Mi ex mujer se convierte en rica
Mi ex mujer se convierte en rica
Por: Quiero comer carne
Capítulo 1
—Ahora, ven inmediatamente al Hotel Hilton para la cena. —La voz del hombre era baja y fría, carente de emoción.

Lorena Suárez se alegró cuando recibió la llamada de su esposo, Juan López.

Respondió: —Estoy en el hospital para que me hagan una prueba de embarazo... —Sin embargo, el hombre colgó antes de que pudiera terminar la frase.

Juan llevaba más de dos meses de viaje de negocios y era la primera vez que tomaba la iniciativa de llamarla. Aunque su actitud era tan indiferente como siempre, Lorena ya estaba bastante contenta, porque él todavía recordaba que hoy era su tercer aniversario de boda y seguramente quería darle una sorpresa en la cena.

Al pensarlo, su rostro originalmente macilento se enrojeció. Con mucha alegría salió del hospital con el informe de prueba.

¡Qué casualidad! Ella también quería informar a su marido de esa buena noticia. Hoy las buenas cosas vinieron en pares.

En cuanto ella bajó del coche, estaba rodeado de la gente. Innumerables periodistas se agolparon a su alrededor, estorbando su camino.

Viendo esta escena, Lorena no pudo contener su felicidad pensando que Juan les había dado a conocer a la noticia sobre su aniversario de boda, por lo que estas personas la esperaba aquí para felicitarla. Al pensarlo, agitó la mano hacia los periodistas con alegría. Inesperadamente, le hicieron unas preguntas increíbles.

—Sra. López, después de tres años de matrimonio, ¿sabía que el hijo ilegítimo de Juan ya tiene dos años?

—Sra. López, ¿qué piensas de ese hijo ilegítimo, aceptarás que lo acojas y lo críes?

—¿Usted y Juan mantienen una relación de pareja superficial, ambas personas se entregan a la diversión por su propia voluntad?

—¿Es la madre de ese niño? ¿O es el hijo ilegítimo de Juan?

......

Sabía que había rumores sobre un hijo ilegítimo recientemente, pero ella no creía en estos. Entonces lo justificó: —Mi marido está muy ocupado, aún no tenemos un hijo, tampoco tiene un hijo ilegítimo, todos son rumores, nos queremos mucho, confío en mi marido.

Después de tres años de matrimonio, ya sabía cómo enfrentarse con estas situaciones inesperadas con habilidad y determinación.

A poca distancia, Juan se quedaba allí con una figura tan erguida como fuerte, los rasgos angulosos y el temperamento indiferente y frío. Además, sus ojos estaban llenos de profundidad y frialdad.

Estaba saludando a la persona que tenía enfrente. En cuanto levantó la vista, vio a Lorena acercándose. Enseguida se le fue la sonrisa y mostró una expresión muy indiferente como de costumbre.

A continuación, se congeló la sonrisa a Lorena, su expresión se puso rígida al instante y sus pasos eran débiles y pesados porque vio que en sus brazos, sostenía a un niño tierno y lindo. Parecía que aquel niño tenía unos dos años, y se asemejaba muchísimo a Juan como su miniatura.

Juan miraba al niño bajando la cabeza con una sonrisa y él se veía notable y tierno. Una mujer estaba al lado de Juan, cogiendo suavemente al niño. Ellos tenían muy buen acuerdo tácito como si hubiera vivido juntos por muchos años como pareja.

Se la acercó a ver quién era, resultó que era Susana Fernández. ¡Había vuelto! Era la razón por la que ese niño se parecía mucho a Juan y Susana. No podía creer que el niño no tenía nada que ver con Juan, así que Lorena apretó el puño con fuerza para contener sus emociones, evitando enloquecerse.

Tres años atrás, Susana rompió con Juan después de aceptar el dinero de Anna Ortiz, madre de Juan y más tarde salió al extranjero, lo que suponía que Juan fue traicionado por su novia, por eso sufrió un golpe. Desde entonces salía con muchas mujeres, no se sabía si quería vengarse de su madre.

En aquel entonces, a Lorena ya le gustaba Juan por mucho tiempo, porque había sufrido un secuestro en el extranjero y fue Juan quien pasó por allí y la salvó. Desde entonces, creyó en el amor a primera vista.

Tras regresar a México, para acercarse a Juan, fue deliberadamente a trabajar al Grupo López. Sin embargo, él había olvidado quién era ella. Ella sólo podía arreglárselas para que él la viera. Por este motivo simplemente tardó medio año en convertirse en la secretaria principal de su oficina.

Poco después, la hermana de Juan padeció de una enfermedad grave de repente y requirió una donación de médula ósea. Por casualidad, durante un examen físico se descubrió que la médula ósea de Lorena era compatible, así que Juan acudió a ella. Esa fue la primera vez que Juan la buscó para un asunto personal.

Le preguntó pacientemente qué condiciones necesitaba para aceptar la donación médula ósea. Ella estaba dispuesta a donar, pero no quería que simplemente le dio una suma de dinero. Entonces, reprimiendo su nerviosismo, planteó su condición con mucha prudencia: —Podré donar si te casas conmigo.

Él hizo una pausa y respondió con una actitud desatenta: —Bien.

Su actitud la hizo creer que no le importara en absoluto quién era su esposa.
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