar eso, ya que no lo pensé antes y si eso era así, mi vida corría peligro sin mencionar, que la abuela llegaría en cualquier momento y ella también estaría en riesgo.
—No—contestó secamente.
—Bien, entonces, ¿Qué debo hacer? No soy médico y de verdad no tengo la más mínima idea de que hacer, únicamente sé primeros auxilios.
—Toallas húmedas, solo eso—ordenó y a pesar de que me pareció una total locura, porque no se veía bien, sin embargo, ya las cosas eran demasiado extrañas como para cuestionarlo.
—Ok, bajaré a buscarlas, no me tardo—dije y salí de la habitación para bajar las escaleras a toda prisa, y fui al cuarto del lavado, saqué un par de toallas de una cesta que tenía la abuela con ropa limpia acomodada y luego me dirigí a la cocina por un cuenco para llenarlo con agua.
Subí nuevamente a mi habitación y lo vi sentado sobre el borde de la cama. Me mantuve tranquila para no despertar sospechas, ya que la idea de que se levantara y fuera a atacarme me aterrorizaba.
—Pasa, no voy a hacerte daño—dijo con una voz suave, pero rasposa. Dudé, pero qué otra cosa podía hacer… Solo avancé rogando al cielo que no me hiciera daño, y me puse frente a él, trague saliva y hablé con nerviosismo.
—Aquí están las toallas y el agua—indiqué y extendió su mano para tomarlas, sin embargo, no esperaba su reacción por lo que titubee. Levantó la mirada con las cejas hundidas y solo me quitó todo de un jalón.
—Sí, quisiera hacerte daño, ya lo hubiera hecho, controla tus emociones—murmuró mientras introducía las toallas en el interior del cuenco lleno de agua, sacó una y la exprimió para llevarla a su rostro, empezó a limpiar la sangre que lo cubría justo frente a mis ojos, lo cual me había dejado sin opciones de hacer algo porque el miedo se apoderó de mí controlando las articulaciones de mi débil y tembloroso cuerpo.
—¿Por qué no hay heridas?—interpele desconcertada, ya que él seguía limpiando la sangre, pero no existía ni una sola marca. Alzó una ceja y dejó caer la toalla dentro del cuenco salpicando un poco del agua ensangrentada.
—¿Siempre haces tantas preguntas?—cuestionó con el mismo rostro inexpresivo y pálido, sin embargo, me indignó la idea de que ese sujeto fuera tan malagradecido al tratarme de esa forma, pues yo había salvado su trasero minutos atrás.
—Pues fíjate que cuando es un completo extraño en el patio de mi casa, que está casi desnudo y lleno de sangre, la verdad sí, me gusta preguntar—solté de manera sarcástica y entornó los ojos.
—Entiendo, no te molestes, aunque te lo explicara igual, no vas a entenderlo—contestó con tranquilidad.
—Ok, entonces, ¿Soy tan ignorante que no voy a entender?—refute con los brazos cruzados y negó.
—Tienes mal carácter, ¿Cómo te llamas?—interrogó y arrugué el entrecejo poniendo cara de desconfianza.
—¿Por qué tendría que decirte mi nombre? Ni siquiera te conozco—expresé con desdén
—Bueno, acabas de salvar mi vida y me has traído a tu habitación, supongo que lo más acertado sería saber tu nombre—explicó para estirar su mano—Yo soy Eyolf, te agradezco que no me hayas dejado tirado allá afuera—confesó provocando dentro de mí una montaña ruda de emociones, pues ya no tenía esa apariencia inhumana de hace minutos atrás. Se quedó esperando mi respuesta y luego de unos segundos accedí.
—Yo soy Moon y de nada—respondí apretando su mano. Sé que no es de mi incumbencia—empecé—Pero, quién te atacó de esa forma—quise saber escudriñando su rostro para intentar descifrar sus emociones, cosa que fue imposible, debido a que no transmitía absolutamente nada.
—Yo—inició y justo en ese instante escuché la voz de la abuela More que había llegado a casa.
Capítulo 5—Moon, cariño, ya llegué —llamó desde la sala. Él me observó con curiosidad y por primera vez pude encontrar un asomo de sonrisa en su rostro. —Oh, rayos, esa es mi abuela…—solté con desesperación, y a pesar de que él había escuchado mi preocupación seguía tan tranquilo que no parecía molestarle para nada la idea de que mi abuela sacara una escopeta para echarlo de la casa. ¿Qué no escuchaste? ¡Mi abuela está en la casa!—le advertí —Tranquila, baja, yo me quedaré aquí —respondió con serenidad, torcí los ojos soltando un resoplido al tiempo que me sostenía el puente de la nariz—En definitiva, no sabes cómo es mi abuela—murmuré y lo miré al rostro—Sí, ella te ve aquí, lo más probable es que te vuele la cabeza con su escopeta—expliqué y negó. —No sucederá, solo baja y recíbela como siempre, yo me esconderé para que no me vea si por alguna casualidad sube a inspeccionar su habitación—puntualizó y por más que quisiera refutarlo, tenía que bajar para evitar que ella subiera a
Capítulo 6Mi vida iba de mal en peor, tenía a un completo extraño en mi habitación, mi abuela no sabía nada de eso, corríamos peligro y ni siquiera sabía de qué porque Eyolf, hablaba super extraño. Sentía que ocultaba más de lo que decía, y temía que las cosas fueran más peligrosas de lo que yo podía pensar. En el almuerzo estuve muy ida y la abuela lo pudo notar, ya que cada pregunta que me hacía demoraba en contestar y me quedaba pensando en ese asunto que prácticamente ocupaba todo el espacio de mi cerebro. —Moon, cariño, mañana saldré temprano a casa de gloria, ella es una amiga con la que juego cartas los fines de semana, pero está enferma y creo que pasaré la tarde allá—dijo y luego de reflexionar varios segundos reaccioné. —Ah, claro, abuela está bien—contesté —Bien, cariño, voy a recoger la ropa de tu abuelo para llevarla a la caridad, ¿Quieres ayudarme?—propuso y asentí de inmediato. —Sí, por supuesto, aunque… ¿No crees que es muy pronto?—quise saber y negó. —No, de he
Capítulo 7—Abue...—inicié la conversación sin levantar la cabeza, mis ojos estaban puestos sobre el plato de la cena a medio probar —¿Sí, cariño?—contestó en un tono maternal como siempre.—Es que yo, bueno... Tengo una pregunta que hacerte—rodeé, pues no sabía como ir al grano.—Dime, Moon, me estás preocupando—respondió y volví a la normalidad. —Ah, no, no es para que te preocupes abue, solo quería saber si puedes prestarme tu auto para ir al pueblo mañana—pedí y a pesar de que lo pensó, terminó aceptando porque ella confiaba en mí.—Claro cariño, puedes usarlo cuando quieras—me dijo y aproveché para hacerle la verdadera pregunta que me carcomia por dentro. —Abuela, ¿crees que las cosas sobrenaturales existen?—solté sin más y ella frunció el ceño.—Eh, pues, no lo sé Moon, ¿Por qué la pregunta?—No, solo mera curiosidad.—La verdad no niego su existencia, porque este mundo es muy amplio cariño, hay cosas que van más allá de nuestra imaginación, pero creo que es mejor estar aleja
Capítulo 8—¡Desgraciado, cobarde!—le gritó, sosteniéndolo del cuello—¡Me dejaste ahí a morir!—volvió a vociferar y a pesar de que yo no tenía idea de qué rayos hablaban, mi única preocupación era que Eyolf le hiciera daño a Kitsune.—Espera, tranquilízate hermano—quiso apaciguar, pero no sirvió de nada.—No soy tu hermano, un hermano no te deja a morir mientras huye como cobarde—le reclamó empujándolo, Kitsune cayó al suelo y eso fue todo, se volvió a poner de pie y le soltó un puñetazo a Eyolf, quién empezó a convulsionar de ira haciendo sonidos como de animal, yo intenté tocarlo, pero me gritó que retrocediera y eso hice.Mis ojos quedaron impactados al ver como su cuerpo tomaba la forma de un lobo gigantesco, feroz e imponente de un color negro como la noche. Se fue sobre Kitsune y yo grité para alertarlo. —¡Cuidado!—él me vio y sonrió, al parecer no le preocupaba eso, y con ambas manos recibió a Eyolf para lanzarlo con fuerza a un lado. Me quedé boquiabierta al contemplar aquel
Capítulo 9—Abue, sé que ya te pregunté esto—inicié buscando las palabras más adecuadas, mientras ella cortaba algunos vegetales en la mesada.—Sí, cariño—habló para demostrar que tenía su atención. —Bueno, es que yo…—hice una pausa aclarando mi garganta, respiré hondo y solté mi pregunta. ¿Crees que existan hombres lobos?—mantuve un ojo cerrado arrugando la cara, ella permaneció en silencio y luego sonrió dejando lo que estaba haciendo para verme al rostro. —Cariño, yo puedo creer hasta en unicornios, pero eso no quiere decir que sea algo real—propuso de forma amable—Sé que desde que llegaste aquí, has estado leyendo ciertos libros que pueden causar revuelos en tu imaginación, pero déjame decirte que el autor de esos libros ahora mismo se encuentra en un psiquiátrico del pueblo—contó dejándome sorprendida, para mí era difícil digerir que ella supiera la identidad de aquella persona que escribió ese libro.—¿Lo conoces?— interpelé, y ella afirmó para volver a lo que estaba haciendo.
Capítulo 10Miraba a todos lados intentando coordinar toda la información recibida, según yo ese sujeto era el padre de Eyolf, pero había tantas dudas que aún no eran disipadas, debido a la idea de no saber si él conocía algo sobre su pasado, o familia. —Oye, bonita, ¿Te encuentras bien? ¿Quieres que te lleve a algún lugar?—se ofreció el doctor, y antes de voltear entorné los ojos porque justo en ese instante tenía el compromiso de aceptar su invitación para almorzar. —Sí, estoy bien, es solo que me da tanta pena que ese hombre esté aquí, ¿Sabe por qué lo internaron? Me pareció muy lúcido para ser un paciente psicótico—expresé y él hizo una mueca de lado con tu boca, a modo de lástima. —Pues, el tiempo que llevo trabajando aquí, estudié su expediente y fue el mismo quien se internó, dijo que unos hombres lobos atacaron a su esposa y la asesinaron—aclaró—¿Loco no?—culminó con una sonrisa irónica. —Humm, pues me parece más triste que loco—interviene—¿Su esposa realmente fue asesinad
Capítulo 11—Vaya, por fin hay paz entre ustedes, ¿funcionó lo que te dije Eyolf?—saltó Kitsune en son de broma al vernos salir de casa, y el interpelado lo fulminó con la mirada. —En vez de estar con tus bromas, deberías avisarle a la manada que hoy empieza la vigilancia, debemos estar preparados para que Diamond no nos tome por sorpresa, sé que es astuto y no atacará sabiendo que hay otros lobos cuidando la zona, pero hay que estar precavidos —ordenó Eyolf y Kitsune asintió, y pude notar que la cosa era seria, pues el chico ya no mantenía esa expresión de broma que lo caracterizaba llevándome a la pregunta, de cómo alguien que aparentaba ser tan serio la primera vez que lo vi, fuera algo totalmente distinto cuando lo conocí en realidad. —¿Qué hago yo?—quise saber, porque no esperaba que me mantuviera de brazos cruzados. Plantó sus ojos que empezaban a gustarme verlos cada vez más, existía algo en ellos que no podía explicar, pero que me dejaban embelesada llevándome a otro planeta
Capítulo 12—Eyolf —murmuré su nombre en medio de mi desorientación, las luces brillantes del vehículo parecían el camino al cielo, mis ojos intentaban mantente abiertos, sin embargo, perdía la conciencia por segundos y luego volvía a abrirlos, sentí como el sujeto que me llevaba cargada en sus brazos, dejó mi cuerpo en el asiento trasero de la camioneta, y fue cuando lo vi. Justo detrás, un lobo gigantesco de pelaje gris con tonos blancos, atacó por la espalda al hombre que me intentaba secuestrarme. Quise enderezarme, pero mi cuerpo se encontraba muy débil haciendo imposible un movimiento.De un momento a otro, el sujeto que fue mordido en el hombro convulsionó cayendo de rodillas al suelo cubierto por la nieve y tomó la forma de un lobo con pelaje combinado de blanco, gris y negro. Saltó rigiendo en dirección al otro que lo recibió dándole un golpe, secó enviándolo a un lado para terminar chocando con el tronco de un árbol. Poco a poco sentí la capacidad de poder moverme, quizás q