Bruna descubrió que por mucho que intentara alejarla, en el fondo deseaba a alguien. Le era imposible sentirse completo y feliz estando solo sin nadie con quien hablar en esa isla enorme y solitaria. Tal vez temía el acercamiento porque sabía lo que le deparaba el futuro. Pero ella sabía lo que pasaría y honestamente no le importaba... Sabía que sufriría cuando él se fuera, pero estaba dispuesta a pagar el precio. Aunque no entendía por qué y no lo aceptaba bien, no perdería el tiempo sufriendo antes de que sucediera... Lo mejor que podía hacer era disfrutar cada minuto con él mientras estuviera allí, vivo.Su cuerpo la traicionó cuando pensó en Alex. Su piel era sensible a la mera presencia de ese hombre. Y no entendía cómo era eso posible, cuando había pasado seis años con Adrian y nunca había tenido esas sensaciones. Era deseo, no tenía ninguna duda. Pero todavía había incertidumbre acerca de sus sentimientos, porque estaban muy mezclados dentro de ella. Inicialmente, todo en lo qu
Pasaron tres días y Bruna no volvió a ver a Alex. Salía todos los días, pero no lo encontraba en la playa. Ralf tampoco estaba con él, ya que había pasado todo el tiempo en casa de Dani. Sintió una sensación extraña y el temor de que él no quisiera verla más. No se arrepentía de haberle hecho el amor, al contrario, había sido perfecto, pero tampoco quería que él no la buscara más por eso. De ninguna manera quería que eso los alejara, pero desafortunadamente parecía que eso era lo que estaba sucediendo. Él la estaba evitando y eso estaba bastante claro. Y podría buscarlo en su casa, pero no lo haría. Estaba cansada de ir detrás de él todo el tiempo y que él nunca se preocupara por ella.A última hora de la tarde empezó a soplar un viento más fuerte que anunciaba la lluvia nocturna. Bruna estaba tumbada en el sofá, mirando a la calle e intentando leer un libro.- ¿Quieres decirme qué está pasando? preguntó Dani, levantando la vista de su libro.- Cualquier cosa. - Mintió Bruna.- Ha est
Alex trató de abrazarla, pero ella lo empujó. Él insistió y ella terminó aceptando su cálido y húmedo abrazo. La lluvia seguía siendo fuerte, pero a ella no le importaba.- ¿Todavía amas al hombre que te abandonó? preguntó.- ¿Aún crees que te busco por lástima? - respondió ella.- No respondes a mi pregunta...- Ni tú la mía...- No creo que sientas pena por mí... Pero lo que más me preocupa eres tú. No quiero que sufras.- Nadie quiere que sufra... Pero se olvidan de preguntarme qué pienso al respecto. Y no me importa... solo quiero... a ti. ella confesóEl la beso. No le importaba nada más, ni siquiera lo que había pasado antes. Sólo había una certeza: quería a Alex. Quería su cuerpo junto al de ella, su boca junto a la de ella y su corazón.Alex la recogió y la llevó de regreso a su casa. Aunque todavía sentía dolor en el pie, estar a su lado curaba cualquier dolor. Se sentía feliz a su alrededor, como si nada más importara excepto ellos.Cuando entraron a la casa, Arthur los espe
Cuando bajó a desayunar con Alex, Arthur ya estaba en la mesa. Se sintió un poco incómoda, pero respiró hondo y trató de fingir que no pasaba nada.- Buen día. - Saludó con calma.Ella respondió al saludo y permaneció en silencio. Tan pronto como Alex se sirvió un poco de café, se levantó y trajo algunas pastillas, colocándolas a su lado sobre la mesa.- Y no sirve de nada decir que no lo tomarás. - dijo Arturo serio. - Sabemos bien cómo pasaste estos últimos días.Alex no dijo nada. Tomó los medicamentos que su padre le dio sin dudar.Una vez que desayunaron , Alex se ofreció a acompañarla a la casa de Dani. Ella aceptó. Subió a cambiarse de ropa. Y eran solo ella y el Dr. Adam.- Finalmente solo. - dijo Arturo.Ella lo miró preocupada.- ¿Esta pasando alguna cosa? ella preguntó.- Como te dije ayer, no ha estado bien los últimos días. No pudo haber llovido ayer.- Lo siento, Arturo. No tenía intención de dañar a Alex de ninguna manera, al contrario. Terminamos discutiendo... Fue muy
Bruna se despertó con la cálida luz del sol dentro de la habitación. Sintió el pesado brazo de Alex sobre su cuerpo. Cada vez que me despertaba a su lado, se sentía como un sueño. Pasó el tiempo y ella todavía pensaba que él era el hombre más perfecto del mundo cuando lo miraba. Todavía tenía la forma irónica ya veces dura, pero ella entendía cada vez más sus actitudes porque lograba empatizar en esa situación. No estar apegado a la vida y tratar de acabar con ella es horrible, especialmente cuando no hay una razón real para hacerlo. Sin embargo, querer vivir, amar la vida y no poder continuar con ella debe ser lo peor que le puede pasar a un ser humano. Así era la relación entre ella y Alex: en ese momento lo tenía entre sus brazos, pero no sabía cómo sería el día siguiente. Lo único seguro es el dolor que dejaría en su partida. Y esperaba superarlo, porque solo de pensar en no verlo más le dolía el corazón y unas ganas inmensas de llorar. El mundo realmente no era justo... La vida n
Bruna estaba ansiosa, porque ese día visitaría Vila da Praia do Portal con Alex. Llevaba muchos meses en la isla y aún no conocía la civilización del lugar. Dani siempre decía que era un lugar tan hermoso como las mansiones y Alex tampoco tenía más que elogios para el lugar, pero quería verlo por sí misma. Y lo mejor de todo, estaría al lado de Alex. Serían pareja.Cuando abordaron la lancha que los llevaría, ella comentó:- Tengo miedo de este barco.Él se rió:- Es solo un barco sencillo que hace pocos viajes.- Todavía necesitaría reparaciones. ella observó. – No me siento seguro aquí.- No estamos seguros en ninguna parte. - Dijo rodeándola con sus brazos, dándole seguridad.Ni siquiera necesitaría estar en sus brazos... Sólo el hecho de que él estuviera a su lado la hacía sentir segura. Ciertamente el viaje en ese barco no le gustaba mucho, bueno cuando lo usaba para llegar a la playa cuando venía de su ciudad natal. Quizá por eso había postergado tanto ir al pueblo.Por suerte l
Bruna corrió sin parar. Ralph la siguió, corriendo tras ella, a veces pasando por delante de ella. Cuando llegó frente a la casa de Alex, llamó varias veces, con insistencia. Cuando la abrió, ella jadeaba y apenas podía hablar. Su cabello estaba despeinado, sudoroso y su piel sonrojada.- Bruna, ¿pasó algo? preguntó cuando la vio.Sí, sucedió , estoy aquí para decirte que te amo y creo que moriré contigo cuando te hayas ido. Eso era lo que ella quería decir. Pero las palabras no salían de su boca. Se quedó allí, sin decir nada, con el corazón latiendo fuera de su pecho y latiendo tan fuerte que pensó que él podía oírlo.- ¿Esta todo bien?Ella lo miró con pantalones cortos estampados holgados, sin camisa, con el pecho al descubierto, curvas perfectas, aunque más delgada que cuando lo conoció. No usaba chanclas, como de costumbre. El cabello rapado logró hacerlo aún más seductor y encantador. Quería mantener su imagen dentro de su mente para siempre. Tenía miedo de que cuando él murier
Después del almuerzo, Bruna subió a leer un libro. La temperatura era templada y ese día no era buena idea nadar. Mirando el sol, mucho más débil y menos caliente que en verano, terminó por quedarse dormida.Se despertó a media tarde. Cuando bajó las escaleras, Ángela estaba sentada en el porche.- Tu madre debe estar preocupada por ti. - dijo Dani.- ¿Porque?Dani mostró la carta que tenía en la mano:- Ella te respondió tan pronto como enviaste tu carta.Bruna tomó la carta, sin prisa por abrirla:- Te lo debes perder... Como yo.- Me imagino que ustedes tres están sufriendo con esta distancia.- Sí... Los extraño mucho. Pero al mismo tiempo no quiero volver. ¿Es comprensible?dani se rio:- Sabiendo la razón, creo que sí. Pero estoy feliz de tenerte aquí, Bruna. Además de conocer a Alex y Arthur. Cuando todo termine, será difícil volver a estar solo. Solo yo, que siempre amé la soledad, ya estoy sufriendo al pensar que algún día volveré a estar solo.- Tía, te estaré agradecida tod