Miguel estaba dando cumplidos a la multitud llevando una sonrisa distante y educada en su rostro.Juan miró fijamente al brazo de Lorena con el que cogía del brazo a Miguel, se la acercó con una mirada fría e imponente como si quisiera comerse a una persona. Su vista estaba clavada en la brillante sonrisa de Lorena. Se notaba fácilmente la ira en su expresión.Juan no podía evitar pensar: «Antes incluso había ido a la familia López para expresar su arrepentimiento del divorcio, ¿y ahora mantenía las relaciones ambiguas con otro hombre? ¿Acaso me quería poner los cuernos deliberadamente para enfadarme?»Miguel echó un vistazo indiferente a Juan y dijo sonriente con indolencia:—Señor López, ¡cuánto tiempo sin verte!Juan dejó de mirarla, estrechó la mano, soltó la de Miguel inmediatamente y saludó:—Señor Suárez, ¡cuánto tiempo sin vernos!Cuando terminó de hablar, unos instantes de frialdad brillaron en sus ojos, que volvieron a posarse en Lorena.Vio que ella estaba allí de pie, con l
Susana agarró tímidamente la manga de Juan, se mordió el labio con inquietud y preguntó:—Juan, ¿he dicho algo malo? En tu lugar, no creo que es justo que Lorena encuentre a su nuevo novio tan rápido.......En la sala, se estaba restableciendo la tranquilidad gradualmente.Diego llevó a Lorena al centro de la multitud e hizo de ella el foco de atención.—Damas y caballeros, en nombre de los accionistas de la compañía de entretenimiento Águila Voladora, anuncio oficialmente que la señorita Suárez asumirá el cargo de la directora de la empresa, ¡vamos a darle la bienvenida!Siguieron los cálidos aplausos. Aunque todo el mundo no sabía de dónde venía Lorena, no era raro que viniera una directora mediante las relaciones.Sin embargo, al oír el nombramiento, Susana puso mala cara enseguida.Ella había venido aquí por la compañía Águila Voladora, pero resultaba que Lorena se había convertido en la directora.—Juan ...Miró inquieta a Juan con los ojos que mostraron un poco de pánico.Juan a
En toda la ciudad A, nadie se atrevía a hablar con Juan, y mucho menos a golpearlo. La reacción de Lorena le parecía a Juan alarmante y desconocida.Tras el alivio de dolor, Juan se irguió poco a poco, pero su rostro seguía pálido, sus ojos profundos y oscuros, vagamente relevaron las emociones negativas.La situación era de estancamiento.Diego se acercó desde no muy lejos, sonrió en voz baja y pellizcó cariñosamente el hombro de Lorena:—¿Qué estás diciendo?Lorena levantó las cejas, respondió con la voz indiferente y perezosa:—Señor López dudaba de mi capacidad de trabajo, le aconsejé que se preocupara menos.—No seas descortés.El tono de Lorena era cariñoso, dirigió la palabra a Juan con una mirada significativa:—Señor López, Lorena es una estudiante graduado en la universidad de la Ivy League, y después de graduarse, trabajó para cierto grupo famoso, su habilidad es sobresaliente, y ella es digna de ser directora de nuestra empresa.Los dos hombres se miraron por un momento, co
Susana mencionó este recuerdo olvidado deliberadamente, lo cual destruyó el estoicismo que mantenía Lorena durante este tiempo y le provocó los cambios de humor. No le importaba la humillación de Susana y Juan, pero no podía tolerar que Susana se burlara de la venida inmerecida de su hijo con una actitud tan arrogante.Cada palabra de Susana le hirió a Lorena, como si un cuchillo le apuñara en su pecho poco a poco. El dolor se extendió por todo su cuerpo. No soportó más, así que levantó violentamente su mano y le dio una bofetada con fuerza.—Pum...Al recibir la bofetada, Susana se aprovechó de esta oportunidad para caer hacia atrás. Al segundo siguiente. Ella rodó directamente por la escalera hacia abajo.—Ah...Un grito miserable resonó por todo el salón. La multitud se quedó asombrada por ver esta escena. Al escuchar el ruido, Juan corrió a Susana inmediatamente, muy sorprendido, levantó la cabeza y echó un vistazo a Lorena con el aire distante, así que su mirada se volvió profunda
Juan frunció las cejas, mostrando la inquietud y depresión durante un instante en el ceño, sin embargo, aun conteniendo sus emociones, se lo explicó a Lorena:—Cuando la opinión pública te atacó, fue una decisión no autorizada del departamento de relaciones públicas, no tiene nada que ver con ella.La última vez te atropelló con su coche, la policía ya dictó sentencia, fue detenida y multada. Ya ha sido castigada, pronto iré al extranjero, Lorena, olvídalo.El pasillo estaba silencioso, el ambiente era sofocante.Lorena levantó la cabeza, lo miró con sequedad helada, y soltó una fría carcajada:—¿Lo olvidaré? Si vamos a ajustar las cuentas, ¿acaso yo le debo? Juan, con los miles dólares que le multaron, ¿pueden comprar la vida de mi hijo?Su frase muy fría hizo que se le demudara el rostro de repente y se le encogiera el corazón violentamente, como si se lo hubieran pellizcado sin querer. Sufrió el dolor palpitanteLas venas de su frente palpitaban vagamente, como si ella lo estuviera
No se podía ver la expresión actual de Juan. Él dio la vuelta y se marchó con el rostro sombrío. No entendió por qué Lorena no lo había negado antes. Con esta duda, sintió la decepción y la frialdad en su pecho, y algunas partes de su corazón gradualmente se volvieron frías y duras. A juzgar por eso, lo que se veía ver con los propios ojos no siempre era verdad.Al ver que Juan no les echó culpa, las dos damas se sintieron aliviadas al instante.Juan volvió al cuarto interior, viendo que Susana estaba sentada débilmente en el sofá, con una gasa envuelta alrededor de la cabeza, con un aspecto miserable y lamentable.Juan se la acercó. Cuando vio el lado derecho hinchado de su cara, sus ojos se volvieron profundos ligeramente. Le preguntó con la actitud fría y escalofriante.—¿Te duele?Susana fingió ser fuerte, aspirando por la nariz y mostró una expresión afectada, diciendo:—No me duele, Juan, no culpes a la señorita Suárez, sólo estaba tan enfadada que me empujó a sus impulsos.Escuc
Lorena soltó una ligera carcajada, ¿Susana ha sabido su identidad y aun así se atrevía a presentarse ante ella?Javier añadió: —Hay una cena por la noche, el equipo del programa quiere cenar con estos cinco recién llegados, ¿quieres asistir?Con su identidad, podría no haber asistido. Sin embargo, Lorenalevantó una ceja, respondió con su voz ligera:—Claro que sí ...La cena se organizó en un club privado llamado Sueño de la ciudad A, donde los ricos se divertían y despilfarraban el dinero.Lorena y Javier entraron en el palco una tras otra.Javier llevaba la bolsa de Lorena, mientras Lorena miraba su teléfono móvil bajando la cabeza. Se topó con un grupo de jóvenes ricos que caminaban hacia ella.—¿Cuñada?Lorena se quedó atontada, porque ellos eran los amigos de Juan.Ante su pregunta, arrugó ligeramente las cejas, ¿acaso no sabían el divorcio?Uno de ellos, llamado Alberto Romero, se la acercó y dijo sonriente:—Cuñada, ¿has venido expresamente por mi hermano López? Está ahí en el
—¿Qué pasa?Lorena saludó al equipo del programa cuando llegó y salió a atender una llamada. Cuando miraba la escena que tenía delante, con sus ojos claros y fríos, lanzaba una mirada a Juan.En este momento, Susana abrió la boca sollozando:—Señorita Suárez ... me pidió que viniera aquí para acompañarlos a beber el vino.Lloró aún más después de terminar de hablar, como si fuera insultada y quisiera suicidarse. Los presentes se quedaron estupefactos por lo que dijo. El rostro de Juan se volvió rosco instantáneamente. Miró a Lorena con su vista fría y compleja.Lorena hizo una mueca de desprecio y corrigió su error:—¡Deberías llamarme Directora Suárez en vez de señorita Suárez!El productor del programa se acercó, con el olor al vino y se apresuró a explicar:—Malentendido, Señor Suárez, invité a beber a la señorita Susana, ella no sólo se negó a beber, sino que también me abofeteó y vertió el vino sobre mí, ¡realmente no forcé a nadie, todos los presentes pueden probarlo!—¡Eso es, s