Los labios de Isabella eran más suaves de lo que se los había imaginado. Ella soltó un gemido de rendición mientras lo sujetaba de las solapas de su saco. Sus celos quedaron en el olvido y lo único que quedó fue una pasión desbordante.
Cuando la necesidad por respirar se hizo imposible de ignorar, se separó de ella. No fue demasiado lejos, sus labios se posaron en su cuello depositando besos entre bocanadas de aire e Isabella inclinó la cabeza hacia atrás dándole libre acceso.
—Eres tan perfecta —musitó acercándose a sus labios. Se aseguró de que cada palabra estuviera impregnada de sinceridad que pudo evocar. Necesitaba que ella notara la profundidad de sus emociones. La volvió a besar, pero un poco de raciocinio se filtró en medio de la bruma causada por el deseo que lo dominaba y se hizo para atrás—. Será mejor
Isabella abrió los ojos y tardó unos segundos en ubicar donde estaba. Estaba claro que aquella no era su habitación. Los recuerdos de la noche anterior comenzaron a inundar su mente y su rostro se calentó.Había estado con Luka.Esperó que el arrepentimiento viniera a ella, pero no sucedió. Por el contrario, nunca se había sentido más feliz.Si antes no había estado con alguien no tenía nada que ver con que hubiera estado esperando al hombre correcto, sino más bien con el poco espacio en su vida para nada que no fuera triunfar. Luego se había vuelto famosa y estar con alguien se había vuelto algo que podría arruinarla. Lo menos que deseaba era terminar en primera plana de alguna revista.Ahora podía decir que, de alguna manera, había sido lo mejor. Luka le había dado una primera vez perfecta, siempre asegurándose de qu
Luka se mantuvo en segundo plano mientras Isabella hablaba con su asistente. Ella había llegado hace poco y se habían puesto a repasar los eventos programados.Estaba por dejarlas a solas cuando escuchó la pregunta de Martia.—¿Cómo te fue en tu cita?Estuvo a nada de soltar un gruñido ante eso.Arturo Rinaldi. El hombre del momento y de quién hasta hace unos días no sabía nada. Y eso habría seguido así, si él no habría salido con Isabella. Había detestado al hombre apenas lo vio y más de una vez había cruzado por su mente los escenarios en los que se deshacía de su existencia.Tenía que reconocer el actor se había comportado bien durante toda la cena y solo eso le había salvado de terminar en alguna zanja.Reconocía haber actuado como un hombre de las cavernas; pero, en su defensa, no se se
Isabella soltó una carcajada al ver el entusiasmo de Mia. Parecía una de esas muñecas con batería inagotable y su ánimo era contagioso. Bastaba con ver a Giovanni, nadie podría pensar que él sabría cómo sonreír hasta que lo veías a lado de su prometida. Todavía le daba miedo, pero no tanto como al principio.No había duda que los dos hacían una gran pareja y al verlos pensó en lo grandioso que sería tener lo mismo. Y la única imagen que vino a su mente al pensar en alguien con quién compartir algo especial, era con Luka.—Deberíamos ir de campamento, Giovanni me contó que iba con Luka cuando estaban en el colegio. —Isabella recordó la anécdota que Luka le había contado—. ¿Qué opinas Isabella? Podría ser después de año nuevo. —Cariño, no creo que… —intentó intervenir Giovanni.—Estaré bien —le dijo Mia sin dejar de mirarla esperando una respuesta—. Zinerva también irá.—Aunque no me preguntaron, supongo que iré —comentó con diversión la aludida
—Señor, hay un repartidor aquí. Tiene un paquete para la señorita Isabella.Le pareció algo extraño. Isabella no le había dicho nada sobre recibir algo durante el día. Los más probable es que se tratara del algún paquete enviado por un fan. No era usual que llegaran a la casa, la mayoría los enviaba a la agencia, pero tampoco era algo fuera de lo común.—Estaré allí en un momento, recíbelo y no olvides anotar el nombre del repartidor.—Está bien.Luka terminó de recorrer el perímetro que rodeaba la casa y luego se dirigió hacia la entrada principal para recoger el paquete.—Señor —lo saludó el hombre de turno cuando entro al puesto de vigilancia. Él era su mayor por mucho, pero siempre lo trataba con formalidad.Respondió con un asentimiento de cabeza.&md
Isabella encontró a Luka en la sala reunido con otros cuatro hombres.Los nuevos guardaespaldas, supuso. No es como si fuera difícil adivinarlo, con los trajes que llevaban. Al menos podían aparentar ser más normales si la iban a seguirla todo el día.Había pensado que tener a un hombre siguiéndola a todos lados era una exageración, al parecer había cosas peores. No era necesario mencionar que no estaba muy contenta con el nuevo cambio. Lo consideraba una exageración y en otras circunstancias le habría importado muy poco lo que él tenía para decir y se habría opuesto, pero confiaba en su criterio.El hombre que la mayoría del tiempo tenía una apariencia casual y relajada, ahora parecía más serio. Luka era muy bueno asumiendo el rol de dar órdenes y por la manera en que actuaba el resto, sabían quién estaba a cargo. No
Los días pasaban y Luka sentía que estaba igual de cerca que al principio de descubrir de quién era el acosador de Isabella. Había tratado de rastrear el origen del envio, pero no había llegado demasiado lejos. Lo único que quedaba era esperar a recibir otro paquete. No tenía ninguna duda de que en algún momento lo haría y él estaría alerta hasta ese momento. Mientras tanto se había concentrado en investigar a cada una de las personas que rodeaban a Isabella en el día a día. A veces no sabías que tan cerca podía estar el peligro.Había descubierto algunas cosas interesantes sobre Adelaide, pero todavía no tenía la información completa. Por la manera en que iba la investigación sabía que ella era alguien en quién no se podía confiar; aunque, por el bien de Isabella, esperaba que no estuviera involucrada con lo del
Isabella se retiró los zapatos, sus pies comenzaban a doler por haber pasado la noche sobre ellos. Le encantaba usar tacones, pero tenía su costo.Se inclinó y recogió sus zapatos en una mano, luego empezó a caminar hacia las escaleras.Luka se había quedado afuera hablando con los guardaespaldas. Después de que salieran de aquel almacén apenas se habían quedado por media hora más antes de pedirle que regresaran a su casa. Las fiestas de aquel tipo no eran su idea de diversión. No es que no le gustara salir de vez en cuando, pero prefería hacerlo con gente que conocía y en la que confiaba. Si había ido era porque era un evento para recolectar fondos para la caridad.—¿A dónde crees que vas? —dijo Luka. Él la alzó en el aire y la colocó sobre doblada sobre su hombro.Un chillido de sorpresa salió de su boca. No sabía cómo había hecho para acercarse tan rápido y sin que lo notara. —¿Qué haces? —preguntó sacudiéndose para que la regresara a
Luka se despertó al sentir a Isabella moverse en su brazos. No estaba seguro de que hora era, pero no le habría molestado permanecer en cama un poco más. Estaba bien donde estaba, disfrutando de la bella mujer en sus brazos.Isabella se volvió a mover, ella parecía querer levantarse.Buena suerte con eso, pensó y la apretó aún más cerca de él. Ella lo volvió a intentar e, incluso con movimientos sutiles, sintió como su cuerpo comenzaba a reaccionar.—Si sigues moviéndote así, no saldremos de esta cama pronto. —Isabella se quedó quieta y él sonrió.—Necesito ir al baño —se quejó ella unos segundos después.Resignado la dejó ir.Ella se puso de pie, debía estar demasiado apurada porque no se molestó en cubrirse. Era eso, o se había olvidado que estaba desnuda. Como fuera, nadie lo iba a escuchar quejarse al respecto. Estaba disfrutando de la vista. Se deleitó recorriéndola la mirada por cada porción de piel antes de que ella ll