Capítulo 5
—Moon, cariño, ya llegué —llamó desde la sala. Él me observó con curiosidad y por primera vez pude encontrar un asomo de sonrisa en su rostro.
—Oh, rayos, esa es mi abuela…—solté con desesperación, y a pesar de que él había escuchado mi preocupación seguía tan tranquilo que no parecía molestarle para nada la idea de que mi abuela sacara una escopeta para echarlo de la casa. ¿Qué no escuchaste? ¡Mi abuela está en la casa!—le advertí
—Tranquila, baja, yo me quedaré aquí —respondió con serenidad, torcí los ojos soltando un resoplido al tiempo que me sostenía el puente de la nariz
—En definitiva, no sabes cómo es mi abuela—murmuré y lo miré al rostro—Sí, ella te ve aquí, lo más probable es que te vuele la cabeza con su escopeta—expliqué y negó.
—No sucederá, solo baja y recíbela como siempre, yo me esconderé para que no me vea si por alguna casualidad sube a inspeccionar su habitación—puntualizó y por más que quisiera refutarlo, tenía que bajar para evitar que ella subiera a buscarme, por lo tanto, salí de ahí y justo antes de cerrar la puerta le eché un último vistazo.
—Solo no dejes que te vea, por favor—le recordé y cerré para bajar a toda prisa y recibir a More. Ella estaba casi subiendo el primer escalón tomándome por sorpresa y haciendo que diera un respingo. ¡More!—solté de pronto y ella arrugó el ceño.
—¿Cómo que More? ¿Desde cuándo me llamas por mi nombre?—preguntó ceñuda y con tono de disgusto.
—Ah, no, no, es que me asustaste, es solo eso—intente disculparme
—Hmmm, pero si llevo media hora aquí llamándote, iba a subir para ver si no estabas muerta—aclaró y al pensar en el sujeto extraño que estaba en mi habitación, reaccioné de inmediato.
—¡Noooo!—intervine con exageración, pero al darme cuenta de que estaba actuando de forma sospechosa, me calmé. Que digo, no, no es necesario abue, solo estaba leyendo un poco y pues me distraje es todo—culminé con una sonrisa nerviosa, ella arqueó una ceja y cerró los ojos a medias astas por varios segundos, mientras estaba escrutando mi rostro, trague saliva rogando al cielo que diera el tema como olvidado, y así fue.
—Bien, te creo cariño, ahora iré a la cocina para preparar el almuerzo, si quieres puedes seguir leyendo y te llamo para que bajes, ¿Te parece?—propuso y miré en arriba en dirección a mi cuarto para luego verla a ella.
—Sí, está bien—contesté para regresar.
Puse la mano en el pomo de la puerta y la giré entrando con rapidez para cerrarla de inmediato detrás de mí, apoyé mi espalda y recorrí el lugar con los ojos, sin embargo, no lo hallé por ningún lado, así que empecé a llamarlo en voz baja esperando que respondiera.
—Oye, Eyolf, ¿dónde estás?—susurré, pero no contestó. Fui a la ventana que estaba abierta y lo único que se me ocurrió fue que saltó de ahí y se dio a la fuga, así que asomé mi cabeza y su rostro apareció dándome un susto de muerte.
Di un paso atrás cayendo con el trasero en la madera, mientras tapaba mi boca para no gritar, ya que eso podía atraer a la abuela hacia mi habitación.
—¡Carajo, casi me matas del susto!—me quejé observándolo entrar por la ventana, la cual se veía muy pequeña comparada con su gran tamaño.
—Lo siento, es lo único que se me ocurrió para que tu abuela no me descubriera—indicó y al ponerse de pie frente a mí, estiró su mano para ayudarme a ponerme de pie. Dudé por un segundo, pero acepté y me levantó con suavidad. Algo que noté de inmediato desde el instante que lo toqué afuera era la temperatura de su cuerpo, la cual se mantenía bastante caliente a pesar de haber estado afuera en el frío, y seguía de esa manera sin importar qué.
—Bueno, creo que te ves mejor, ¿No?—interpele con la intención de que su respuesta fuera afirmativa y que se pudiera marchar, ya que no estaba en mis planes tener problemas con More por culpa de un extraño, y mis delirios de buena samaritana.
—Sí, ya he sanado por completo—informó y eso me pareció extraño, hablaba como si fuera una clase de superhéroe. Pero yo no me encontraba ahí, para discutir si tenía superpoderes o no, solo deseaba que se fuera y dar ese asunto por finalizado.
—Perfecto, fue un placer ayudarte, espero no te metas en más problemas, pero necesito que te vayas, no quiero que mi abuela te vea y piense lo que no es—afirmé y su rostro tomó una mueca curiosa.
—Entiendo, pero hay algo que debes saber—empezó—Sí, me voy, no estarás segura, vendrán los que me atacaron porque me ayudaste—confesó y sentí como si me hubieran echado una cubeta llena de agua helada.
—Espera, ¿Qué? No, no, yo solo te ayudé y ni siquiera te conozco, eso es una idiotez, ¿atacarme solo por ofrecerte ayuda?—pregunté con desesperación y encogió los hombros.
—Ellos no van a calificar tu acción de buena samaritana, solo verán que me ayudaste y te harán daño como a mí, solo que tú eres…—hizo una pausa y me vio de pies a cabeza para quedarse callado.
—¿Soy qué? ¡Habla!—insistí preocupada.
—Débil, no podrás siquiera defenderte y menos la anciana de allá abajo—completó
—¿Qué, como sabes de mi abuela?
—Las vi hablando cuando bajaste, ella se ve muy dulce, quizás sea un excelente bocadillo para los que me persiguen—admitió sil tapujos y amplíe los ojos como dos platos sintiendo que me hiperventilaba.
—Oh, no, rayos, rayos, rayos, esto no puede ser…—dije retrocediendo hasta caer en la cama sentada sin saber que hacer, lo miré y de pronto sentí mucha ira. Todo esto es culpa tuya, de no haberte ayudado, yo no estaría en este embrollo—protesté llena de coraje.
—Lo siento, no fue mi intención ser un problema, pero tampoco te obligué a ayudarme—sinceró y realmente tenía la razón, yo fui la idiota que fue al patio y se las dio de heroína en vez de llamar a un vecino por lejos que estuvieran, y metió al extraño en la casa sin pensar en las repercusiones. Así que únicamente solté un suspiro de melancolía y me dejé caer en la cama mirando el tejado.
—¿Ahora qué haré? Sí, algo le llegara a ocurrir a la abuela, no sé qué haría sin ella—sopese. Sentí como un lado de la cama se hundía y al notarlo observé que era él a mi lado, aunque reservando cierta distancia para no incomodarme.
—Puedo quedarme y cuidarlas—se ofreció, no obstante eso me parecía muy extremo, además no tenía donde ocultarlo y definitivamente no iba a quedarse en mi habitación.
—Es muy amable de tu parte, pero no hay posibilidad de eso, no tengo un lugar donde puedas ocultarte sin que la abuela no te vea—expliqué y se quedó pensando, para luego contestar.
—¿Y aquí?—inquirió, yo me levanté de golpe y lo miré con extrañeza.
—¿Hablas de mi habitación? Es un no absoluto, ¿Sabes que un hombre y una mujer no pueden estar en un espacio cerrado sin conocerse cierto?—pregunté lo obvio y encogió sus hombros, al parecer le daba igual.
—De donde vengo las mujeres son diferentes, además no estoy interesado en ti, si eso es lo que te preocupa—admitió y no tengo idea por qué me ofendió eso, pero lo hizo.
—No me interesa que no estés interesado en mí, y aunque lo estuvieras no eres mi tipo, así que ese no es el tema a discutir—solté irónicamente—Hablo de mi privacidad como mujer—apunté el verdadero inconveniente.
—Puedo salir cuando necesites privacidad—dijo para murmurar algo seguido de eso que no le entendí bien.
—¿Qué?—exigí saber, pero solo se mantuvo en silencio. Así que me di por vencida, existían más problemas importantes que eso.
—Ok, ¿te parece si me quedo a cuidarlas?—planteó y aunque no estaba de acuerdo, qué más podía hacer…
—Bien, pero dormirás en el piso—denoté—Ahora, ¿puedo saber quienes son esas personas peligrosas que te hicieron daño?—quise curiosear y se irguió tomando una postura de seriedad.
—Son grupos peligrosos, no pertenecen a este pueblo, pero quieren algo de mí que no estoy dispuesto a darles, por lo tanto, mientras yo siga con vida, ellos no podrán hacer nada de lo que planifican—expuso y a pesar de que sonaba tan explicativo no le entendí absolutamente nada.
《¿Qué es eso que ellos no obtendrán?》
Reflexioné
Capítulo 6Mi vida iba de mal en peor, tenía a un completo extraño en mi habitación, mi abuela no sabía nada de eso, corríamos peligro y ni siquiera sabía de qué porque Eyolf, hablaba super extraño. Sentía que ocultaba más de lo que decía, y temía que las cosas fueran más peligrosas de lo que yo podía pensar. En el almuerzo estuve muy ida y la abuela lo pudo notar, ya que cada pregunta que me hacía demoraba en contestar y me quedaba pensando en ese asunto que prácticamente ocupaba todo el espacio de mi cerebro. —Moon, cariño, mañana saldré temprano a casa de gloria, ella es una amiga con la que juego cartas los fines de semana, pero está enferma y creo que pasaré la tarde allá—dijo y luego de reflexionar varios segundos reaccioné. —Ah, claro, abuela está bien—contesté —Bien, cariño, voy a recoger la ropa de tu abuelo para llevarla a la caridad, ¿Quieres ayudarme?—propuso y asentí de inmediato. —Sí, por supuesto, aunque… ¿No crees que es muy pronto?—quise saber y negó. —No, de he
Capítulo 7—Abue...—inicié la conversación sin levantar la cabeza, mis ojos estaban puestos sobre el plato de la cena a medio probar —¿Sí, cariño?—contestó en un tono maternal como siempre.—Es que yo, bueno... Tengo una pregunta que hacerte—rodeé, pues no sabía como ir al grano.—Dime, Moon, me estás preocupando—respondió y volví a la normalidad. —Ah, no, no es para que te preocupes abue, solo quería saber si puedes prestarme tu auto para ir al pueblo mañana—pedí y a pesar de que lo pensó, terminó aceptando porque ella confiaba en mí.—Claro cariño, puedes usarlo cuando quieras—me dijo y aproveché para hacerle la verdadera pregunta que me carcomia por dentro. —Abuela, ¿crees que las cosas sobrenaturales existen?—solté sin más y ella frunció el ceño.—Eh, pues, no lo sé Moon, ¿Por qué la pregunta?—No, solo mera curiosidad.—La verdad no niego su existencia, porque este mundo es muy amplio cariño, hay cosas que van más allá de nuestra imaginación, pero creo que es mejor estar aleja
Capítulo 8—¡Desgraciado, cobarde!—le gritó, sosteniéndolo del cuello—¡Me dejaste ahí a morir!—volvió a vociferar y a pesar de que yo no tenía idea de qué rayos hablaban, mi única preocupación era que Eyolf le hiciera daño a Kitsune.—Espera, tranquilízate hermano—quiso apaciguar, pero no sirvió de nada.—No soy tu hermano, un hermano no te deja a morir mientras huye como cobarde—le reclamó empujándolo, Kitsune cayó al suelo y eso fue todo, se volvió a poner de pie y le soltó un puñetazo a Eyolf, quién empezó a convulsionar de ira haciendo sonidos como de animal, yo intenté tocarlo, pero me gritó que retrocediera y eso hice.Mis ojos quedaron impactados al ver como su cuerpo tomaba la forma de un lobo gigantesco, feroz e imponente de un color negro como la noche. Se fue sobre Kitsune y yo grité para alertarlo. —¡Cuidado!—él me vio y sonrió, al parecer no le preocupaba eso, y con ambas manos recibió a Eyolf para lanzarlo con fuerza a un lado. Me quedé boquiabierta al contemplar aquel
Capítulo 9—Abue, sé que ya te pregunté esto—inicié buscando las palabras más adecuadas, mientras ella cortaba algunos vegetales en la mesada.—Sí, cariño—habló para demostrar que tenía su atención. —Bueno, es que yo…—hice una pausa aclarando mi garganta, respiré hondo y solté mi pregunta. ¿Crees que existan hombres lobos?—mantuve un ojo cerrado arrugando la cara, ella permaneció en silencio y luego sonrió dejando lo que estaba haciendo para verme al rostro. —Cariño, yo puedo creer hasta en unicornios, pero eso no quiere decir que sea algo real—propuso de forma amable—Sé que desde que llegaste aquí, has estado leyendo ciertos libros que pueden causar revuelos en tu imaginación, pero déjame decirte que el autor de esos libros ahora mismo se encuentra en un psiquiátrico del pueblo—contó dejándome sorprendida, para mí era difícil digerir que ella supiera la identidad de aquella persona que escribió ese libro.—¿Lo conoces?— interpelé, y ella afirmó para volver a lo que estaba haciendo.
Capítulo 10Miraba a todos lados intentando coordinar toda la información recibida, según yo ese sujeto era el padre de Eyolf, pero había tantas dudas que aún no eran disipadas, debido a la idea de no saber si él conocía algo sobre su pasado, o familia. —Oye, bonita, ¿Te encuentras bien? ¿Quieres que te lleve a algún lugar?—se ofreció el doctor, y antes de voltear entorné los ojos porque justo en ese instante tenía el compromiso de aceptar su invitación para almorzar. —Sí, estoy bien, es solo que me da tanta pena que ese hombre esté aquí, ¿Sabe por qué lo internaron? Me pareció muy lúcido para ser un paciente psicótico—expresé y él hizo una mueca de lado con tu boca, a modo de lástima. —Pues, el tiempo que llevo trabajando aquí, estudié su expediente y fue el mismo quien se internó, dijo que unos hombres lobos atacaron a su esposa y la asesinaron—aclaró—¿Loco no?—culminó con una sonrisa irónica. —Humm, pues me parece más triste que loco—interviene—¿Su esposa realmente fue asesinad
Capítulo 11—Vaya, por fin hay paz entre ustedes, ¿funcionó lo que te dije Eyolf?—saltó Kitsune en son de broma al vernos salir de casa, y el interpelado lo fulminó con la mirada. —En vez de estar con tus bromas, deberías avisarle a la manada que hoy empieza la vigilancia, debemos estar preparados para que Diamond no nos tome por sorpresa, sé que es astuto y no atacará sabiendo que hay otros lobos cuidando la zona, pero hay que estar precavidos —ordenó Eyolf y Kitsune asintió, y pude notar que la cosa era seria, pues el chico ya no mantenía esa expresión de broma que lo caracterizaba llevándome a la pregunta, de cómo alguien que aparentaba ser tan serio la primera vez que lo vi, fuera algo totalmente distinto cuando lo conocí en realidad. —¿Qué hago yo?—quise saber, porque no esperaba que me mantuviera de brazos cruzados. Plantó sus ojos que empezaban a gustarme verlos cada vez más, existía algo en ellos que no podía explicar, pero que me dejaban embelesada llevándome a otro planeta
Capítulo 12—Eyolf —murmuré su nombre en medio de mi desorientación, las luces brillantes del vehículo parecían el camino al cielo, mis ojos intentaban mantente abiertos, sin embargo, perdía la conciencia por segundos y luego volvía a abrirlos, sentí como el sujeto que me llevaba cargada en sus brazos, dejó mi cuerpo en el asiento trasero de la camioneta, y fue cuando lo vi. Justo detrás, un lobo gigantesco de pelaje gris con tonos blancos, atacó por la espalda al hombre que me intentaba secuestrarme. Quise enderezarme, pero mi cuerpo se encontraba muy débil haciendo imposible un movimiento.De un momento a otro, el sujeto que fue mordido en el hombro convulsionó cayendo de rodillas al suelo cubierto por la nieve y tomó la forma de un lobo con pelaje combinado de blanco, gris y negro. Saltó rigiendo en dirección al otro que lo recibió dándole un golpe, secó enviándolo a un lado para terminar chocando con el tronco de un árbol. Poco a poco sentí la capacidad de poder moverme, quizás q
Capítulo 13 —Eyolf, yo…—abrí la boca, dije esas palabras y la volví a cerrar, él se acercó más para sujetar mi mano derecha, la temperatura de su cuerpo era cálida y agradable, ya que el frío mezclado con la nieve se intensificaban cada vez más. —Tenerte así de cerca, fue algo con lo que luché por años, de verdad lo intente, quise dejar la idea de pensarte, incluso me marché durante un tiempo, pero eres como ese imán que atrae el metal…—murmuró las últimas palabras y deslizó su mano calurosa hacia mi barbilla para verme a los ojos. Y yo soy ese metal, no puedo huir de ti—agregó y ese ligero contacto me descontrolo por completo, mi cerebro no procesaba la información y todas las extremidades de mi cuerpo temblaban, no tenía idea que ocurría conmigo, pero sin duda alguna debía huir. Poco a poco se acercaba más y pude sentir su respiración en mi rostro, era gratificante, pero algo me decía que si no actuaba terminaría cometiendo un error, no deseaba confundirme y menos crear falsas il