Maximilian tomó rápido una decisión, Berenice estaría más confiada con él por ayudar a la madre enferma de su amiga, y podía cometer errores sintiéndose libre, estaba completamente seguro que estando cerca sería más fácil atraparla, además, mientras Marlon encontraba pruebas de su infidelidad, él tenía que actuar como un esposo que se iba enamorando cada día de su esposa. Kyra no le interesó lo suficiente antes de tramar su venganza, así que no veía objetivo en perder lo ganado con su mujer por ella. Sonrió y saludó a Kyra con una mano, mientras con la otra tomaba una mano de Berenice.—No tenía planeado venir, solo quise mostrarle el local a mi esposa. —dijo por cortesía.—Me parece muy bien, este restaurante es excelente, y no lo digo porque Mateo sea mi cliente, —y siendo un poco más atrevida, preguntó—: ¿Puedo sentarme con ustedes?Danielle frunció mucho más el ceño, ahora era más que evidente que estaba enfadada, no entendía por qué le molestaba tanto la otra mujer, aparte de ign
—Sí, también, las dos me gustan mucho, pero en este momento solo quiero decorar tu casa. —respondió Danielle, dando gracias que no estaba lo suficiente borracha para meter la pata por completo.Maximilian sonrió, creía que Berenice se veía linda con unas copas de más, las mejillas sonrojadas le daban color a su pálida piel. Sonreía todo el tiempo y se reía de sus chistes aunque fueran malos. Le gustaba esta chica. Al darse cuenta de a dónde se habían ido sus pensamientos, sacudió la cabeza, como intentando sacar esos pensamientos traidores de su mente.«Solo es una ilusión, no te dejes engañar, cuando menos lo esperes, ¡zas!, mostrará como es en realidad.» Pensó mientras se ponía de pie para buscar otra botella de vino y tomar distancia, ya se estaba encariñando del enemigo.—¿A dónde vas? ¿Me dejas sola? —preguntó Danielle, sin entender por qué quería seguir en su compañía.Maximilian mostró la botella vacía y señaló el interior de la casa.—Enseguida estoy contigo. —dijo y desaparec
«¡Por fin!, ahora si recibiré una respuesta.» Pensó Marlon evitando sonreír. Kaelyn detuvo su caminar, estaba muy interesada en la respuesta, ¿por qué le preguntaba a ella por Berenice Hardwick? No entendía por qué le preguntaba a una empleada. —Conocí a Berenice en una fiesta. —contestó Marlon, pero al ver como la chica lo miraba con cara desconfiada, le aclaró—, no tuve nada con ella, fue un amigo quien se hizo íntimo de ella… —¿Y qué tengo yo que ver con eso? —preguntó Kaelyn interrumpiendo, estaba un poco más confundida. Marlon puso los ojos en blanco, la mujer no lo dejaba terminar de hablar y exigía una respuesta. La verdad era que se estaba inventando la historia sobre la marcha, cuando su hermano Mason conoció a Berenice, él ni siquiera estaba en el país. —¿Y bien? ¿Dónde está la respuesta a mi pregunta? —Insistió Kaelyn, estaba cansada, sentía que todo le daba vueltas y quería llegar cuanto antes a su casa. —Si me dejaras hablar, podría decirte —dijo Marlon enojado, per
Danielle no tuvo que decidir si besarlo o no, Maximilian decidió por ella al inclinarse y tomarle el rostro entre sus manos, y rozar sus labios con los de ella en una lenta caricia, luego la besó con suavidad. Danielle jadeó, sintiendo escalofríos de intenso placer, la boca de Maximilian sabía a vino y a sal. Las manos de Maximilian fueron bajando, por el cuello, los brazos, hasta rodear con sus manos, la cintura de Danielle. Max asomó la lengua lentamente y acarició el borde de sus labios, invitándola a abrir la boca para él. Danielle volvió a jadear y él intensificó el beso, acariciándole la lengua con movimientos sensuales. Ella quería más, más de ese beso embriagante, que la tenía con ganas de más. Maximilian sintió su deseo y cambió el ritmo, llevándolo a otro nivel, con más pasión, más intensidad, mientras ella le devolvía el beso con las mismas ansias que él. Al separarse para tomar aire, las respiraciones de ambos era entrecortada. —¿Qué estás haciendo conmigo? —preguntó Maxim
Ante el silencio de Maximilian, Danielle apoyó las manos sobre el escritorio y exigió una respuesta sincera, aunque interiormente pedía perdón por la mentira que ella mantenía. Maximilian supo reaccionar a tiempo, los años como directivo lo mantenían activo para cualquier eventualidad. —Solo quiero saber un poco sobre ella, sin que estén por medio los sentimientos de amistad que sientas por ella. Esta familia se verá beneficiada por el dinero que donaré, no solamente para los exámenes, tenía pensado ayudarte con el dinero de la mensualidad de la clínica. —respondió Maximilian, y con falsa inocencia preguntó—: ¿No crees que tengo derecho de saber? Ahora fue Danielle quien se quedó sin palabras por unos segundos, sabía que él tenía razón, pero ella no podía permitir que descubriera que mentía. Así que rodeó el escritorio, movió un poco la posición de la silla donde estaba él sentado, y se sentó sobre sus piernas. —A nadie le gusta que investiguen su vida así sin más, solo para sentir
Marlon negó con la cabeza, luego se dio cuenta de que Maximilian no lo veía y respondió verbalmente. Kaelyn todavía no le decía nada sobre Berenice, él estaba trabajando en ganar su confianza, y por lo que había visto, no le llevaría mucho tiempo, solo había tenido que mostrar interés por la niña que ella cuidaba y enseguida aceptó salir en una cita con él. —¿Una niña? —preguntó Maximilian con curiosidad, Berenice no había mencionado que la empleada tuviera hijos—. «Aunque tampoco habla de ella.» —Una sobrina que quedó a su cuidado, nada que nos preocupé, solo mostré interés para llamar su atención, pero… —respondió Marlon. —¿Pero? —inquirió Maximilian. —Pero nada, yo pensando tonterías. —dijo Marlon casi en un murmullo. —¿Algo no me estás diciendo? —inquirió Maximilian al sentir dudas en la voz de su buen amigo. Marlon negó que estuviera escondiendo algo, y se dispuso a contarle a Max los planes que tenía para los próximos días, de alguna forma tenía que sacarle información de B
Danielle no entendía por qué Maximilian estaba tan enojado, frunció el ceño buscando una respuesta, ella no había hecho nada para enojarlo, no había peleado con él, hasta este día en la mañana estaban en armonía, para ella solo quedaba una opción.—¿Mi madre estuvo por aquí? —preguntó, pensando que Micaela había ido a molestar.—¡Responde mi pregunta, Berenice! —vociferó Maximilian enervado.La boca de Danielle quedó abierta ante el exabrupto de él, confundida por la agresividad que emanaba del cuerpo de Maximilian, ¿Qué le pasó durante el transcurso del día? Se preguntaba ella.—Estaba en la clínica visitando a Isabela. —respondió, mientras comenzó a caminar para ir a la habitación.—¿A dónde crees que vas? No he terminado contigo. —dijo Maximilian irritado mientras la tomaba por un brazo para detenerla.—Me haces daño, ¡suelta mi brazo! —protestó Danielle, ahora más confundida que cuando llegó.—¿El doctor Radclyffe estaba allí? —preguntó Max entre dientes, apretando su agarre en el
Teresa Huddleson observaba a su hijo, y pensó que desde que Maxim se casó, lo había visto muy poco, así que cuando le avisó que iría a visitarla en horario de trabajo, se sorprendió un poco. Ahora entendía la urgencia de verla, su hijo se veía estresado, más que de costumbre. —¿Tienes problemas en la empresa? —preguntó Teresa a Maximilian para llamar su atención, él no dejaba de mirar el teléfono. Él jugó con el teléfono pasándolo entre sus manos, luego se detuvo y miró a los ojos de su madre. —Todo está perfecto, hemos hecho contratos muy buenos, ¿por qué preguntas? Por lo general no me preguntas cosas de trabajo. Teresa tomó una respiración profunda antes de responder, buscando las palabras adecuadas, era cierto lo que decía Maximilian, ella no preguntaba por qué no entendía sobre negocios, lo de ella era el arte, su pasión era la literatura. Y ahora quería ayudar a su hijo, no quería estresarlo más. —Cuando me llamaste, tu voz dejaba entrever urgencia, y ahora que estás aquí, n