No me puedo impedir a mí misma fijar mis ojos en su dirección.
No voy a decir que en este mismo instante estoy molesta por verlos charlar tan cerca, no tendría razón. Sin embargo, me da curiosidad saber de dónde se conocen o cómo.
Duncan al igual que yo, se percata de sus presencias en la cocina, a pesar de ello no dice nada en lo absoluto, ni siquiera parece estar descontento como había creído por un momento. Tal vez ya se lo han cruzado anteriormente.
No lo sé.
Danielle suelta una risita chillona, y acto seguido coloca una mano sobre el pecho de Jayden, este no parece tener ningún problema.
—Dame unos segundos, te serviré un vaso de agua y nos largamos de este lugar —me susurra Duncan, en el oído.
Entonces es ahí cuando tanto Jayden, como Danielle se percatan de Duncan y de mí.Bajo la mirada cuando ambos me miran sin disimula
La ronda ya había comenzado.El hielo se convirtió en agua dentro de dos bocas desconocidas, no tenía idea de quien eran ni tampoco me interesaba saber. Ahora harían una segunda ronda, yo ya quería irme. Este juego me parecía aburrido. Pero al parecer nadie más pensaba igual, a excepción de Jayden quien mantenía una expresión nada afable. El hielo comenzó en los dientes de Jayden, este se lo ha pasado casi rosando los labios a otra chica, al momento de hacerlo sentí una presión leve en la boca de mi estómago, no sabía el porqué. Luego paso a otras personas, hasta que el cubo de hielo estaba en los dientes de Dylan, el chico que se encontraba a mi lado. Él estaba tambaleandose, al instante de ponerme cerca de su rostro, y coger el hielo, desgraciadamente este se me cae justo en mis pies, entonces oí, el <<Ohhhhhhhhh>>&
¿Tenía derecho a hacerle aquella pregunta?No lo sé, simplemente ya la he hecho y es decisión de él responderme o no.Enfadarse e indignarse por mi interrogación hasta quizas.Juego con los dedos de mis manos, a medida que avanzamos, sin saber aún donde vamos. Jayden parece estar meditando mi pregunta, y su posible futura respuesta. Sus ojos pasan de la autopista a mí, sucesivamente.—¿Para qué quieres saberlo? —y aquí vamos de nuevo.Me está respondiendo con otra pregunta.—¿Recuerdas que mi mi ex novio, Liam, me engaño? —yo también puedo responder igual que él.Jayden asiente con la cabeza, frunciendo el ceño.—Bien. Pues fue justamente con ella. Con Danielle —le suelto despacio.—Vaya —es únicamente lo que dice al respecto, y luego permanece calla
Jayden estaba completamente irreconocible. Conducía mucho más rápido que antes. Sus ojos solamente estaban concentrados en la carretera. Esquivando autos, motocicletas y cualquier cosa que se interponían en su camino.—Jayden, detente. La policía está detrás de nosotros —grito, desesperada por el terror.—Al igual que el auto negro —me responde.—Por favor, Jayden, podemos levantar una denuncia contra quien sea que nos esté persiguiendo, pero por el amor de Dios, ya para.No pensaba detenerse por nada del mundo. Mis manos automáticamente fueron en busca de su celular.Marco con los dedos desequilibrados el número de Selene.—¿Quién… eres? —ebria. Mi amiga estaba ebria.Después de oírla me lo pienso dos veces, si decirle lo que estaba ocurriendo. Al final tras pensar un minuto la
NoviembreMi padre me ha estado llamando toda la mañana para decirme, y recordarme que estaría en Miami a las tres y media de la tarde, y que lo esperara en el aeropuerto.Aun ni siquiera le había mencionado la verdadera razon por la que no estudiaba más, y me arrepiento de eso completamente.Voy a tener que hacerlo ahora, cara a cara. Algo me dice que me voy a acobardar cuando finalmente se lo tenga que decir.—¿Mi hermano ya no te dirige la palabra? —preguntó Sophie, mientras se devoraba su helado chocolate y menta. Estábamos caminando por la playa, la encontré aquí de pura casualidad. No nos habíamos hablado desde la fiesta —. Cada vez que te menciono pone una expresión de cállate la boca, o te largas de mi casa.Con Duncan tampoco he hablado desde la fiesta. Tampoco es que he tratado de ponerme en contacto con él, es más
Lo que me estaba diciendo Selene no era cierto. Jayden me contó cómo murió su padre. Y como yo ya le había dicho a ella, los rumores se los inventan las personas.—¿Sabes otra cosa? —pregunta, no hace falta que le responda ya que habla antes de siquiera yo gastar saliva—. Había pruebas. Habían encontrado ADN dentro de la oficina de su padre, pero misteriosamente desapareció. Se dice que fue Jayden el causante de eso.Sacudo la cabeza, mientras me cubro el rostro asombrada de que ella se crea todo eso.—¿Por qué has dicho antes que está casi comprobado?Selene mira a Melissa, y con un movimiento de cabeza la obliga a salir de la sala. Quedamos las dos solas, me ofrece sentarme en el sofá, acepto dado que nuestra conversación se alargaría.—Alguien lo vio salir de incógnita el día del incendio —dice con l
—¿Soy quién? —Duncan no se quedó con la duda.A decir verdad a mí también me interesaba saber que iba a decir mi padre.—¿Eres el hijo de Alexander Powell? —pregunta mi padre.—Si —responde Duncan.—Vaya. Alexander es un amigo íntimo, hace años que no lo veo —dice mi padre—. ¿Cómo está tu madre?De verdad esto es demasiada coincidencia. Aun no me creo lo que está pasando. Mi padre conoce al padre de Duncan. Y, ¿a toda su familia?—Está bien, gracias —dice Duncan sonriendo.Se dicen unas cuantas cosas como si fueran mejores amigos.—Bueno, vámonos. Estoy cansado y en la noche tengo que verme con un cliente —dice mi padre llevando en cada mano su maleta y la de la que he de suponer de Clarie. Ella solamente tiene su bolso de cuero blanco colgado en s
—Jayden, espera por favor —bajo las escaleras rápidamente.Él tenía la obligación de decirme que mierda fue lo que sucedió. De donde conoce a mi padre, porque lo golpeó con ese odio tan escondido que tenía.Después de darle un golpe a mi padre, Jayden se dio la vuelta, y sin mirarme se echó andar como escapándose. Yo no lo dude y lo seguí.—Jayden —volví a llamarlo.Al llegar al último escalón, visualizo a Jayden tratando de abrir la puerta principal del edificio, pero no tiene suerte, menos mal. Esa puerta en muchas ocasiones se traba, odiaba que pasara, pero lo agradecía en este momento. Sin éxito, él da un golpe de puño cerrado al cristal, quebrándolo. Inmediatamente corro hacia a él preocupada.Sus nudillos comienzan a sangrar con rapidez.—Ven, vamos a mi ap
JAYDENExtiendo mi mano por toda la cama buscando la piel suave y delicada de esa chica la cual me estaba destruyendo por dentro, pero lo único que sentía era las sabanas a mi lado sin nadie sobre ella. Abro mis ojos y los entrecierro al sentir el sol filtrarse por la ventana. frunzo la nariz de inmediato, coloco mis codos en la cama y busco por la habitación alguna señal de ella.—¡Iris! —llamo. Nada—. ¡Bonita!Por un segundo me viene a la cabeza que tal vez todo lo que sucedió ayer no paso realmente, y eso hace que me frustre conmigo. De ser así, esa chica se metió dentro de mi piel y no es una muy buena señal. Luego veo su sostén de encaje rosado en el suelo, sonrío inconscientemente.Pero, ¿Dónde está?Mi celular me avisa que tengo una llamada entrante, frunzo el ceño