Marlon negó con la cabeza, luego se dio cuenta de que Maximilian no lo veía y respondió verbalmente. Kaelyn todavía no le decía nada sobre Berenice, él estaba trabajando en ganar su confianza, y por lo que había visto, no le llevaría mucho tiempo, solo había tenido que mostrar interés por la niña que ella cuidaba y enseguida aceptó salir en una cita con él. —¿Una niña? —preguntó Maximilian con curiosidad, Berenice no había mencionado que la empleada tuviera hijos—. «Aunque tampoco habla de ella.» —Una sobrina que quedó a su cuidado, nada que nos preocupé, solo mostré interés para llamar su atención, pero… —respondió Marlon. —¿Pero? —inquirió Maximilian. —Pero nada, yo pensando tonterías. —dijo Marlon casi en un murmullo. —¿Algo no me estás diciendo? —inquirió Maximilian al sentir dudas en la voz de su buen amigo. Marlon negó que estuviera escondiendo algo, y se dispuso a contarle a Max los planes que tenía para los próximos días, de alguna forma tenía que sacarle información de B
Danielle no entendía por qué Maximilian estaba tan enojado, frunció el ceño buscando una respuesta, ella no había hecho nada para enojarlo, no había peleado con él, hasta este día en la mañana estaban en armonía, para ella solo quedaba una opción.—¿Mi madre estuvo por aquí? —preguntó, pensando que Micaela había ido a molestar.—¡Responde mi pregunta, Berenice! —vociferó Maximilian enervado.La boca de Danielle quedó abierta ante el exabrupto de él, confundida por la agresividad que emanaba del cuerpo de Maximilian, ¿Qué le pasó durante el transcurso del día? Se preguntaba ella.—Estaba en la clínica visitando a Isabela. —respondió, mientras comenzó a caminar para ir a la habitación.—¿A dónde crees que vas? No he terminado contigo. —dijo Maximilian irritado mientras la tomaba por un brazo para detenerla.—Me haces daño, ¡suelta mi brazo! —protestó Danielle, ahora más confundida que cuando llegó.—¿El doctor Radclyffe estaba allí? —preguntó Max entre dientes, apretando su agarre en el
Teresa Huddleson observaba a su hijo, y pensó que desde que Maxim se casó, lo había visto muy poco, así que cuando le avisó que iría a visitarla en horario de trabajo, se sorprendió un poco. Ahora entendía la urgencia de verla, su hijo se veía estresado, más que de costumbre. —¿Tienes problemas en la empresa? —preguntó Teresa a Maximilian para llamar su atención, él no dejaba de mirar el teléfono. Él jugó con el teléfono pasándolo entre sus manos, luego se detuvo y miró a los ojos de su madre. —Todo está perfecto, hemos hecho contratos muy buenos, ¿por qué preguntas? Por lo general no me preguntas cosas de trabajo. Teresa tomó una respiración profunda antes de responder, buscando las palabras adecuadas, era cierto lo que decía Maximilian, ella no preguntaba por qué no entendía sobre negocios, lo de ella era el arte, su pasión era la literatura. Y ahora quería ayudar a su hijo, no quería estresarlo más. —Cuando me llamaste, tu voz dejaba entrever urgencia, y ahora que estás aquí, n
Marlon regresaba de la cafetería del hospital cuando recibió una llamada, al mirar el identificador de llamadas vio que era de Maximilian. El CEO, después de salir de la casa de su madre, había ido hasta HB Security, la empresa de seguridad que tenían juntos.—Quería revisar unos documentos contigo, pero tu secretaria me informó que habías salido sin decir a donde ibas, ¿regresas o ya no te veré hasta mañana? —dijo Maximilian después del saludo.—No tengo pensado regresar en lo que queda de día, estoy en el hospital acompañado a Kaelyn, su sobrina tuvo un accidente en el jardín de infantes y como está sola, quiero estar con ella, si no es algo urgente, nos vemos en la mañana. —respondió Marlon, ya estaba llegando a la sala de urgencias donde esperaba Kaelyn.Maximilian se dio un pequeño golpe en la frente, por supuesto que Marlon estaría allí, estaba conquistando a la chica para sacarle información, había olvidado decirle que Berenice también iría para que evitara encontrarse con ella
Micaela siguió quejándose de su marido, y Berenice solo hacia uno que otro comentario para darle la razón, la verdad era que no le importaba mucho lo que su madre le decía, pero si con eso conseguía regresar a su casa, no le quedaba de otra más que hacerle creer que la comprendía. De pronto escuchó que se habría una puerta y se cerraba de golpe. —Mamá, sé que lograrás encontrar una solución para convencer a mi padre, eres muy astuta. Te llamo más tarde, te quiero. —dijo Berenice y colgó el teléfono sin esperar una respuesta de su madre. Micaela separó el teléfono de su oído y se quedó mirándolo sorprendida, no era la primera vez que Berenice le colgaba el teléfono en medio de una conversación, esto la estaba enojando. —Estos jóvenes de ahora no respetan a nadie. —comentó y se encogió de hombros, pensando que su hija seguramente estaba estudiando. Mientras tanto, en la oficina que tenía en la casa, Timothy colgaba el teléfono después de que Micaela lo hizo, y se recostaba en la sil
Danielle se puso de pie sacudiendo la cabeza, alejándose y quedando de espaldas a él, no podía creer que viniera con unas flores y esperara que, por eso, ella olvidara que la había dejado encerrada en la casa. Se pasó una mano por el cabello suspirando antes de darse la vuelta y encararlo. —No estoy segura, eres muy volátil, un día estás bien conmigo y al otro día me tratas como si me odiaras. —dijo Danielle mirándolo a los ojos. —Entiendo tu miedo, pero estoy siendo sincero. —respondió él y puso las flores sobre la mesita de centro, ella las había dejado encima del sofá. —Yo… yo lo voy a pensar, ¿Puedo? —expuso Danielle. Maximilian sonrió, pero internamente estaba irritado, estaba seguro de que ella accedería. —¿No quieres darle una oportunidad a este matrimonio? —increpó Maximilian tratando de que sus palabras no sonaran enojadas. Danielle volvió a pasarse una mano por el cabello, un poco nerviosa, quería decirle que sí en ese mismo momento, pero la inseguridad no la dejaba. M
Danielle se puso nerviosa, y afirmó con la cabeza, luego pensó que se daría cuenta de que era virgen y negó también con la cabeza, Maximilian la miró confundido, ¿le había hecho daño o no?—¿Llevas mucho tiempo sin tener relaciones sexuales? —preguntó Max frunciendo el ceño.—Sí, eso es. —respondió Danielle con mirada errática y los latidos del corazón acelerados.—Si me hubieras dicho, hubiese ido más lento —la regañó Maximilian de forma dulce mientras le tomaba un mechón de cabello entre sus dedos.Danielle se sonrojó, la verdad era, que también se había perdido en el placer, no pudo pensar mucho antes del acto.—¿Quieres que paremos? —preguntó Maximilian, pero rogaba que ella dijera que no, Berenice se sentía maravillosa alrededor de él y le estaba costando contenerse.—No, sigamos, va a mejorar, ¿verdad? —dijo Danielle un poco avergonzada.Maximilian asintió, pero seguía confundido con la actitud de Berenice, ¿no sabía que tendría placer después de la molestia por llevar mucho tie
Tres días después Danielle iba llegando a una cafetería después de salir de la clínica donde estaba Isabela, lamentándose porque la visita fue muy corta, su madre tenía un mal día y no quería compañía, le gritaba a todo aquel que se le acercaba. Isabela estaba en uno de esos días que mezclaba el pasado y el presente, pero sin reconocer a la única hija que tenía. Danielle iba tan concentrada en sus pensamientos, que no vio al doctor Esteban y casi choca con él. —¿Cuántas moneda por tus pensamientos? —preguntó Esteban con una sonrisa mientras la detenía, tomándola por la parte superior de los brazos. Danielle levantó la mirada pestañeando, sorprendida de ver al médico, no esperaba verlo fuera del lugar donde trabajaba. Cuando preguntó por él, recibió por respuesta que estaba de vacaciones. —Hola —respondió ella, y todavía con algo de confusión preguntó—, ¿No estaba usted de vacaciones? —Sí, lo estoy —respondió Esteban, y dando una vuelta de 360 grados con los brazos abiertos, comen