Estaba esperando.
Estaba inmovil mirando la puerta principal.
Lo que estaba a punto de hacer me rompería, pero era necesario.
Jayden no tardaría en cruzar esa puerta. Selene estaba en una de las habitaciones de arriba encerrada, Alexander la obligó a permanecer allí. Era lo mejor por el momento.
Pronto se podría ir.
Aun me dolían mis costillas, pero como pude me tuve que tragar ese dolor. Poner mi mejor cara para lo que haría esta noche.
Entonces la puerta principal se abrío, dejando ver a un desesperado Jayden, sus ojos esmeraldas se fijan en mí apenas entra. Alguien estaba detrás de él, seguramente unos de los cómplices de Alexander.
Jayden sin perder tiempo alguno, corre en mi dirección, cuando llega hasta mí, me envuelve en un abrazo, mis brazos se esfuerzan por no corresponderle, mantengo todo mi cuerpo inmóvil. Cierro los ojo
Semanas más tarde Me cubrí los oídos nuevamente al escuchar a las personas a mi alrededor gritar con desesperación, mientras Duncan y yo nos habríamos paso entre la multitud. Él me sostenía de la mano para no perderme de vista. Parece una total locura, es decir la primera vez que vine a este lugar fue un día después de descubrir el engaño de mi ex novio, y el día que conocí a Jayden Scott, del cual no había forma posible de quitarlo de mi vida. Mi corazón comenzaba a latir con mayor fuerza a medida que avanzábamos, ya faltaba casi nada para volver a verlo, estuve esperando esto desde la semana pasada, cuando Duncan me dijo que me ayudaría a verlo, ya que se sentía culpable por lo que su padre me esta obligando hacer. Aunque le he repetido un millón de veces que el menos culpable de todo esto es precisamente él, pero no hay ser humano en la tierra que pueda convencerlo. Ya había pasado un mes entero desde que estoy vivie
No me pude concentrar en la pelea que se llevaba a cabo delante de mis ojos, y a pocos metros. Las últimas palabras de Jayden no dejaban de dar vuelta por mi cabeza. Ni siquiera los gritos de las personas alrededor interrumpían mis pensamientos.¿Novia?Él me había llamado su novia, él ya me consideraba como tal. Pero es que ni siquiera me lo había planteado, es decir, ni yo sabía que éramos en realidad.Cuando la pelea finalmente acabo dejando como ganador número uno a Duncan, me fui casi corriendo hasta de vuelta el camerino de Jayden, tenía que despedirme de él antes que Duncan me arrastre a la casa de su padre. Me adentro al pequeño espacio y escucho como comienza a sonar un celular, con una canción de Rock and roll, por un instante pienso que es el mío, pero yo no tenía como tono de llamada ni de mensajes de texto esa canción y ade
Una semana había trascurrido desde que vi a Jayden, y ya lo estaba extrañando, deseando verlo nuevamente. Él ocupaba la mitad de mis pensamientos, pero primero estaban mis padres, los he llamado todos los días a la misma hora, cinco de la tarde en punto, ese es el horario que se me asignó por parte de Alexander Powell.Siembre que yo hablaba con ellos, él tenía que estar presente en la conversación con su mirada de advertencia, si a mí se me escapaba algo que no debía, tendría graves consecuencias. Ni siquiera me he tomado la molestia de imaginarme lo que haría en específico, me da pavor de solo pensarlo.A medida que avanzaban los días, también me planteaba la idea de meterme en el despacho de Alexander el cual verifique que nunca lo cierraba con llaves, tal vez porque piensa que nadie en su sano juicio se metería en él, si valoran sus vidas no lo har
El beso era suave, sus labios estaban pegados a los míos, pero nuestras leguas por suerte nunca llegan a encontrase. Agradezco interiormente a cada segundo que pasaba, cada segundo era una eternidad, continuaba el beso sabiendo que alguien nos estaba observando.Me tomo solamente unos un momento saber porque Duncan lo hizo, y eso era lo que yo agradecía. Era la única explicación que podríamos dar cuando nos interrogaran, porque estábamos en el despacho donde evidentemente no deberíamos estar, bueno, en realidad donde yo no debía meterme, de todas maneras lo valió, y volvería en cualquier momento, no sabía cuándo, pero volvería a por más. Volvería a investigar pero esta vez, con más cautela.—¿Qué demonios está sucediendo aquí, Duncan? —la voz enojada de Alexander nos separó finalmente.Duncan de inmediato
—Quiero hablar a solas con nuestra huésped —habla fríamente el padre de Duncan, mirándome con detenimiento.No me daba ninguna confianza quedarme entre cuatro paredes con él. Desvié mis ojos de Alexander para centrarme en Duncan, le imploraba en silencio que por favor no me dejara sola aunque sabía que terminaría haciéndolo de todas maneras, no tendría elección con su padre exigiéndoselo.—¿Para qué? —inquirió Duncan, colocándose entre medio de Alexander y de mí.—Eso no te incumbe, hijo.—Mi novia no se quedara sola contigo —las sorprendentes palabras de Duncan me dejaron alucinando.Supuse en ese entonces que lo hacía porque su padre nos había visto besándonos en su despacho, y lo estaba aprovechando para fingir tener preocupación por su <<novia>> y no per
—¡Voy a matarlo! —grita Jayden, con furia.Golpea la pared más cercana que tiene.No puedo evitar sentir culpa por su repentino cambio de actitud. Había podido escaparme junto a Duncan para verme con Jayden en su departamento, consiente que tal vez estuviéramos siendo seguidos por los hombres de Alexander. Duncan también era consciente de eso y así decidió arriesgarse por mí. Cada vez que nos deteníamos en algún semáforo de la autopista de Miami, los dos automáticamente girábamos la cabeza hacia atrás atentos a cualquier auto sospechoso, aunque no lográbamos ver nada, esta era la ciudad de Miami, las autopistas estaban atestadas de automóviles, era imposible descifrar cual era nuestro vigilante.No le conté a Duncan sobre lo que su padre y yo habíamos hablado, o más concretamente lo que su padre me había declarado
Bajamos las escaleras del edificio de Jayden despacio, tomándonos nuestro tiempo, no nos apeteció irnos por el elevador puesto que llegaríamos a la planta baja rápidamente, y necesitábamos sentir las caricias del otro antes de despedirnos.—Me tienes hechizado, lo sabes ¿no? —Me susurra, llevando una mano a mi cintura, nos detenemos y mi espalda choca contra una pared—. Me tienes en tus manos.—Eso quiere decir que si yo te pido cualquier cosa, ¿lo harías? —sonrío de lado, esperando una respuesta positiva.Jayden junta nuestro rostro, sus manos se mantienen quietas en mi cintura, me roba otro beso más apasionado, más salvaje, mi cuerpo reacciona como era de esperarse ante ese acto y es deseando querer quitarle la ropa—¿Mi chica quiere otra ronda ahora mismo? —murmura en mi oreja.Suelto una carcajada.—Pu
—Aun no entiendo porque regresamos a esta casa —se queja Selene, pisándome los talones mientras abríamos la puerta principal de esta—. Aun no entiendo cómo te das por vencida tan fácilmente también.Me detengo en la puerta pincipal antes de abrirla, miro alrededor antes de pronunciar palabra. No hay moros en la costa, de todos modos hablo en un tono bajo por las dudas. Selene se cruza de brazos resoplando.—Ante todo, yo soy la que debía regresar y sola, pero tú has insistido en venir conmigo a toda costa, segundo no me di por vencida, ¿de acuerdo? Jayden y Duncan me han obligado a volver, no querían que Alexander sospechara de los planes, además es mejor así.Sin decir más abro finalmente la puerta, hay silencio. Nada extraño.Nos dirigimos a la cocina por un poco de agua, y allí nos encontramos con Betta, la ama de llaves de la casa,