La sonrisa de Melissa se amplia.
Le devuelvo la sonrisa tímida.
No me gustaría arriesgarme sin preparación como ella dice. Aunque desde luego, tiene un poder de convicción haciéndote ver todo como lo que realmente es:
Cosas inevitables de la vida.
Detectamos un olor a humo, y cuando nos quisimos dar cuenta, las galletas se habían quemado. Melissa se puso a hacer otras rondas más. Aunque ella me dijo que solamente comerá unas dos o tres como mucho. Se cuida la figura, no obstante, eso no le impide probar recetas deliciosas que encuentra en Internet.
En la noche yo ya estaba metida bajo las sabanas y mantas jugando con mi celular al Candy Crush, como toda una viciosa. Selene al llegar a casa de no se donde, me contó de la fiesta de Duncan y lo emocionada que estaba por ir, hacía mucho tiempo que ninguna de las dos asistía a una fiesta.
Antes de cerrar los ojos dado qu
El departamento no estaba ubicado en una de las zonas seguras de Miami, me costó llegar y, hasta me costó que un taxi me dejara justo en la dirección que me había dado Billy. Aun así, estaba decidida a darle una oportunidad sin importar qué.El edificio por fuera era un poco viejo, de un tono verdoso, las paredes repletas de grafitis, muy curiosos por su forma, no le di importancia alguna puesto que no eran para tanto.Estoy de pie justo en la puerta que lleva al interior del edificio, esperando a que el hombre apareciera. Lo único que he visto desde que llegue, hace al menos unos veinte minutos más o menos, son cinco o seis personar pasar por la zona y ya. Si esto es así cuando el sol esta iluminando con fuerza, no quiero imaginarme en la noche, en plena oscuridad.Me estaba poniendo nerviosa de que nadie apareciera. Quedamos en una hora exacta, y ya está muy retrasado. No he parado de
A eso de las diez y media de la noche nos encontrábamos ya en la casa de Duncan. Esperando a que el chico apareciera, según nos dijo Sophie, él vendría luego de su entrenamiento.Dentro, en la sala, había aproximadamente más de cien personas, apretujadas por el espacio. Algunos de ellos ya bebiendo los distintos tipos de alcohol que se hallaban en la mesa grande, y repleta de diferentes colores de las bebidas.Yo miraba mi vestido el cual me quedaba casi por encima del muslo, me ponía bastante incomoda. No importa que hiciera el esfuerzo por mantenerlo lo más bajo posible, este se volvía a subir. Entonces fue cuando agradecí de tener conmigo la chaqueta de mezclilla, la cual me lo pondré en un momento, alrededor de la cintura, para que me cubra lo que no se debería ver.Selene estaba a mi lado hablando con las personas alrededor. Ella se había decidido por un vestido color
No pierdo el tiempo, y le señalo el perro delante de nosotros. Jayden levanta los ojos, tarda unos segundos en comprender mi problema, niega con la cabeza, divertido. Me ayuda a ponerme de pie nuevamente con delicadeza.—¿Le temes a los perros? —dice, y me pongo detrás de él como si fuera un escudo.Mi escudo humano.No hace falta decir nada, ya que con mi acto le di la respuesta. Jayden se acerca al pastor alemán con gran seguridad. A él no parece tener intención de gruñirle como a mí. Entonces el problema vengo siendo yo.—No hace daño alguno. ¿Cómo es que le tienes miedo a un animal tan lindo? —dice jocoso, agachado e inclinando la cabeza a un costado mirándome.Jayden clava su mirada fija en mí, abre la boca ligeramente, apenas, mientras acaricia al perro y este está contento.¿Por qué me es
Liam deja caer su vaso al suelo para contraatacar a Jayden, pero este lo sostiene con tanta fuerza que le es imposible.Me niego a creer de lo que Jayden acusa a Liam. Él será un imbécil infiel y descarado, pero jamás me pondría drogas.No podría hacer algo tan descabellado.—¡Suéltalo, Jayden! —le exijo colocando mis manos en sus brazos, antes que termine por quitarle todo el oxígeno.—Respóndeme o juro que llegaras en coma al hospital, esta vez no voy a ser suave contigo —le demanda Jayden a Liam.—Yo no puse nada en su maldita bebida, hazle caso a Iris y suéltame —gruñe Liam.—Y yo soy Blancanieves. Te doy dos segundos para responderme, mira que tengo muchas ganas de golpear un asqueroso rostro y ¿adivina qué? Tú eres perfecto.La amenaza de Jayden no parece tener ningún tipo de ef
No me puedo impedir a mí misma fijar mis ojos en su dirección.No voy a decir que en este mismo instante estoy molesta por verlos charlar tan cerca, no tendría razón. Sin embargo, me da curiosidad saber de dónde se conocen o cómo.Duncan al igual que yo, se percata de sus presencias en la cocina, a pesar de ello no dice nada en lo absoluto, ni siquiera parece estar descontento como había creído por un momento. Tal vez ya se lo han cruzado anteriormente.No lo sé.Danielle suelta una risita chillona, y acto seguido coloca una mano sobre el pecho de Jayden, este no parece tener ningún problema.—Dame unos segundos, te serviré un vaso de agua y nos largamos de este lugar —me susurra Duncan, en el oído.Entonces es ahí cuando tanto Jayden, como Danielle se percatan de Duncan y de mí.Bajo la mirada cuando ambos me miran sin disimula
La ronda ya había comenzado.El hielo se convirtió en agua dentro de dos bocas desconocidas, no tenía idea de quien eran ni tampoco me interesaba saber. Ahora harían una segunda ronda, yo ya quería irme. Este juego me parecía aburrido. Pero al parecer nadie más pensaba igual, a excepción de Jayden quien mantenía una expresión nada afable. El hielo comenzó en los dientes de Jayden, este se lo ha pasado casi rosando los labios a otra chica, al momento de hacerlo sentí una presión leve en la boca de mi estómago, no sabía el porqué. Luego paso a otras personas, hasta que el cubo de hielo estaba en los dientes de Dylan, el chico que se encontraba a mi lado. Él estaba tambaleandose, al instante de ponerme cerca de su rostro, y coger el hielo, desgraciadamente este se me cae justo en mis pies, entonces oí, el <<Ohhhhhhhhh>>&
¿Tenía derecho a hacerle aquella pregunta?No lo sé, simplemente ya la he hecho y es decisión de él responderme o no.Enfadarse e indignarse por mi interrogación hasta quizas.Juego con los dedos de mis manos, a medida que avanzamos, sin saber aún donde vamos. Jayden parece estar meditando mi pregunta, y su posible futura respuesta. Sus ojos pasan de la autopista a mí, sucesivamente.—¿Para qué quieres saberlo? —y aquí vamos de nuevo.Me está respondiendo con otra pregunta.—¿Recuerdas que mi mi ex novio, Liam, me engaño? —yo también puedo responder igual que él.Jayden asiente con la cabeza, frunciendo el ceño.—Bien. Pues fue justamente con ella. Con Danielle —le suelto despacio.—Vaya —es únicamente lo que dice al respecto, y luego permanece calla
Jayden estaba completamente irreconocible. Conducía mucho más rápido que antes. Sus ojos solamente estaban concentrados en la carretera. Esquivando autos, motocicletas y cualquier cosa que se interponían en su camino.—Jayden, detente. La policía está detrás de nosotros —grito, desesperada por el terror.—Al igual que el auto negro —me responde.—Por favor, Jayden, podemos levantar una denuncia contra quien sea que nos esté persiguiendo, pero por el amor de Dios, ya para.No pensaba detenerse por nada del mundo. Mis manos automáticamente fueron en busca de su celular.Marco con los dedos desequilibrados el número de Selene.—¿Quién… eres? —ebria. Mi amiga estaba ebria.Después de oírla me lo pienso dos veces, si decirle lo que estaba ocurriendo. Al final tras pensar un minuto la