A pesar de la actitud indiferente de Juan, se alegró mucho y decidió dedicarse a la familia ignorando la ironía, la humillación, el aislamiento y el chisme de los demás durante los tres años. La maltrataban porque creían que era natural que la echaran de casa.Sin embargo, ella misma estaba segura de que no se arrepentiría de casarse con él. Además, estaba convencida de que sería una esposa cualificada y que su marido la trataría bien y se enamoraría de ella.No obstante, en este momento, era como si su confianza y determinación se pudieran destruir en cualquier momento.Juan se quedaba en el escenario, con la expresión indiferente. Le impuso a la gente con una sola mirada y empezó a hablar: —Gracias a todos por asistir al cumpleaños de dos años de mi hijo, Pedro López, quien hoy ha sufrido especulaciones injustificadas por parte de los medios de comunicación simplemente debido a unas fotos. Para no perjudicar al niño, quiero declarar oficialmente que es mi niño con mi esposa.La mente
Ella rio irónicamente...Resultó que le dijo que no le hiciera caso.Al escuchar sus palabras frías e indiferentes, sentía un dolor profundo y durable.En su opinión, ella no era más que una mujer que se aprovechó de una situación de vulnerabilidad. En este momento ella tomó la iniciativa de divorciarse, lo cual era sensato, y para él fue un alivio.Pensándolo, rio sarcásticamente y puso la cara de desesperanza y determinación. Luego volvió la cabeza, sin vacilar, se marchó a grandes pasos.Aunque le cogía cariño, el cariño tenía un límite. Ella no permitiría que no resistiera cuando atropellaran su dignidad. No le parecía el divorcio vergonzoso, de hecho lo vergonzoso era ayudar a su marido a encubrir el hecho de que le había sido infiel y había tenido un hijo ilegítimo. ¡Qué ridículo!Entonces tenía que recuperar ella misma la reputación que perdió.——Lorena volvió a su casa nupcial, donde ella había colocado los muebles cuidadosamente, con la esperanza de que Juan pudiera sentir el
En la oscuridad, la atmósfera se solidificó instantáneamente. Cuando olió el leve aroma, que le resultaba familiar y desconocido, mezclado con un poco de alcohol, supo que era Juan, pero no esperaba que apareciera allí. Pensó: «¿Tal vez quiere ajustar cuentas por lo que pasó durante el día?» Ella reprimió la amargura en su corazón y se separó de él con indiferencia.De repente, una luz cálida iluminó toda la habitación. Juan se puso de pie, con una figura alta y erguida frente a ella, con expresión indiferente y ojos fríos, diciendo: —¿No has tenido suficientes problemas?Sus palabras indicaron que creía que su reacción era irracional. Lorena bajó la cabeza, ocultando su amargura, y dijo con una sonrisa irónica: —Divorciémonos, en serio. Él la miró con un par de ojos fríos, oscuros y profundos. Aparentemente reprimiendo su ira, dijo: —Creo que estás realmente loca, ¿tienes miedo de que este niño afecte tu estado, entonces vienes aquí para llamar mi atención? Al ver el rostro pálid
Elena hizo una pausa y dijo: —Me parece bien, si puedes aguantar esto, te despreciaré. Al decirlo, fue a ayudarla a arreglar sus cosas con habilidad y diligencia.Luego se hizo el silencio un rato.Elena volvió la cabeza, la consoló con un abrazo y dijo: —Está bien que hayas vuelto, en el futuro deja de enamorarte del hombre ingrato.Al escuchar estas palabras, se la pusieron los ojos rojos a Lorena de repente.Antes cegada por el amor, había perdido demasiado tiempo en él. Recordando este pasado, respiró profundamente y se dirigió a Elena y sí misma reprimiendo todas sus emociones: —No lo haré.Al día siguiente, el cielo estaba un poco nublado y hacía calor sofocante.Lorena abandonó el estilo de vestir discreto y decente como la “señora López” y llevaba un vestido verde de tirantes que no se había puesto en tres años, que resaltaba su piel blanca como la nieve y la hacía bella y encantadora.Después de que se arregló, Elena la llevó a directamente a la Oficina de Asuntos Civiles. El
Susana se entregó la caja de regalo a Lorena y le dijo:—Señorita Suárez, ¿sigue enfadada por lo que pasó ayer? Lo siento mucho, me enteré de que ayer era su tercer aniversario de matrimonio, pero por desgracia Juan se ha ocupado conmigo y con el bebé y se olvidó de este día.Este es el regalo que hemos elegido juntos para ti, espero que te guste.Al terminar decirlo, se la acercó y le susurró en voz baja:—Por cierto, ¡yo también tengo el mismo collar!Luego observó la expresión de Lorena con la mirada provocativa e irónica.Después de escuchar sus palabras, Lorena ya entendió que Juan y su amante le había preparado el mismo collar que el suyo, lo cual le sonaba muy ridículo. Lorena no sabía cómo describir su estado de ánimo, pero de veras le dio náusea como si hubiera pisado la mierda.Ella miró a Susana con frialdad. De repente, levantó bruscamente la mano, tiró el objeto que tenía en la mano y habló:—Deja de ser hipócrita.Susana mudó de color, le dijo mirándola con un aspecto las
Desde ayer, Lorena parecía otra persona desconocida.Ella rio fríamente. Frente a la mirada furiosa de Juan, sacó la carta de dimisión y el acuerdo de divorcio que había preparado hacía tiempo y se los arrojó ferozmente a su cara.—Juan, deja de ser desvergonzado, antes controlaste la opinión pública y pagaste a la gente para que me calumniaran, ¿de verdad crees que lo he olvidado todo? No dejes que te menosprecie, me da demasiado asco pasar un día más con un tipo como tú.Al decir eso, con una sonrisa irónica dio un paso adelante y se lo acercó. Ante su vista aguda, no sentía el menor temor. De repente le tiró del escote a Juan y lo arrastró ferozmente en su dirección. Su apuesto rostro se la acercó de pronto, pero lo amenazó con una voz extremadamente fría:—Señor Juan, conoces mi capacidad de trabajo, si no quieres que te salga mal parado, firma el divorcio y nos separamos en paz. De lo contrario, si presento la acusación por el divorcio y todo el mundo sabrá del escándalo del Grupo
Juan Estaba furioso hasta la médula porque la conocía muy bien. Además, todavía era su primera vez que ella tuvo sexo con él.En este momento en la oficina reinaba un silencio.El director de relaciones públicas dijo secando el sudor: —Fue alguien que envió anónimamente el mensaje de la señora Suárez, y la señorita Fernández también dijo que protegería al señorito a toda costa...Se lo confesó todo porque percibió que el estado de ánimo de Juan estaba alterado y no se atrevió a ocultar nada.Los ojos de Juan se volvieron sombríos al instante. Dijo con un aspecto indiferente y desagradable:—Vuelve y arregla tus cosas, te despediré.Al oír eso, el director le pidió amargamente clemencia, pero en vano, y finalmente fue sacado a rastras por los guardias de seguridad.Esta vez, Juan atribuyó a todo eso a su descuidado. Sintió las extrañas emociones por Lorena aún más y no pudo eliminarlas de su mente.Durante varios días consecutivos, Lorena no recibió la llamada de ninguna persona del Gru
Lorena rio fríamente, no pudo soportar más y dijo:—Él mismo se tropezó conmigo, yo ni siquiera lo toqué. La cámara de vigilancia es algo bueno, por favor, ten un poco de sentido común, ve a revisarla antes de calumniarme.Al oírlo, su aspecto se puso rígido y su llanto se detuvo. Parecía que había olvidado que simplemente con el video de vigilancia, las acusaciones en su contra podían ser anuladas en cualquier momento.Entonces quería decir algo para justificarse, pero en este momento vio a Lorena darse la vuelta con su bolso y marcharse.Al verlo, Juan frunció sus cejas, se apresuró a entregar el niño a Susana y le dijo:—Espérame aquí.Apenas lo dijo, se apresuró a perseguirle a Lorena. Ello era incapaz de distinguir qué emociones lo motivaron a hacer eso. Recientemente, sólo notaba la anomalía de Lorena y los cambios subconscientes en su corazón, todo lo que le inquietaban un poco. Cuando la persiguió, Lorena estaba esperando el coche fuera. Con la expresión complicada se puso de p