—¡Voy a matarlo! —grita Jayden, con furia.
Golpea la pared más cercana que tiene.
No puedo evitar sentir culpa por su repentino cambio de actitud. Había podido escaparme junto a Duncan para verme con Jayden en su departamento, consiente que tal vez estuviéramos siendo seguidos por los hombres de Alexander. Duncan también era consciente de eso y así decidió arriesgarse por mí. Cada vez que nos deteníamos en algún semáforo de la autopista de Miami, los dos automáticamente girábamos la cabeza hacia atrás atentos a cualquier auto sospechoso, aunque no lográbamos ver nada, esta era la ciudad de Miami, las autopistas estaban atestadas de automóviles, era imposible descifrar cual era nuestro vigilante.
No le conté a Duncan sobre lo que su padre y yo habíamos hablado, o más concretamente lo que su padre me había declarado
Bajamos las escaleras del edificio de Jayden despacio, tomándonos nuestro tiempo, no nos apeteció irnos por el elevador puesto que llegaríamos a la planta baja rápidamente, y necesitábamos sentir las caricias del otro antes de despedirnos.—Me tienes hechizado, lo sabes ¿no? —Me susurra, llevando una mano a mi cintura, nos detenemos y mi espalda choca contra una pared—. Me tienes en tus manos.—Eso quiere decir que si yo te pido cualquier cosa, ¿lo harías? —sonrío de lado, esperando una respuesta positiva.Jayden junta nuestro rostro, sus manos se mantienen quietas en mi cintura, me roba otro beso más apasionado, más salvaje, mi cuerpo reacciona como era de esperarse ante ese acto y es deseando querer quitarle la ropa—¿Mi chica quiere otra ronda ahora mismo? —murmura en mi oreja.Suelto una carcajada.—Pu
—Aun no entiendo porque regresamos a esta casa —se queja Selene, pisándome los talones mientras abríamos la puerta principal de esta—. Aun no entiendo cómo te das por vencida tan fácilmente también.Me detengo en la puerta pincipal antes de abrirla, miro alrededor antes de pronunciar palabra. No hay moros en la costa, de todos modos hablo en un tono bajo por las dudas. Selene se cruza de brazos resoplando.—Ante todo, yo soy la que debía regresar y sola, pero tú has insistido en venir conmigo a toda costa, segundo no me di por vencida, ¿de acuerdo? Jayden y Duncan me han obligado a volver, no querían que Alexander sospechara de los planes, además es mejor así.Sin decir más abro finalmente la puerta, hay silencio. Nada extraño.Nos dirigimos a la cocina por un poco de agua, y allí nos encontramos con Betta, la ama de llaves de la casa,
—Dile a tu amiguita que salga de donde sea que este metida, no podemos perder tiempo. Él despertara en cualquier momento. Esta mujer parece estar muy convencida de cada palabra que está diciendo, no está jugando ni espera a que yo me niegue. Su expresión de seriedad me da una mala espina, y no porque pueda estar desconfiando de ella, aunque si debería estar haciéndolo, ya que es “amiga” o lo que sea de Alexander, pero en realidad me da mala espina con las últimas palabras que salieron de su boca. Quiero preguntárle a que se refiere en concreto directamente, sin embargo, antes que yo pudiera hacerlo, Selene sale de su escondite quejándose. —Bien, ahora las dos vengan conmigo —comienza a caminar, pero ni mi amiga ni yo nos movemos, entonces la mujer se gira frunciéndonos el ceño—. ¿No me escucharon? Que vengan conmigo, no
El celular se me fue arrebatado repentinamente de las manos, ni siquiera reaccione al instante, me tomo unos minutos entender por completo lo que estaba sucediendo. Selene se encontraba igual de confundida que yo, ambas temblábamos mirando a la mujer quien se detuvo en un semáforo en rojo para quitármelo. ¿Cómo pude ser tan estúpida? —Quería llegar a nuestro destino en paz, pero supongo que no será posible ahora mismo, ¿verada, Iris? —su voz ahora me sonaba aterradora. —Déjanos salir, maldita demente —grita Selene, forcejeando con la puerta de atrás la cual tiene seguro. —Te dejaría salir, ya que tú no estabas en los planes, pero dado que te involucraste sin querer también te va a tocar afrontar el mismo final que tu querida amig
—El padre de Duncan es el que debe estar muerto, no nosotras —exclama Selene, mientras corremos hacia ningún lado—. Y toda esta mierda es culpa de Jayden Scott.Logramos llamar a emergencias, pero la llamada se cortó al momento de decir el nombre de Allison. Lo importante era que tanto Jayden como Duncan estaban en camino. No sé cuánto se tardarían, pero esperaba ansiosamente que llegaran antes que sea demasiado tarde para ambas. La oscuridad no ayudaba para nada en nuestros pasos, nos tropezábamos cada tanto, haciendo que maldigamos de frustración y miedo.Y desde que a Selene se le apagó su celular no ha dejado de insultar a Jayden, diciendo que si le hubiera hecho caso desde un principio, acerca de no meterme con él, no estaríamos en esta situación. Pensé que ya lo había aceptado, pero me equivoque.Por otro lado, no puedo culparla. La entiendo, esta a
La expresión de triunfadora por parte de Allison era evidente, a pesar de la oscuridad de la noche. Podría decir que su mirada era a un más oscura que la propia noche misma.Había llegado, si dábamos un paso en falso, ella no dudaría en apretar el gatillo para matarnos de una sola vez. Pero tampoco podíamos quedarnos quietas, y es que en primer lugar nunca debimos detenernos, ese fue nuestro error con consecuencias letales.Y no nos quedamos quietas como Allison esperaba, nos movimos, pedimos ayuda, gritamos y ese fue nuestro segundo error más grave, con la consecuencia que nos marcó. Hubiera dado mi vida porque aquello jamás hubiera sucedido, las lágrimas se derramaron en las mejillas de todos los que estábamos presentes.Ocurrió muy rápido, ella nos tenía apuntada con su arma, estaba decidida a acabar con nosotras, Alexander ya había puesto precio a
Las horas pasaban, y Jayden no despertaba aun. Se sentía como una eternidad, estando en la sala de espera sin ninguna novedad. El estómago se me había cerrado, no tenía hambre, sed o cualquier cosa. No tenía ganas de absolutamente nada.Duncan está conmigo, no se ha movido tampoco del hospital. Ha insistido en que debo probar bocado, ¿pero cómo hacerlo? Lo único que quería era que Jayden abriera sus ojos ya, está en un estado delicado y los médicos han dicho que está peleando por su vida. Le hablaba y le decía que esta pelea debe ganarla, que es la más importante de su vida, que no se tiene que rendir, no puede rendirse.La madre de Jayden no me dirigía la palabra, porque para ella era yo la culpable de que su hijo estuviera en una cama al borde de la muerte, excepto por su hermano menor, Tobías que ha venido junto a Sophie, la cual no había vis
Estaba desesperada por ver a Jayden, pero al mismo tiempo estaba abrumada al enterarme de mi embarazo, es decir, no es que no me sentía feliz por estar embarazada, pero con todo lo que estaba sucediendo era algo aterrador, ahora debía cuidar a mi bebé con uñas y dientes, no quería que llegara a este mundo con nuestra situación. Duncan me dijo que Jayden abrió los ojos repentinamente, los doctores se sorprendieron ante eso, cosa que no esperaban que fuera a suceder, no ahora al menos. Quería verlo, pero las enfermeras y doctores me lo impidieron, tenían que hacerle todo tipo análisis para asegurarse que no haya daño, además de la herida de bala en su estómago. Saber que ya no estaba dormido, saber que ya abrió los sus ojos me llenaba de felicidad el corazón, él estaba bien, gano la pelea contra la muerte.&nbs