Capítulo 257
Bella subió al barco con Alejandro, dejando a Estela.

Por la noche, las luces del crucero se cernían miserables sobre Estela.

Se puso más blanca en ese momento bajo las luces.

Forzó una sonrisa, incómoda.

Miró cómo se fue Bella y no pudo evitar ponerse un poco nerviosa.

María estaba completamente alterada y tiraba del brazo de Estela, preguntando: —¿Qué hacer? ¿Lo sabe mi hermano?

Estela ocultó su molestia y consoló a María, —No dijiste que lo hiciste, ¿verdad?

María negó con la cabeza.

Estela sonrió tranquilizadora, cogiéndola del brazo y susurrándole mientras caminaba: —Está bien, no digas nada. Ya debería estar muerta. No volverá para atormentarte. Mientras no digamos nada, nadie lo sabrá.

—Pero Polo lo sabía...

—Puede que esté muerto también. —dijo Estela con calma.

María se puso rígida y se quedó blanca.

Estela sonrió, —María, espero que te ame más a ti misma. Él eligió a esa mujer y tú necesitas aprender a cuidarte. Deberíamos rezar para que nunca sobrevivan. O pasará
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